¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

¿Animales o dioses?

Reseño dos libros que ayudan a comprender la coyuntura que atraviesan la humanidad y la sociedad.

Los últimos libros del israelí Yuval Noah Harari (De animales a dioses y Homo Deus) pertenecen a la rara categoría que puede cambiarle a uno la visión de la historia humana.
El primero demuestra, sin lugar a dudas, el enorme progreso material, cognoscitivo y social que ha hecho la humanidad desde su origen; pero también cómo ello no ha garantizado su felicidad y cómo amenaza hoy la sostenibilidad de la vida en nuestro planeta. El segundo predice tres objetivos en que se empeñará la investigación científica en los próximos siglos (la búsqueda de la inmortalidad, los superpoderes y la felicidad artificial) y explora los riesgos que podría conllevar ese proceso. Tanto los riesgos actuales como los nuevos se originan, según Harari, en una contradicción muy profunda: el hombre aspira a ser un dios, como los que ha imaginado, pero la realidad es que su base genética hace que siga siendo apenas un animal.
Marx dijo que “quien no estudia la historia está condenado a repetirla”. Harari va más allá: sostiene que el propósito central de los estudios históricos es el de cambiar el futuro. Como ejemplo, recuerda que el análisis histórico de Marx condujo a que los europeos transformaran el capitalismo salvaje de esa época en uno mucho más humano e incluyente (la economía social de mercado) y, por ello, a que la revolución socialista quedara confinada a países atrasados y precapitalistas (Rusia, China, Cuba), en lugar de triunfar en los países capitalistas avanzados, como predecía el marxismo.
Harari muestra cómo la humanidad está ya derrotando la guerra y la enfermedad. El último ha sido el período más pacífico de la humanidad. Históricamente, la violencia causaba cerca del 15 % de las muertes; en el siglo XX, ese porcentaje fue apenas de 5 % y en lo corrido del actual, del 1 %. La diabetes causa dos veces más muertes que todas las formas de violencia juntas; por ello, Harari afirma que “el azúcar es ahora más peligroso que la pólvora”. La desmovilización de las Farc nos permitiría entrar en la Edad Moderna si nos dejan el Eln y la extrema derecha.
A su vez, la medicina moderna ha erradicado las epidemias y enfermedades endémicas conocidas, que causaban el mayor número de muertes naturales, y logra controlar con relativa rapidez las nuevas. Por ello se ha reducido en forma drástica la mortalidad infantil y se ha alargado la expectativa media de vida de 40 a 75 años en apenas dos siglos. Las enfermedades prevalentes están hoy asociadas con el envejecimiento natural y malos hábitos nutricionales.
Pero Harari predice que pronto comenzará a derrotarse también el envejecimiento, a través de la manipulación genética. Quienes nazcan dentro de 50 años podrían vivir 150 o más años. Más aún, la ingeniería genética y cyborg* podrían transformar el cuerpo humano, dotándolo de superpoderes.
El riesgo sería el de crear las sociedades más desiguales de la historia: un grupo de superhombres cuasiinmortales, que podrían pagar los costosos tratamientos para serlo, y una mayoría de humanos normales que moriría de vejez natural a los 80 y 90 años. Si los eventuales superhombres impusieran mayores derechos para ellos, acabarían con la prevalencia universal de los derechos humanos, uno de los mayores logros sociales de la humanidad. Según Harari, prevenir ese enorme riesgo exigiría reconocer que todos los derechos de los seres vivos tienen igual valor, incluyendo los de los otros animales, que son casi indistinguibles genéticamente de nosotros.
Harari también predice que se agudizará la búsqueda artificial de la felicidad, mediante nuevas drogas y manipulación genética. Pero esa búsqueda desenfrenada del placer puede conducir a mayor ansiedad e infelicidad, como lo advirtieron Epicuro y Freud desde hace tiempo. ¿O alguien conoce un drogadicto feliz?
GUILLERMO PERRY
* Que incorpora computadores y artefactos al cuerpo humano
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción