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La cultura del contenedor

No caería mal que la Unidad de Servicios Públicos hiciera algo más de pedagogía.

Editorial .
Bogotá ha entrado en la era de los contenedores. Más de 10.000 recipientes de estos se están instalando en cerca de 7.300 puntos de la capital, en 15 localidades. Son estructuras mediante las cuales se busca que en las zonas donde se ha evidenciado mayor generación de desperdicios, la gente pueda depositarlos en un lugar seguro y en el que se facilite el reciclaje, pues, además de la caneca para los desechos ordinarios, hay otra para el material aprovechable.
La medida parece sencilla y el fin loable. En ciudades como París o Buenos Aires, el modelo funciona de manera aceptable. Aquí, su implementación se logró gracias al nuevo esquema de aseo de Bogotá, que obliga a los concesionarios a instalar estos receptáculos para contribuir al aseo. Y ellos han cumplido, hay que reconocerlo.
El ciudadano del común aún parece no comprender del todo para qué son estos contenedores, que son ahora parte del paisaje urbano. No caería mal que la Unidad de Servicios Públicos hiciera algo más de pedagogía. Sobre todo porque cuando pase la novedad, es probable que también pase el interés y la gente comience con prácticas insanas como dejar la bolsa al lado del recipiente y seguir de largo. O que venga el reciclador y, en lugar de dejar las cosas como las encontró, desparrame la basura alrededor y termine formándose un muladar.
Las empresas, a su turno, deben mantener en buen estado estas nuevas estructuras. Ya en el centro de la ciudad es posible ver que muchos contenedores se llenan hasta el tope, y la basura se acumula por fuera de estos. Y una imagen vale más que mil palabras, especialmente en tiempos de redes sociales.
Bienvenido el nuevo mobiliario, pero ello no es suficiente. Lo clave es que se imponga la cultura ciudadana con el contenedor; que la gente sepa usarlo y aprovecharlo será un buen indicador de qué tanto apreciamos la ciudad y qué tanto queremos verla limpia.
EDITORIAL
editorial@eltiempo.com
Editorial .
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