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Medio Ambiente

¿Cómo es ser un investigador en los parques durante el posconflicto?

Esteban Carrillo lleva seis años trabajando como investigador en el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas, Sinchi.

Esteban Carrillo lleva seis años trabajando como investigador en el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas, Sinchi.

Foto:Cortesía Esteban Carrillo

El biólogo Esteban Carrillo hizo parte en dos de las expediciones de Colombia Bio.

La entrada en vigencia del acuerdo de paz ha planteado grandes retos para los parques naturales del país, en el incremento de la deforestación y el aumento de cultivos ilícitos. Pero ha generado, al mismo tiempo, nuevas alternativas de exploración científica en lugares donde el conflicto armado hizo presencia y de los cuales no se cuenta con ninguna información de su biodiversidad.
Con la salida de la guerrilla de las Farc de grandes hectáreas de tierra, se plantea la creación de las Expediciones Colombia Bio con el fin de llevar un grupo de científicos de diferentes áreas a recorrer y documentar las especies que alberga el país.
Esteban Carrillo, biólogo de la Universidad Nacional e investigador del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas, Sinchi, ha participado en dos de las expediciones que se han desarrollado desde 2016 con el conocimiento de aves. Una de estas en el Camino de los Andaquíes, entre Huila y Caquetá; y la otra en el río Apaporis, en la Amazonia.
El trabajo que se ha adelantado en estos ecosistemas se realiza en jornadas intensivas de recorridos de hasta 20 días, en donde siempre se cuenta con un grupo de acompañantes locales, con conocimientos de la zona y su biodiversidad.
“Nosotros siempre que vamos a campo trabajamos con gente local, porque nos interesa mucho que ellos sepan que es lo que se está haciendo, como parte de un proceso también de capacitación local”, describe Carrillo.

Las aves son un trabajo de mucha credibilidad, puede ser un recurso fotográfico, auditivo

Las imágenes dentro de los recorridos no han sido del todo gratificantes, detalla el investigador. Esteban se ha enfrentado con la situación incontrolable de la deforestación de grandes hectáreas, en donde las llamas se consumen en horas amplias zonas de bosques.
“Durante un sobrevuelo en helicóptero desde San José del Guaviare vimos como cientos de hectáreas en llamas se acercaban rápidamente desde Calamar hacia Chiribiquete. Fue desolador”.
Los procesos de exploración de estos territorios son exhaustivos y requieren de trabajo constante, largas horas de caminata, registros fotográficos y a mano de las observaciones de la fauna y flora. De esta manera se llevaron a cabo dos expediciones de Colombia Bio.
En las expediciones se alcanzaron a hacer registros de más de 200 especies de aves.

En las expediciones se alcanzaron a hacer registros de más de 200 especies de aves.

Foto:Cortesía Esteban Carrillo

Belén de los Andaquíes: un viaje sin punto base

Esteban hizo el recorrido junto a otros 19 investigadores entre el 20 de enero y el 10 de febrero de 2017. La primera parada fue la comunidad de la vereda Los Ángeles, en Belén de los Andaquíes. Se realizó una presentación a los habitantes sobre el impacto de la expedición, cómo se iba a realizar y la necesidad de buscar voluntarios locales para acompañar al equipo científico.
En el proceso, Carrillo contó con el acompañamiento de la ornitóloga Xiomara Capera, quien es de la zona. Con esto se busca tener una contraparte en campo sobre los conocimientos de los biólogos.
El camino comenzó en el caso de Esteban en Acevedo (Huila), a 1600 m de altura y terminó en Belén de los Andaquíes, a poco más de 300 m de altura. Esta es una situación inusual dentro de las expediciones, ya que siempre se tiene un punto base de reabastecimiento para los investigadores.
Si es necesaria se usa la trampa de niebla para atraparlas. Se sujetan con cuidado para detallarlas y obtener más datos. Después se liberan.

Si es necesaria se usa la trampa de niebla para atraparlas. Se sujetan con cuidado para detallarlas y obtener más datos. Después se liberan.

Foto:Cortesía Esteban Carrillo

En este caso, la expedición comenzó en un departamento y terminó en otro. Lo que le exigía a cada uno de los biólogos cargar durante esos 20 días toda la alimentación necesaria.
“En ese recorrido no había la posibilidad de reabastecernos, entonces implicaba reducir la comida al máximo, comíamos dos veces al día. Esos primeros días estuvieron fuertes, porque es frío y era la primera vez que nos tocaba dormir en carpa, nosotros generalmente llevamos hamaca. En ese sitio era como estar metido entre una nube todo el día, era difícil mirar aves, porque lo único que se veía eran siluetas”, detalla Esteban.

Sonidos en medio de la expedición Camino de los Andaquíes

El trabajo de investigación se adelantó entre el 20 de enero y el 10 de febrero de 2017.

Un día comienza desde las 4:30 a. m., se sale acompañado, cargando todo lo necesario, incluso el almuerzo del día. Las horas se van en caminar y caminar en medio del bosque absoluto, entre el verde espesor del ambiente. Ahí se agudiza el oído, se alista la cámara y se observa detenidamente hasta que aparece ante los ojos: una nueva especie, el registro, su descripción.
“Las aves son un trabajo de mucha credibilidad, puede ser un recurso fotográfico, auditivo, una grabación o una piel, pero en una salida como esta de 15 días, en una localidad promedio se registra entre 200 y 250 aves”, señala.
Las expediciones se realizan siempre en compañía de habitantes de la zona.

Las expediciones se realizan siempre en compañía de habitantes de la zona.

Foto:Cortesía Esteban Carrillo

Si es necesaria se usa la trampa de niebla para atraparlas. Se sujetan con cuidado para detallarlas y obtener más datos. Después se liberan. En casos muy específicos se procede a sacrificarlas para obtener información concreta del ave.
El día se va en pausas ligeras para la hidratación y comer. Entre las 5 p. m. y 6 p. m. ya se está regresando al campamento. Ya ahí se comienzan a pasar las notas de la jornada. Un trabajo que se repite en todo el recorrido.

Río Apaporis, en la inmensidad de la Amazonia

En el 2018, Esteban se vinculó nuevamente a otra de las expediciones. Esta se realizó entre el 21 de febrero al 12 de marzo. La ruta fue Bogotá - Villavicencio, por carretera. De ahí volaron hasta Mitú, donde una avioneta los llevó al municipio de Buenos Aires. El camino desde ahí ya se hizo fue en lancha y caminando.
Pasaron por el raudal de Jirijirimo y Cerro Morroco, en el Vaupés. El siguiente paso fue partir desde Mitú hasta San José del Guaviare, la última parada del camino fue Cerro Campana.
Las jornadas de investigación comenzaban desde las 4 de la mañana por el horario que tienen las aves.

Las jornadas de investigación comenzaban desde las 4 de la mañana por el horario que tienen las aves.

Foto:

Durante el viaje, Carrillo estuvo acompañado del indígena tucano Miguel Ángel Portura. “Fue bonito entender que había una voluntad política por la paz, que por primera vez en el Vaupés pensaron en trabajar en algo diferente”, detalla Esteban.
La alimentación en esta fase fue muy diferente, en la primera parte pudieron contar con el abastecimiento suficiente y la ayuda de una cocinera para todos los investigadores; en la parte del Guaviare, debido a las limitaciones de movilidad, se contó con raciones de alimentación del Ejército con estufas a gas.

Expedición Colombia Bio en el Río Apaporis

En los recorridos, Esteban agudiza el oído, se alista la cámara y se observa detenidamente hasta que aparece ante los ojos un ave.

El trabajo no para después de terminar los recorridos, la compilación de toda la información es uno de los compromisos. Todos los datos deben ser ingresados al Sistema de Información sobre la Biodiversidad de Colombia, en algunos de los casos también se hace socialización desde el territorio.
“Yo creo que aprendieron mucho acerca de eso y nosotros también de lo que sucede allá. El proceso les enseñó la riqueza que tenía el territorio y que eso les iba permitir transmitirselo a sus hijos, entonces ellos también se convertían en agentes de conservación”, puntualiza Esteban.
MARÍA FERNANDA ARBELÁEZ MÉNDEZ
Redacción ELTIEMPO.COM
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