Medio Ambiente

La mitad de las capitales del país en alto riesgo por cambio climático

Cambios extremos en el clima, alimentos y agua son los talones de Aquiles para urbes como Bogotá.

Yuli Salazarjulio 6 de 2017, 12:10 P.M.

En las próximas décadas, no sólo se hablará de cambio climático cuando ocurran emergencias como deslizamientos o inundaciones, sino cuando en el plato de los colombianos empiecen a faltar algunos alimentos o incluso haya escases de ciertos productos por largas temporadas. También, cuando el suministro de agua no sea tan fácil como simplemente abrir la llave.

La seguridad alimentaria es la dimensión en la que está más vulnerable el país ante los cambios de las precipitaciones y la temperatura y a eso se le adiciona la baja capacidad para que Colombia se adapte a esos nuevos escenarios.

El riesgo es latente para todos los municipios, pero especialmente para 15 de las 32 capitales del país, que tienen un alto riesgo por las transformaciones que está teniendo el clima y que se agudizarán en las próximas décadas debido al cambio climático, un fenómeno causado por las emisiones de gases efecto invernadero que produce el hombre en sus actividades y que está aumentando la temperatura al tal punto que varió por completo el sistema meteorológico de la Tierra.

Bogotá alcanzó el máximo de calor después de 60 años.
Foto:Hector Fabio Zamora

El alcance del riesgo en los departamentos y municipios lo dio a conocer esta semana el Ideam al entregar el ‘Análisis de Vulnerabilidad y Riesgo por Cambio Climático’ en Colombia, un completo documento de más de 300 páginas, que como nunca antes cruzó las variables sociales y climáticas y que hace parte de la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático, un compromiso del país ante Naciones Unidas.

El análisis logra medir disimiles variables: desde el déficit de vivienda, la pérdida de bosques, la gestión fiscal de los municipios o el número de deslizamientos o inundaciones, entre otras 113 variables, que tejen el complejo escenario de por qué los municipios en Colombia son tan proclíves a que las amenazas climáticas los afecten negativamente. Adicionalmente se unió la información climática de las últimas cuatro décadas y de las proyecciones de lluvia y temperatura de los próximos 80 años.

Agua y alimentos

Más de la tercera parte (34,63 %) de las razones que contribuyen a ese alto riesgo del país se deben a la baja capacidad para garantizar la disponibilidad y calidad de alimentos. El estudio analizó cómo variaría la distribución de los cultivos de productos como yuca, arroz, plátano, caña, papa, maíz, frijol y café en relación con la variación de la temperatura a la que regularmente se siembran.

Según el análisis, las causas de esa debilidad se deben, de un lado, a la alta exposición y debilidad de los cultivos a las altas temperaturas y a los regímenes de lluvia; pero también a que hay muy poca capacidad del agro colombiano para hacerle frente a esos cambios, eso lo ilustra, por ejemplo, la falta de cobertura de seguros agropecuarios y las dificultades en la implementación de paquetes tecnológicos que optimicen el uso de los recursos naturales. Vea: El especial sobre el cambio climático en Colombia.

De hecho, el Departamento de Planeación Nacional en su análisis para generar una hoja de ruta de crecimiento verde diagnosticó que el país se raja en la productividad del agua y del suelo. A eso se le suma que cerca de 20 millones de hectáreas se encuentran sobreutilizadas por actividades agropecuarias.

El informe del Ideam prueba, por ejemplo, como en Bogotá el 30 por ciento de su riesgo ante el cambio climático se relaciona con la seguridad alimentaria, similar situación sucede en Valle del Cauca, donde Cali es uno de los municipios con más riesgo y las amenazas ante este fenómenos se relacionan, en más del 50 por ciento, con la producción de alimentos.

Omar Franco, director del Ideam, explica que no se puede pasar de alto la alta dependencia que tiene la capital del país- con cerca de 9 millones de habitantes- a los productos que vienen de las regiones, donde se van a empezar a ver los cambios en la agricultura.

Para Jorge Gutiérrez, autor principal de este estudio, los grandes centros urbanos están en mayor riesgo porque no logran autoabastecer sus propias necesidades y demandan servicios ecosistémicos tan claves como el agua, distinto de otras regiones como Nariño, el departamento con mayor capacidad para adaptarse, que tiene variedad de ecosistemas y un mayor cuidado de sus recursos hídricos.

“Los colombianos recibirán la comida de lugares mucho más alejados de sus ciudades. Por ejemplo, en Bogotá empiezan a llegar productos que vienen hasta de Ecuador”, enfatiza.

Gutiérrez señala que ante los cambios que se preveen para el 2040 los gremios deben empezar a fortalecer las mesas agrometeorológicas y, en el corto plazo, analizar con detalle la data histórica de cómo se han comparado las lluvias y las temperaturas en años de fenómenos de La Niña y El Niño, que son los referentes para adaptarse a ese nuevo clima que ya le está cambiando la cara al agro colombiano.

Laura Betancur Alarcón

@laurabeta

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Yuli Salazarjulio 6 de 2017, 12:10 P.M.