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Medio Ambiente

‘La ignorancia es uno de los principales enemigos de los animales’

Natalia Parra Osorio es una de las organizadoras de la Marcha Mundial por los Animales.

Natalia Parra Osorio es una de las organizadoras de la Marcha Mundial por los Animales.

Foto:Cortesía

La activista Natalia Parra habla sobre las exigencias que harán en la marcha del próximo domingo.

Andrea Morante
El próximo domingo se realizará la 'X Marcha mundial por los derechos de los animales y la defensa del planeta' en distintas ciudades colombianas y de otros países.
Una de las organizadoras y líderes de la actividad es Natalia Parra Osorio, una administradora pública que hace parte de la Bancada Animalista del Congreso y que actualmente está al frente de la plataforma Animales Libres de Tortura (Alto).
ELTIEMPO.COM habló con esta activista sobre la importancia de movilizarse, los avances que ha habido en la legislación colombiana, la injerencia política y las exigencias que se harán en la décima versión de esta movilización.
¿Cómo nació la marcha en el 2008?
En ese momento Facebook apenas estaba siendo entendido como una herramienta para las causas. Unos animalistas de Medellín lanzaron una propuesta de una marcha y les dije que si se podía organizar en Bogotá y me dieron el contacto de un muchacho que ya les había preguntado lo mismo. Paralelamente se dio en varias ciudades.
Entonces alguien tuvo la idea de hacerla en octubre en el marco del día de San Francisco de Asís, o por esos días. Yo venía con esas ganas de una movilización porque ya venía haciendo 'lobby' en el Congreso, y me daba cuenta de que el tema no importaba mucho y soy una convencida de que la movilización es la forma de hacer que quienes toman las decisiones vean que es un tema que escala, que se vuelve parte del reclamo público.
¿Cómo ha sido la evolución de las marchas a través de los años en cuanto a impacto, asistencia y ciudades o países aliados?
Ese primer año marchamos las grandes ciudades de Colombia. Luego en 2009 marchamos con distintas ciudades del mundo porque unos muchachos, especialmente uno de Argentina, nos pidieron organizarla en otros lados. Entonces varias personas junto a él se dedicaron a traducir el texto de propuesta de la marcha a muchos idiomas, hasta en chino. Se unieron países de Latinoamérica y Europa pero nada de África ni Asia. Solo hasta la cuarta marcha hubo un país africano que se unió. Fue realmente mundial en 2009, 2010 y 2011 y después seguimos marchando solamente algunas ciudades mexicanas, venezolanas, algunas chilenas y muchas colombianas. En Colombia se ha vuelto no solo una marcha de grandes ciudades, sino de pequeños municipios.
Hace diez años había una reivindicación válida donde había gente valiosa pero no había visibilidad ni impacto en los gobiernos. Era un tema desconocido y hasta tabú en algunos lugares. Luego, cuando comenzaron las movilizaciones, y eso se le debe mucho a las redes sociales, los preocupados por los animales comenzamos a comunicarnos y a unirnos.
En la primera marcha calculamos que acudieron unas 800 o 1.000 personas en Bogotá. Para ese momento, que saliera esa gente a reclamar por los animales era algo loco. Al año siguiente ya había más apertura. Para la segunda marcha salieron entre 7.000 y 9.000. Para la tercera y cuarta unas 20.000. Eso lo medimos en la plaza de Bolívar. Nunca la hemos llenado del todo, pero de la segunda a la última llegamos a convocar más de 30.000 personas.
Cada año, miles de personas salen a marchar por los derechos de los animales.

Cada año, miles de personas salen a marchar por los derechos de los animales.

Foto:Juan B. Díaz

¿Se han adherido partidos políticos a alguna de estas marchas?
Hace poco recibimos el trino del Partido Verde uniéndose. Es interesante porque ya son varios los partidos y uno no se lo espera. Han comenzado a sacar sus primeros ‘pinitos’ animalistas. No se trata de que porque pongan un trino o digan en sus programas que hay que respetar a los animales entonces ya son animalistas, no. Eso se tiene que ver con hechos. Pero también es un mensaje importante para los candidatos, que el tema no lo pueden perder de vista.
Ha pasado también con el nuevo partido conservador, uno que siempre ha sido reacio a estas cosas, pero ya hay congresistas y concejales que se adhieren a estas marchas. También el partido Liberal tiene un buen número de congresistas que se ha comprometido y que ha puesto su granito de arena por los animales.
Por ejemplo, en Bogotá con Peñalosa y Petro, completamente ajenos políticamente y sin embargo este gobierno siguió la política pública que el gobierno anterior dejó.
Eso lo veo con buenos ojos porque se trata de que hasta el que es diferente a ti ideológicamente comparta que hay que hacer algo por estos seres vulnerables.
Hay algunos que dicen que una marcha es un esfuerzo malgastado y que realmente no cambia nada. ¿Qué les responde?
Yo puedo dar fe de que una marcha y en general la movilización social es realmente una forma de ir generando cambio. Puede que haya personas que no lo noten pero para mí es ir empujando la ‘puerta’ y es a través del reclamo público, de unión de voces y voluntades al punto que al tema no se le puede huir. Si tú eres un político o un empresario que puede tomar una decisión en un tema animal, ya no te queda fácil decir que no te va a importar.
Quizás la movilización social no logra el cambio de un día para otro, pero sí hace que comience algún día. Entre más se posponga eso, más sufrimiento va a haber.
¿Qué trae de nuevo la décima edición?
Principalmente lo ambiental. Este año le pusimos el apellido ‘por el planeta’. En las marchas llevábamos carteles con temas ambientalistas pero ahora hicimos alianzas con fundaciones, principalmente con la Fundación Movimiento Ambientalista Colombiano, que trabaja con Alto en varias zonas del país. Hay que dar el paso como animalistas para entender que no podemos pelear por los animales sin perder de vista el tema ambiental.
Este año va a haber chirimía y también estamos haciendo una labor de crear conciencia en los buses con un muchacho rapero que improvisa rimas muy bonitas. Él va a cantar en la marcha y habrá números artísticos cortos durante el evento.
¿Cuáles son los objetivos de la actividad el próximo domingo?
Esta vez queremos presionar al Congreso para que apruebe las iniciativas que hay en curso. Una es del Ministerio del Interior que tiene que ver con prohibir las corridas de toros. Es complicado pero se está empujando. También está corriendo un proyecto de ley para que niños y adolescentes no puedan entrar a espectáculos crueles con animales. Además, que se aprueben otros proyectos de animales de compañía y especies protegidas.
De otro lado, que el Distrito decida que la fecha para la consulta antitaurina es el 11 de marzo. Exigir que quien sea el próximo presidente no se le olvide que hay unos animales en el país. Que hay una naturaleza y que no puede salir con solo discursos. Que quede en el plan de Gobierno. No va a haber tarima para los políticos, pero la diversidad está invitada.
'Ponte la 10 por los animales' es el lema que acompaña la décima edición de esta marcha. En la foto, el afiche oficial del evento.

'Ponte la 10 por los animales' es el lema que acompaña la décima edición de esta marcha. En la foto, el afiche oficial del evento.

Foto:Plataforma Alto

¿Qué avances se han obtenido en la legislación animal en Colombia durante los últimos años?
Con este Gobierno se está construyendo un Conpes, un pacto que hicimos en la campaña, porque siempre llegamos a tocar las puertas de todas las campañas. No prometemos votos pero sí informamos a qué se comprometen con los ciudadanos. Con Santos se logró pactar que nos apoyara en un proyecto de ley que penalizara el maltrato animal, que es la Ley 1774.
Ya se les cambió el estatus jurídico a los animales. Ya no son cosas, todavía no son sujetos de derecho, siguen siendo bienes pero de características mostrencos; es decir, tú eres el dueño de tu perro pero no puedes ir a hacerle daño, así sea tuyo, porque ya tiene protección y tienes la responsabilidad de garantizarle una vida digna al animal.
Hubo otro avance promovido por una organización internacional junto a fundaciones y es el tema de los circos sin animales. Solamente involucró a los animales silvestres, pero los domésticos no. Ahí seguimos.
¿Hay también corrupción en el tema de los animales?
A los animalistas no nos pueden parecer irrelevantes los temas de anticorrupción. Puedes lograr un presupuesto en algún municipio y resulta que eso se va a veces en otros contratos.
Con la ley 1774 tenemos una dificultad que yo veo relacionada a la corrupción y es el tema de la omisión y la pereza administrativa. Nosotros estamos felices porque logramos leyes pero a la hora de la verdad no se aplican como tú quisieras. Hay casos de maltrato, primero, donde la gente no denuncia y tiene que hacerlo formalmente. Segundo, pasa que en la mayoría de los casos el fiscal dice que hay cosas más graves que el maltrato de un animal. Queremos exigirle a la Fiscalía en la marcha que no le haga el quite a lo que ya es una obligación legal. Para eso necesitamos también el reclamo público y que vean que los ciudadanos están molestos porque no se aplican esas conquistas sociales.
¿Cuál ha sido la batalla más difícil?
La de los toros, por lo simbólico que es. Hay muchas formas de maltrato animal, pero el tema de que torturar a un animal en una plaza sea legal en un país, es un mensaje de que se le puede hacer lo que sea a un animal. Yo sé, tengo claro, que acabando con esa tortura, todas las formas de maltrato animal se van a ir desmontando más fácil.
Es una lucha tan simbólica que le hemos dado mucho énfasis, por supuesto sin perder de vista las demás. Las corridas de toros se habrían acabado hace rato, pero los que no solamente se lucran de eso, sino que tienen el tema simbólico de hegemonía, no las quieren dejar tumbar.
A propósito de este tema, en las corridas de enero en Bogotá hubo desmanes con la Policía y los taurinos. ¿Cómo entender que algunos que exigen respeto para los animales, al mismo tiempo agreden a los que no piensan como ellos?
Yo dudaría que una persona que es capaz de agredir a otro ser humano se pueda llamar animalista. Para mí llegaron infiltrados, o sea, los que comenzaron eran personas que necesitaban que eso terminara en algo malo. Segundo, habíamos hablado con el Esmad para que los taurinos entraran por un lado y los antitaurinos estuvieran por otro, porque necesitábamos que escucharan nuestros reclamos, pero no tan cerca.
Llegaron estos saboteadores, reaccionó la Policía y la emprendió contra todos. La cita era a las 2 y ya había gente antes en el sitio. Vimos que habían metido un camión, en plena manifestación, con un toro adentro. No entendimos eso si los toros habían llegado días antes y eso fue una clara provocación, pero no pasó a mayores.
Sucedió otra cosa y es que dispararon gases para dispersar y hubo hasta helicóptero. El tema se iba a acabar antes de que salieran los taurinos, pero hicieron eso y las personas se molestaron. Sin embargo, no contaron con que hubo resistencia y no se fueron. En resumen, hubo un mal manejo de la Policía, gente infiltrada y que no supo manejar la crisis.
Es totalmente reprochable la agresión física, y si alguien lo hace puedo decir que no es una persona que defiende a los animales.
El 22 de enero la plaza de toros la Santamaría volvió a abrir sus puertas para la temporada taurina. Afuera, manifestantes expresaron su rechazo hacia el evento.

El 22 de enero la plaza de toros la Santamaría volvió a abrir sus puertas para la temporada taurina. Afuera, manifestantes expresaron su rechazo hacia el evento.

Foto:Carlos Ortega / EL TIEMPO

¿Cuáles son los mayores enemigos de la lucha animalista actualmente?
La ignorancia es uno. Cuando los seres humanos somos formados desde un punto de vista, por ejemplo científico, entender que somos animales, todo lo que se requiere para que se conforme una célula, un sistema del cuerpo. Si tú conoces el proceso de la conformación del universo, de la evolución, de todo lo que se requiere para que haya un ser vivo, y si además esa formación va a acompañada de una formación ética o inclusive religiosa, una persona entiende, por ejemplo, que los animales son creaciones de un dios, y ¿por qué vulnerar esas creaciones?
Yo creo que es un tema de conocimiento, que la ignorancia frente al valor del otro es lo que te hace ser violento. Un enemigo es la cultura basada en utilizar al otro para tus fines personales. No importa que yo cace a este cocodrilo para venderlo porque me sirve la plata. Así será mientras nos basemos en que el negocio está primero, en tener una cultura en donde la vida del otro no importa o me estorba. Igual hacemos con los animales. La ignorancia, la cultura de la muerte y la corrupción son los principales enemigos de los animales.

X Marcha mundial por los derechos de los animales y la defensa del planeta

En Bogotá se realizará el próximo domingo 8 de octubre y el recorrido comenzará en la plaza la Santamaría a las 9 de la mañana.
La marcha también se realizará en más de 30 ciudades y municipios de Colombia. Para más información, puede visitar el grupo oficial del evento en Facebook.
ANDREA MORANTE
ELTIEMPO.COM
Andrea Morante
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