¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Saciedad

Hambre de verdad: no como el hambre de que saciamos simplemente con hacer sonar los dedos.

Tal vez sería mejor pasar de largo esas noticias para no poner en riesgo el apetito a la hora del buen almuerzo que se avecina. De ese almuerzo del cual han empezado a dar pistas los aromas que escapan de la cocina. Más bien pasar a la sección de deportes o curiosear la cartelera de cine: un buen plan para la siesta, inevitable, que vendrá después de los excesos que cometeremos en la mesa.
Tal vez sería mejor pasar de largo esas noticias que se repiten con tanta insistencia. En este mismo diario, apenas unos días atrás, volvían a llamar la atención: que el hambre mata más gente que el sida, la tuberculosis y la malaria. Que una de cada nueve personas en el mundo “no tiene suficientes alimentos para llevar una vida saludable y activa”. Que en La Guajira, durante el 2016, murieron por hambre siete niños en promedio cada mes. Que cada día mueren en el planeta 25.000 personas por causas relacionadas con el hambre. Que 66 millones de niños en edad escolar van a clase con hambre cada día. Que en los países subdesarrollados –a los que ahora llaman ‘países en desarrollo’, para que parezca menos grave su condición– el 13 por ciento de la población presenta desnutrición, y uno de cada seis niños tiene un peso inferior al normal.
Me disculpo si acaso le espanté el hambre. En todo caso, le advertí que pasara de largo estas líneas incómodas. Habría preferido, más bien, que mis palabras hubieran espantado de buena manera el hambre de al menos una de los 800 millones de personas que padecen hambre en el mundo. Hambre de verdad: no como el hambre de tres o cuatro veces al día que saciamos simplemente con hacer sonar los dedos, con movernos diez pasos y abrir el refrigerador, con caminar media cuadra hasta la panadería, con sacar del cajón de la mesa de noche uno de esos chocolates belgas que tanto nos gustan.
En medio de mi saciedad, con frecuencia me pregunto si algo podríamos hacer.
A manera de cierre, los dejo con un párrafo del libro El hambre, del periodista argentino Martín Caparrós, buen amigo de Colombia: “El hambre ha sido, desde siempre, la razón de cambios sociales, progresos técnicos, revoluciones, contrarrevoluciones. Nada ha influido más en la historia de la humanidad. Ninguna enfermedad, ninguna guerra ha matado más gente. Todavía, ninguna plaga es tan letal y, al mismo tiempo, tan evitable como el hambre”.
FERNANDO QUIROZ
@quirozfquiroz
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción