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Vías terciarias

El Gobierno está jugado a fondo para sacar adelante el programa de vías terciarias del posconflicto.

El Gobierno está jugado a fondo para sacar adelante el programa de vías terciarias del posconflicto. Una iniciativa a todas luces necesaria para interconectar aquellas zonas del país que, por culpa del conflicto armado, permanecieron olvidadas y, por razones obvias, marginadas del desarrollo. La apuesta, sin duda, es ambiciosa: intervenir 2.550 kilómetros de vías a lo largo y ancho del país, con una partida presupuestal cercana a los 1,5 billones de pesos.
Ahora, más allá de las buenas intenciones del Gobierno y de las bondades intrínsecas del mencionado programa, bien vale la pena formular un interrogante de base: ¿tienen los planes de la nación el suficiente sustento técnico para garantizar la resurrección de las vías terciarias? Antes de despejar la duda, no está de más recodar la suerte que en su momento corrió el ‘Plan 2.500’, lanzado para fines muy similares en 2004.
En pocas palabras, aquella iniciativa, que buscaba pavimentar más de 2.500 kilómetros de vías terciarias en 440 municipios, fue a dar al traste por motivos que, entonces, obedecieron a un rosario de errores imperdonables: nunca contó con estudios y diseños, hubo fallas prematuras en el pavimento, las vías mostraron escasa vida útil, los materiales no cumplieron con los estándares de calidad... En fin, una cadena de omisiones que condujeron a un anhelo frustrado.
Así, con la memoria fresca, la principal reflexión que ahora viene a la mente –de cara al programa de las vías del posconflicto del actual gobierno– es obvia: no pueden repetirse los errores del pasado. Para que ello no ocurra, se hace imprescindible contar con estudios y diseños de detalle para cada uno de los tramos viales, con el fin de tener certeza absoluta del presupuesto real de las obras y su cronograma de ejecución.
De igual manera, la utilización del denominado pliego-tipo, empleado por el Invías para la construcción transparente de los procesos licitatorios, es indispensable para evitar la manipulación de estos en favor de determinados oferentes. Solo así, con la implementación de este mecanismo, será posible ponerle freno al apetito desmedido de algunos funcionarios y contratistas que, en medio de pactos corruptos, buscan beneficios particulares.
Para confirmar que los atributos del pliego-tipo, en efecto, son contundentes, solo hace falta dar una mirada a lo que ha ocurrido este año, en relación con licitaciones adelantadas, justamente, para la construcción de vías terciarias. Gracias al uso de este instrumento, el Invías ha adjudicado de forma transparente 24 procesos, cuyo valor superó los 83.000 millones de pesos, y a los cuales llegaron 3.246 propuestas en total. En síntesis, eso quiere decir que, por cada licitación, fueron presentadas 135 ofertas en promedio.
De lo anterior, sin lugar a dudas, las principales beneficiadas son las pequeñas y medianas empresas de ingeniería, pymes. Son estas compañías las llamadas a construir las vías de la paz. Así, cuanta más transparencia haya en la contratación, mayores serán las oportunidades para este tipo de firmas de participar en procesos plurales, objetivos y meritorios.
Ahora bien, para velar por la adecuada inversión de los recursos asignados a las obras, no pueden quedar de lado la supervisión y contratación de las interventorías a cargo del Invías. Por último, es de vital importancia la provisión anual de recursos por los entes territoriales, a fin de garantizar el mantenimiento de las vías.
Queda la sensación, preocupante por lo demás, de que el programa de las vías para la paz no está tomando en cuenta las recomendaciones aquí expuestas. Sobre todo, aquellas relacionadas con la elaboración de estudios y diseños, y la implementación del pliego-tipo obligatorio. Para nadie es un secreto que la competitividad del país no solo depende de las grandes autopistas de cuarta generación: las vías terciarias son un complemento que merece igual atención.
JUAN MARTÍN CAICEDO FERRER
Presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura
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