¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Voto por Cantinflas

Cantinflas fue el personaje con quien nos identificamos todos, porque a todos nos interpretó.

Luis Noé Ochoa
Ayer hace 25 años estábamos llorando por un hombre que nos hizo reír. Ese 19 de abril de 1993 se fue a los escenarios celestiales don Mario Moreno ‘Cantinflas’. Fue uno de los comediantes más grandes de la historia. Como Chaplin, o tal vez más, pues le llevaba 10 centímetros. Fue un genio inolvidable del humor.
Pero el humor fino, con gracia, el apunte genial y oportuno. Cantinflas fue el personaje con quien nos identificamos todos, porque a todos nos interpretó, especialmente a los que, como dice el Señor de Monserrate, arrancamos de abajo. Por eso supo ser desde barrendero hasta presidente. Y lustrabotas, torero, ministro, diputado, diplomático, cura, maestro, empleado público y político.
En esto, como Gonzalo Jiménez de Quesada, fue un adelantado. Y así personificó en cuerpo ajeno, como se usa ahora, a quienes se dedican a esta profesión, en la que, como estamos viendo, hay poco carácter, lealtad y filosofía, pues se puede ser de centro- derecha y levantarse de izquierda, o a la “visconversa”, como él decía, pues hay políticos que no son “ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Ahí está el detalle”. Y ahí está el problema, pues eso hace que el pueblo, o el ‘pópulo’, como afirmaba, haya dejado de creer en los políticos.
Qué tal estas palabras en Su excelencia: “Estamos pasando un momento crucial en que la humanidad se enfrenta a la misma humanidad. Estamos viviendo un momento histórico, en que el hombre, científica e intelectualmente, es un gigante, pero moralmente es un pigmeo”... Y sigue en el discurso para pigmearse de la risa.

Miremos, candidatos, las lecciones de Cantinflas. Miren su nobleza, su filosofía, siempre defendiendo lo justo, a los desprotegidos, a los más vulnerables, a los niños y las mujeres.

Como ven, era un político. Por eso dijo la frase que nunca leyó el representante Jesús Santrich: “No sospecho de nadie, pero desconfío de todos”.
Santrichte no desconfió, y tin Marín de do pingüey, botó el salvavidas tres metros ante de la orilla. Es decir, cuando ya estaba con casa, carro y beca que obtuvieron a cambio de dejar las armas y pedir perdón; cuando ya iba a entrar a la ‘burrocracia’, según dicen la DEA y la Fiscalía, estaba negociando el envío de coca a Estados Unidos. Hasta le mandó toneladas de abrazos y un cuadro autografiado al jefe del cartel de Sinaloa, sin saber que era los de SinaDEA, que le echaban mano, manito. Órale, güey, no hay peor ciego que el que no quiere la paz, se dice. Ahora, que caigan los que tengan que caer, decía Cantinflas sacudiendo un mango, pero la paz hay que defenderla a capa y espada.
Este es un país cantinflesco. Gran material tendría él para otras 49 películas. La corrupción que él combatió. Ahora dizque en las FF. MM. hay chanchullos por lo general, y por lo coronel, y al cabo que no pasará nada... “¿Cómo dice que dijo?”. No, señores, que se aclare, porque los millones de militares honestos y esta institución no pueden quedar en entredicho. He dicho. El que se queme que sople.
Lástima que se fue. Habría que verlo en la película ‘Debate presidencial’. Seguramente repetiría esas palabras profundas que pronunció en Si yo fuera diputado, que pudo llamarse ‘El discurso del aguacate’, en que dijo cosas concretas: “Pueblo que me escucha, aquí me tienen delante de ustedes y ustedes delante de mí y es una verdad que nadie podrá desmentir. ... Y ahora me pregunto: ¿por qué estoy aquí? Estoy aquí porque no estoy en ninguna otra parte y porque ustedes me llamaron y si el pueblo me llama, el pueblo sabrá por qué lo hizo”.
Ya en serio, miremos, candidatos, las lecciones de Cantinflas. Miren su nobleza, su filosofía, siempre defendiendo lo justo, lo humano, a los desprotegidos, a los más vulnerables, a los niños y las mujeres. Siempre, contra los deshonestos. Y apliquen su pensamiento y sus lecciones. “El mundo debería reírse más, pero después de haber comido”. Yo votaría por él.
LUIS NOÉ OCHOA
luioch@eltiempo.com
Luis Noé Ochoa
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción