¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Música sin herederos

Las nuevas generaciones responden cada día de modo más lánguido a las composiciones de sus ancestros y se abrazan, náufragas de concierto, al rock y al reguetón.

Heriberto Fiorillo
1. ‘Me voy pa’ La Habana’, de José María Peñaranda. ‘Momposina’, de José Barros; ‘El ermitaño’, de Rafael Escalona. ‘Río y mar’, de Pacho Galán; ‘El mochilón’, de Efraín Orozco...
Desde comienzos de los años cincuenta, la voz de Nelson Pinedo empezó a llevar música colombiana a la isla de Cuba, a México y a Venezuela, desde donde fue irradiada a buena parte del mundo.
Nelson llegó a La Habana para quedarse y ser uno de los grandes cantantes de la Sonora Matancera. Su voz, su elegancia al hablar, su porte, su bigote lineal, hasta su curiosa y extrovertida manera de vestir –en vez de usar corbata se acompañaba de un lazo o pajarita– marcarían un estilo suyo, muy particular.
En la isla, Senén Suárez, autor de ‘Reina rumba’ y ‘Sopita en botella’, era entonces el compositor más solicitado por la Sonora. Celia Cruz, Carlos Argentino, Celio González y Bienvenido Granda interpretaban sus canciones. Tremenda evidencia no podía pasar desapercibida para el cantante barranquillero, que pidió al compositor escribir algo para él.
Suárez, artista generoso, entregó a Nelson tres boleros magníficos: ‘Muñeca adorada’, ‘Te engañaron, corazón’ y ‘Una equivocación’. El broche de oro de aquel paquete sería un jonrón para ambos: ‘La esquina del movimiento’.
2. Vocalista es el cantante de dicción perfecta, al que le gusta que su público entienda lo que él canta. Eso era Nelson Pinedo y ese fue, como locutor y como intérprete, su gran objetivo: cantar claro. Nelson había estudiado canto con el maestro Pedro Biava y sabía vocalizar como nadie.
Años después, la gran claridad y perfecta dicción de Nelson llamarían la atención del compositor, cantante y director de orquesta puertorriqueño Tito Rodríguez, quien lo invitaría a grabar un álbum completo, ‘A Latin in América’, con el respaldo de su gran orquesta.
Tito dio a Nelson absoluta libertad en la selección de temas para ese larga duración, pero se guardó para sí la escogencia de uno solo, el bolero ‘Conociendo el alma’, del argentino Leo Mattioli.
3. Dicen que las canciones de creadores como José María Peñaranda, Rafael Escalona, Antonio María Peñaloza y José Barros, que aún nos emocionan en la voz de Nelson Pinedo, no morirán jamás. Eso, si los nuevos grupos musicales de Colombia las recuerdan e incluyen en su repertorio; si orquestas y conjuntos jóvenes siguen cultivando la cumbia, el porro y demás ritmos nacionales. Pero ¿dónde están los herederos musicales de Los Hermanos Piña, de Joe Arroyo, de Juancho Torres, herederos a su vez de Pacho Galán y Lucho Bermúdez?
Nos consta que hay buenos músicos en Colombia, pero las nuevas generaciones responden cada día de modo más lánguido a las composiciones de sus ancestros y se abrazan, náufragas de concierto, a los acordes del rock y al golpe del reguetón. De pronto es la globalización la que nos pone a pensar en el mundo y no en nuestro terruño. El rock, como el inglés, es idioma universal.
Se nos acaba de ir Nelson Pinedo, y no hace mucho se nos fueron Joe Arroyo, Esthercita Forero, Luis Carlos Meyer, José María Peñaranda, Antonio María Peñaloza... Claro que una cosa es el sano inventario de artistas y canciones y otra, poner a circular nuestra memoria ancestral, de oído o con partituras, provocando el sentimiento y la inspiración de quienes tocan y cantan.
Por eso siempre será bueno recordar las canciones que esos genios escribieron, pero quizás sea más constructivo que músicos jóvenes las conozcan y reproduzcan, las bailen, las vivan y, a su manera, las prolonguen, las asuman y las canibalicen en sus propias interpretaciones, haciendo su música a partir de aquellas, ayudando a formar, de paso, mejores públicos.
HERIBERTO FIORILLO
Heriberto Fiorillo
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción