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Proceso de Paz

Al Congreso le esperan largas y tensas sesiones sobre proceso de paz

Los congresistas del Centro Democrático serán protagonistas de los debates.

Los congresistas del Centro Democrático serán protagonistas de los debates.

Foto:Juan Diego Buitrago / EL TIEMPO

El cambio en las reglas del ‘fast track’ plantea un reto para el Gobierno y para los partidos.

Si algo quedó claro tras la decisión de la Corte Constitucional, que le quitó al Gobierno la facultad para trancar las propuestas de los congresistas que alteren el acuerdo de paz, es que se vienen unos meses de extensos debates en el Legislativo, el cual tendrá ahora la responsabilidad de que lo pactado con las Farc no sufra modificaciones.
La decisión del alto tribunal, que hace apenas cinco meses avaló sin reparos la vía rápida o ‘fast track’ para implementar por el Congreso lo acordado en La Habana, fue un giro en el tránsito que cumplían los proyectos de ley y de reforma constitucional para ello.
El fallo planteó un panorama diferente en el Legislativo, que tendrá un elemento nuevo en el ‘fast track’: debates extensos debido a que todas las proposiciones de los congresistas tendrán que ser debatidas y votadas. Una por una.
En su decisión, los magistrados del alto tribunal eliminaron dos reglas del ‘fast track’: la competencia del Gobierno para avalar las proposiciones que iban en el sentido del acuerdo y que todo el articulado se votara en bloque.
Por ende, este fallo deja sobre los hombros del Congreso la responsabilidad mayúscula de cuidar la fidelidad de lo acordado.
El gran reto para el Gobierno es mantener esas mayorías del lado del proceso (la coalición pro paz), no permitir que los debates se dilaten con discursos insulsos y lograr que los congresistas asistan a las votaciones, pese a lo extensas que prometen ser esas sesiones.

Los uribistas

El nuevo panorama le abre una puerta enorme a los congresistas del Centro Democrático, quienes seguramente se convertirán en protagonistas de los debates alrededor de la implementación. No en vano la senadora por el Centro Democrático y precandidata María del Rosario Guerra anunció que aunque su partido “no ha tomado una decisión” sobre cómo se actuará, lo que sí es seguro es que “tratará de buscar un consenso con otros partidos para hacer modificaciones”.
“No tengo duda de que si vemos la oportunidad de hacer un cambio significativo, tampoco vamos a poder desaprovecharla. Y si hay posibilidad de que logremos un consenso sobre una proposición de fondo, en algunos de estos temas que afecten la democracia y la institucionalidad, seguramente tendremos que metérsela toda y apoyarla”, afirmó la congresista.
Sin embargo, para Efraín Cepeda, senador por el Partido Conservador y fiel escudero del gobierno del presidente Juan Manuel Santos en el Congreso, si bien se recuperó el espacio para debatir proposiciones, “las mayorías que han acompañado el acuerdo de paz están intactas”.
“Los que no están de acuerdo con el proceso de paz van a presentar muchas proposiciones modificando artículos, pero lo único que cambiará es que en vez de votar el articulado en bloque, muchos de ellos se votarán uno por uno”, afirmó Cepeda.
Su tesis la apoya el senador por el Partido de ‘la U’ Ángel Custodio Cabrera. “Lo que se viene es muy sencillo: los acuerdos de paz hay que mantenerlos y respetarlos (...). En el caso de ‘la U’ estaremos acompañando al Gobierno en toda la implementación”, aseguró Cabrera.

Las fuerzas

El Gobierno, en todo caso, mantiene de su lado las mayorías que conforman la llamada ‘unidad para la paz’, en la cual concurren todos los partidos políticos con excepción del Centro Democrático.
A esto hay que sumar que, según varios congresistas uribistas, la idea es seguir participando en los debates, pero marginarse de las votaciones de los proyectos que implementen el acuerdo de paz, como lo han venido haciendo hasta el momento.
“Nuestra práctica como bancada sigue igual, puesto que los instrumentos deslegitimadores son el plebiscito y todo el ‘fast track’ ”, dijo el senador José Obdulio Gaviria, quien anunció que su bancada se seguirá separando de las votaciones.
La fe del Gobierno está puesta en las mayorías de los partidos que acompañan el proceso, los cuales, como lo dijo un editorial de EL TIEMPO, tienen una “prueba de fuego” en los meses por venir.
POLÍTICA
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