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Vida

Educar un cachorro con límites y amor

Los paseos y juegos al aire libre le permiten al cachorro explorar y conocer nuevos ruidos y olores.

Los paseos y juegos al aire libre le permiten al cachorro explorar y conocer nuevos ruidos y olores.

Foto:123rf

Es clave que aprenda a canalizar la energía e instintos naturales del animal.

Natalia García y su familia recibieron con mucha alegría a Mila, una perra labrador negra de apenas dos meses. Todos estaban felices con la llegada de la mascota, aunque nunca habían tenido una. La cosa se empezó a complicar cuando, aunque la mascota tenía la cama en un patio cubierto, así como un lugar para las necesidades físicas, parecía estar aguantando antes de entrar a casa, pues hacía de las suyas en el tapete. “En ese momento todavía no la podía sacar a pasear porque no tenía las vacunas completas”, cuenta Natalia, abogada de profesión.
Además de no hacer sus necesidades donde tocaba, dañó varias cosas de la casa y se ‘comió’ los muñecos del pesebre. Los cojines de la sala eran el blanco perfecto para sus travesuras. Y al tratar de quitarle los objetos decorativos salía corriendo creyendo que era un juego.
La situación se volvió más difícil porque la familia sentía que no iba a poder controlarla. “Era un perra muy nerviosa, se ponía como loca cuando uno la corregía. Quería que la acariciaran todo el tiempo. Y si uno no lo hacía, metía la cabeza debajo de la mano con brusquedad”, recuerda Natalia.
Cuando ya mi mamá la iba a echar de la casa y Mila tenía seis meses, me propuse sacarla a pasear dos veces al día para que quemara energía y eso ayudó –relata Natalia–. Y asesorada por su veterinario, comenzó un plan de disciplina y hoy es mucho más juiciosa, aunque todavía hace algunos daños”.
Mila ya tiene tres años y está más tranquila, aunque aún hay situaciones que la ponen muy nerviosa como montar en carro.

Nueva responsabilidad

La llegada de una mascota a la casa trae mucha felicidad, pero también nuevas responsabilidades. Educarla es esencial para una sana convivencia. Muchos deciden contratar un entrenador, pero esta opción no está al alcance de todos. Así que es clave saber cómo comenzar a impartir disciplina y control.
Como explica César Millán (el famoso ‘encantador de perros’) en su libro Guía para un perro feliz, la clave para lograr un adiestramiento canino exitoso es canalizar la energía e instintos naturales del perro hacia una conducta positiva. También hay que tener en cuenta las características de cada raza y, sobre todo, que los humanos no deben suprimir el funcionamiento natural canino al buscar humanizarlo.
Cosas como caminar junto a su amo, obedecer órdenes sencillas como sentarse y acostarse, que se quede afuera junto a la puerta y que adquiera hábitos alimentarios saludables son comportamientos claves.
Para el entrenador de perros Henry Heshusius, “lo más importante es educar sin golpes, sin agresividad y sin gritos. Solo con el lenguaje corporal. Antes que enseñar trucos como dar la mano, sentarse o caminar al lado del dueño, es importante establecer límites. Estos los marca el humano, que debe ser el dominante en la casa.
Es importante que las normas estén claras y todos los miembros de la casa estén alineados y las apliquen por igual”.

Lo más importante es educar sin golpes, sin agresividad y sin gritos. Solo con el lenguaje corporal.

Para Heshusius, lo primero que hay que enseñarle es la diferencia entre bien y mal. Por ejemplo, si se sube a la mesa, debe bajarse inmediatamente. La orden es ¡abajo!
“También son claves los refuerzos positivos. El sonido debe ir con energía positiva: por ejemplo: ‘Buen chico’, al felicitarlo por algo que hizo bien. La desaprobación debe ser dicha con tono enérgico para que desde el principio entienda qué hizo mal”, explica el entrenador.
Esto se debe hacer desde que el perro es muy pequeño; así, cuando tenga cuatro meses podrá aprender cada vez más comandos.
Por su parte, la experta en comportamiento animal Carolina Alaguna explica que los cachorros empiezan a seguir órdenes a partir de los cuatro meses, en promedio.
“En este proceso se debe ser disciplinado, constante, dedicarles un rato todos los días y ser firmes y claros con lo que se quiere lograr”, dice Alaguna, médica veterinaria etóloga.
Además, explica que se deben enseñar cinco órdenes básicas: ‘siéntate’, ‘acuéstate’, ‘quédate quieto’, ‘ven acá’ y ‘camina junto a mí’. “Enseñarle estas instrucciones básicas es muy importante porque desde ahí se empieza a inculcar obediencia y se fortalece el vínculo con el animal”, añade Alaguna.
Y asegura que así, además, se previenen problemas de comportamiento y convivencia y el perro aprende a ver a su dueño como su líder.

Disciplina = tranquilidad

1. Sea paciente y tómese su tiempo.
2. Siempre se debe enseñar con un refuerzo positivo.
3. Es clave que el perro y el amo se diviertan. Eso ayuda a desarrollar su parte cognitiva y a mejorar su físico y flexibilidad.
4. A la hora de enseñar, el premio debe ser siempre el mismo (debe ser pequeño).
5. Un perro obediente es más feliz y no corre tantos riesgos.
6. Cuando el acudiente descubre lo inteligente que es su perro, también es feliz.
8. Educar el perro será beneficioso incluso a la hora de pasearlo por la ciudad, pues parará en las esquinas y lo esperará cuando vaya de compras.

Sentarse

Para dar cualquier orden hay que pararse frente a la mascota. Con la mano estirada, se le muestra la comida para que la huela. Con un movimiento suave se le pone la mano en la nariz y se va moviendo hacia atrás; esto hará que el perro, solito, se siente. Apenas lo haga, darle el premio inmediatamente.

Acostarse

Una vez el perro se siente solo apenas vea el estímulo, estará listo para aprender el segundo comando. Con el puño cerrado para que huela, dirija su cabeza en medio de las patas y baje la mano lentamente, de tal manera que él vaya bajando y, finalmente, se tenga que acostar. Se debe dar el premio y consentir. Practicar esta labor todos los días.

Ir al baño

Cuando son cachorros hay que tener mucha paciencia y vigilancia continua. Por lo general, cuando se levantan de la siesta hacen sus necesidades ahí mismo; igualmente, unos minutos después de cada comida. La única preocupación del cachorro es no hacerlo cerca de donde come y duerme. Hay que dedicarle tiempo. Se logrará más o menos en 4 semanas siendo constante.

Que camine junto

Es importante que el perro lo mire cuando dé la instrucción y tener firme la correa de manera que no se quede atrás ni se adelante, y darle señales solo cuando sea necesario. La mascota debe ir al lado izquierdo cruzándole la correa por delante, teniéndola con la mano derecha. El cachorro debe caminar con su cabeza a la misma altura de la cadera del paseador.
CECILIA MONTOYA
EL TIEMPO
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