¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Los invisibles

Cambiaron el sueño americano por la ocultación y el miedo.

Leopoldo Villar Borda
Son más de once millones. Más de la mitad son mexicanos. Les siguen en número los de otros países latinoamericanos y los asiáticos. Están distribuidos por todo el territorio de Estados Unidos, pero se concentran especialmente en California, Texas, Florida, Illinois, Nueva York y Nueva Jersey. Figuran en las estadísticas del Gobierno de Washington, aunque no se sabe cómo los contaron porque están indocumentados. Trabajan, pagan impuestos, y sus hijos van a las escuelas pero están en constante peligro de ser deportados. Fueron en busca del sueño americano y, en cambio, viven entre la ocultación y el miedo.
Esta es la situación de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos, que son casi la cuarta parte de los cincuenta millones de extranjeros en aquel país. La reciente amenaza de Donald Trump de borrar la ciudadanía por nacimiento de la Constitución de Estados Unidos los alertó una vez más sobre su precaria condición, aunque no pasó de ser una fanfarronada porque los cambios en la Constitución no están en manos del mandatario, sino en las del Congreso. Ahora enfrentan la decisión del Gobierno de incluir en el censo de 2020 una pregunta sobre la ciudadanía que se resisten a responder porque temen que la información sea usada en su contra.
La discusión sobre la pregunta podría parecer inocua si no fuera porque Trump quiere expulsarlos o, al menos, hacerles la vida imposible. Lo malo es que si no participan en el censo y, por lo tanto, no son contados, también saldrían perdiendo. Como las cifras del censo se utilizan para definir el número de las curules asignadas a los estados en la Cámara de Representantes y la distribución de los escaños en las legislaturas locales, la reducción de participantes disminuirá la representación política de las mismas comunidades en el Congreso y las corporaciones regionales. Esto, a su vez, obstaculizará su acceso a miles de millones de dólares en fondos federales para la construcción de escuelas, obras de infraestructura y programas de salud como Medicare y Medicaid.
Estos son los ingredientes del litigio que enfrenta hoy a Trump con 18 estados, varias de las mayores ciudades de la Unión Americana y una plétora de defensores de los derechos humanos que demandaron la inclusión de la pregunta ante las cortes federales. El Gobierno pidió a la Corte Suprema frenar las demandas, pero esta rechazó la petición para permitir que el caso se resuelva antes de imprimir los formularios del censo. Un desenlace adverso a los demandantes tendría un efecto político explosivo, porque los estados y las comunidades involucrados votan en su mayoría por el Partido Demócrata.
Los efectos también se harían sentir en la definición de los distritos electorales locales, cuya manipulación ha dado lugar desde hace largo tiempo a interminables disputas entre los partidos y demandas ante los tribunales, muchas de las cuales han llegado hasta la Corte Suprema. Esta ha sostenido que los tribunales no son competentes para decidir sobre temas electorales, pero su posición podría cambiar. La Corte estudia hoy una demanda contra la redistribución de los distritos electorales de Wisconsin hecha por la legislatura republicana en 2011, que no afectó la elección de Barack Obama el año siguiente pero sirvió a los republicanos para controlar hasta hoy el Senado y la Cámara de Representantes del estado.
Ahora, la cuestión del censo podría tener un efecto mucho mayor, sobre todo para los indocumentados, que no han logrado el reconocimiento de sus derechos y viven en la clandestinidad. Son habitantes invisibles y quieren seguir siéndolo porque sienten que esa es la única manera de evadir la persecución oficial. Y ahora, por el litigio que provocó Donald Trump, se verán obligados a elegir entre Guatemala y Guatepeor.
LEOPOLDO VILLAR BORDA
Leopoldo Villar Borda
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción