¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Simone Veil, una mujer de combate

Su principal logro: la lucha de una mujer a favor de todas las mujeres.

Florence Thomas
Hoy quiero hablarles de una de las mujeres más amadas del pueblo francés, que hace unos días murió en París a los 89 años. Una mujer ícono para millones de mujeres, una mujer ícono para mantener viva la memoria de las víctimas de la exterminación judía por los nazis y una mujer ícono para la reconciliación y la creación de la Unión Europea. Dados sus numerosos combates, recibió los máximos honores en Les Invalides con la presencia de varios expresidentes de la República francesa, el presidente Macron y miles de personalidades. Dentro de unos días será enterrada en el Panteón, al lado de la gran Marie Curie.
Sería demasiado extenso hablar de todos los combates de esta mujer; desde mi mirada de mujer feminista, me centraré solo en uno de ellos: la lucha de una mujer a favor de todas las mujeres.
La tarea que se propuso cuando fue nombrada ministra de Salud en 1974 por el presidente Giscard d’Estaing, después de haber sido, a los 30 años, una de las primeras mujeres magistradas en Francia y, más tarde, en 1979, la primera presidenta del Parlamento Europeo, fue la de legalizar el aborto para todas las mujeres francesas. Lo logró en septiembre de 1974 después de duros y largos debates, algunos muy denigrantes para ella, pues en las sesiones legislativas la trataron de nazi que pretendía asesinar fetos en hornos crematorios, cosa que era para ella extremamente dolorosa después de haber vivido lo que había vivido. Sin embargo, durante los tres largos días de debate, Simone Veil se quedó callada e inalterable.
Su discurso ante el Parlamento, un Parlamente en su gran mayoría conservador, evitó ubicarse en el plan moral y se sitúo casi exclusivamente como problema de salud pública. Obtuvo 284 votos a favor y 189 en contra. La Ley Veil fue firmada por el Presidente de la República en enero de 1975, hace 43 años. La traducción de la totalidad de su discurso ante el Parlamento francés está en el último capítulo de mi libro 'Había que decirlo' (Icono Editorial, 2010).

Su altura moral, su determinación inalterable; su fuerza silenciosa, que incluyó el perdón y la reconciliación, son modelos para el mundo, y
hoy merece recordarse

Ahora bien, y para entender un poco mejor de dónde le venía esta fuerza tranquila, esa autoridad serena que le permitía convencer a los públicos más difíciles, es necesario, indudablemente, volver a su infancia y adolescencia judía, cuando, al comienzo de 1944, es deportada con toda su familia hacia el campo de exterminación de Auschwitz-Birkenau.
Ella tiene 16 años y, por su edad y determinación para sobrevivir, es escogida para trabajar y romper piedras mientras era separada del resto de su familia, a la que no volvió a ver nunca más. Ella y una de sus hermanas lograron salvarse cuando el campo fue liberado en 1945. Su matrícula, grabada sobre uno de sus brazos, fue 7861, número que nunca quiso borrar por ese deber de memoria con todas las víctimas del Holocausto que la perseguiría hasta su muerte. Ella sabía que la única manera de sobrevivir y seguir adelante era mirar al frente, lo cual siguió haciendo también hasta el día en que murió. Solo muy al final de su vida pudo hablar de lo que había vivido en los campos de concentración, como lo hicieron muchos de sus compañeros.
Lo único que alcanzó a decir en el preciso momento de su muerte, ante sus tres hijos, fue “gracias”. Su altura moral, su determinación inalterable; su fuerza silenciosa, que incluyó el perdón y la reconciliación, son modelos para el mundo, y hoy merece recordarse. Sin duda, una mujer ícono, una mujer de combate que supo siempre mirar la vida de frente.
FLORENCE THOMAS
* Coordinadora del grupo Mujer y Sociedad
Florence Thomas
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción