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A ponernos las pilas

El acuerdo hay que defenderlo, incluso, de los magistrados de la Corte.

Además de apoyar el acuerdo de paz con las Farc, de valorar lo que significa para Colombia y para los colombianos que 7.000 guerrilleros hayan dejado de matar soldados y campesinos, de secuestrar, de derrumbar torres de energía y estén en proceso de entregar sus armas a Naciones Unidas, quienes estamos en esa onda debemos ponernos las pilas para defender lo que se ha logrado en favor de la paz. Porque enemigos del acuerdo siguen empeñados en destruirlo.
No olvidemos que, gracias a una campaña de terror y mentiras, lograron que la gente “votara berraca” contra el plebiscito del 2 de octubre, como ufano lo contó el señor Vélez Uribe, director de esa campaña. Envalentonados ahora, pues una sentencia de la Corte Constitucional pone en riesgo lo pactado con las Farc, los enemigos están resueltos a “volver trizas ese maldito acuerdo”.
Ante reiteradas y nuevas amenazas, el doctor Humberto de la Calle dijo en este diario que la Corte puso en jaque el acuerdo de paz y que es grave echar marcha atrás en un tema tan delicado. Porque el Estado tiene un compromiso ético que debe cumplir y revisar, o cambiar elementos centrales de lo acordado, es un engaño. Por eso propone que “quienes defendemos el proceso y estamos protegiendo una paz que apenas comienza” formemos una gran coalición para seguir luchando contra el autoritarismo, contra el fanatismo religioso, pues está en juego la esencia de una sociedad tolerante y abierta. La propuesta de De la Calle exige inmediata acogida, pues el acuerdo requiere apoyo masivo para impedir que hábiles manipuladores destrocen compromisos adquiridos.
Por lo pronto, debemos reconocer que el plebiscito se perdió porque fue mal defendido. Faltaron acción y astucia para contrarrestar una campaña llena de falsedades que aterrorizó a los votantes. Y a quienes votamos por el Sí nos faltó entusiasmo. Ese entusiasmo que nos hizo falta lo demostró la multitudinaria manifestación espontánea, a favor del Sí, que llenó las calles al día siguiente y superó los 52.000 votos que derrotaron el plebiscito. El acuerdo hay que defenderlo, incluso, de los magistrados de la Corte que le jalan más a la política que a la jurisprudencia.
Es importante oír voces tan respetables y autorizadas como la del superior de los jesuitas, Francisco de Roux. El sacerdote, quien estuvo en Barcelona y Fráncfort analizando con extranjeros la paz en Colombia, cuenta que le impactó oír allá “que la mejor noticia internacional del siglo XXI es el proceso de paz en Colombia”.
Analizando la realidad, escribió: “A la paz se la tragó la política. Y duro les cae al presidente Santos y al senador Uribe, a los políticos que manipulan la política de la paz... Aconteció en el plebiscito, que no era necesario y que convocó el presidente Santos para consolidar su triunfo político sobre Uribe. Este, que había hecho el complicado acuerdo con los paramilitares sin plebiscito, aceptó el desafío y ganó. Desde entonces, la oposición une posverdad con protestas ciudadanas para levantar el rechazo a la paz como la manera más eficaz de ganar las elecciones”.
Más claro no canta un gallo, como diría J. M. Santos. Y esa opinión del sacerdote más admirado y respetado, quien en el Magdalena Medio se expuso a vivir todos los peligros para ayudar a los necesitados de la zona, ahora defiende la paz con sabias reflexiones y oportunas recomendaciones que no se pueden echar en saco roto. Él considera que la Corte dio un duro golpe contra la confianza del proceso. Que “hacer trizas la paz” es proteger el negocio de coca contra la estrategia del acuerdo de paz...
Que el inmenso salto humanitario hay que protegerlo”. Es bueno que los católicos atiendan las sabias recomendaciones del delegado de Jesucristo en este conflictivo país.
LUCY NIETO DE SAMPER
lucynietods@gmail.com
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