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Ciencia

Asgardia-1, la apuesta por una nación espacial

Representación de lo que sería la base científica cuando esté completamente terminada.

Representación de lo que sería la base científica cuando esté completamente terminada.

Foto:Cortesía Asgardia

Esta organización busca poner los cimientos de la que será una nueva colonia extraterrestre.

Juan Carlos Rojas
Un pequeño cubo de poco más de 20 cm de largo se convertirá en los próximos días en la primera piedra de una nación humana en el espacio. Y como cabría de esperarse, no se trata de una pieza de concreto u otro material de construcción tradicional. En su lugar, será un microsatélite metálico cuya materia prima son las 500 gigas de información sobre los primeros habitantes de la que podrá ser considerada toda una utopía extraterrestre.
En este momento, el satélite artificial, denominado Asgardia-1, se encuentra dentro de la Estación Espacial Internacional, a la espera de que los tripulantes de esta alcancen la altura adecuada para liberarlo en la ingravidez del cosmos.
Cuando esto ocurra significará la puesta en marcha y materialización de un proyecto que hasta hace poco no parecía más que eso, un sueño: el Reino Espacial de Asgardia.
Aunque suene a ciencia ficción, está cada vez más cerca de dejar de serlo. Asgardia promete ser el primer país en tener todo su territorio soberano más allá de los confines de nuestro planeta.
Su organización política será una monarquía constitucional, además de tener un parlamento elegido democráticamente, el cual tendrá la responsabilidad de tomar la mayoría de las grandes decisiones dentro de la nación, incluida su constitución.
“Asgardia está diseñada para crear un vínculo entre el espacio y las personas, un vínculo no ofrecido por las naciones terrestres o los programas espaciales. Queremos asegurarnos de que, a medida que continuamos explorando el espacio, la democracia esté en el centro de nuestras exploraciones”, le dijeron a este diario representantes del proyecto.
En este sentido, su carta magna propenderá por la paz en el espacio y la prevención de los conflictos de la Tierra que se transfieren más allá del planeta. Desde un punto de vista filosófico, Asgardia buscará “servir a la humanidad entera y a todos y cada uno, independientemente de su bienestar personal y la prosperidad del país donde nacieron”, según establece en su página web su creador –y actual primer ministro–, Igor Ashurbeyli, un científico y emprendedor multimillonario que ya se había embarcado en otros proyectos de corte aeroespacial, como el Centro Internacional de Investigación Aeroespacial en Viena.
Asimismo, los ciudadanos asgardianos deberán cumplir tres objetivos científicos específicos: garantizar el uso pacífico del espacio, proteger al planeta Tierra de siete amenazas espaciales: tormentas solares y bengalas, conocidas como eyecciones de masa coronal; cambios en la magnetosfera de la Tierra que destruyen la capa protectora efectiva de nuestro planeta; asteroides y cometas potencialmente peligrosos, desechos orbitales artificiales, cambios en el clima derivados de factores tecnogénicos y radiación solar; radiación cósmica de reacciones nucleares en novas, supernovas y púlsares, al igual que del peligro de infección de la Tierra por microorganismos de meteoritos y otros cuerpos celestes pequeños.
Su tercera meta será crear una base científica desmilitarizada y libre, dedicada al conocimiento en el espacio. “Esto proporcionará acceso gratuito a todos, especialmente a aquellos de países en desarrollo que no tienen acceso al espacio ahora. Y ese acceso debe ser libre y directo”, indica la organización.
Aunque aseguran que aún no pueden hacer declaraciones sobre cálculos como cuánto costará todo el proyecto, hasta no tener un parlamento funcional, desde Asgardia le dijeron a este diario que, como toda nación democrática, harán declaraciones presupuestales cada año.
En el mismo sentido, sobre el parlamento recaerá la responsabilidad de decidir cuándo crear una nave habitable.
Ante la pregunta de cómo piensan garantizar que Asgardia salga de los planes y se convierta en realidad, desde Asgardia respondieron: “Somos una nación de soñadores, reunidos bajo una constitución a fin de que podamos trabajar juntos de una manera estructurada para hacer nuestros sueños realidad”.

Una nación que ya tiene 146.000 ciudadanos

De acuerdo con voceros del proyecto, Asgardia-1 contiene información sobre su constitución y su bandera e insignias, lo que significa un “paso enorme” para lograr que la ONU reconozca a Asgardia como una nación. En este momento ya hay 146.000 ciudadanos, pertenecientes a 174 países del mundo, registrados en las filas de esta nación. Todos ellos fueron seleccionados tras aceptar las condiciones legales del país, y en un futuro esperan poder mostrar con orgullo el pasaporte asgardiano.
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Juan Carlos Rojas
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