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Colombia Humana

El humanismo es la única esperanza de salvación que tiene el ser humano. 

Enrique Santos Molano
Algunas personas están preocupadas, y otras muy contentas, porque en el acto de fundación del partido Colombia Humana, el sábado pasado 22 de septiembre, no se llenó la plaza de Bolívar. Se calcula que la asistencia fue de unas diez mil personas, más que menos. No hay motivo para la preocupación de los simpatizantes de Colombia Humana, ni para la alegría de sus detractores. El evento fundacional del sábado 22 no buscaba una gran manifestación multitudinaria, sino reunir a los delegados de las regiones, los departamentos y los municipios del país que quisieran estar presentes y ser testigos y fundadores del nuevo partido Colombia Humana.
Desde esta perspectiva, la reunión fundacional de Colombia Humana fue un éxito humano impresionante. Vinieron delegados de los lugares más remotos de Bogotá hasta los más cercanos a la capital. Con un agregado de valor imponderable: vinieron por su cuenta. Nadie les pagó el pasaje. Campesinos agricultores, indígenas, docentes, intelectuales, campesinos sin tierra, campesinos despojados de sus parcelas por la mafia de terratenientes y narcotraficantes, se movilizaron para cumplir la cita histórica con la nueva Colombia, la Colombia Humana.
Los discursos fueron breves. Gustavo Petro hizo la reiteración filosófica del significado del partido que se fundó el 22 de septiembre. Se trata de un movimiento esencialmente humanista cuyos pivotes axiales son: democracia, libertad, respeto irrestricto de los derechos humanos (como están consagrados en la Declaración de las naciones Unidas de 1948), defensa acerada del medioambiente y la organización de un Estado humanista donde las garantías constitucionales no sean letra muerta ni se apliquen exclusivamente en favor de los que manipulan el poder. La lucha contra el cambio climático no da espera.

Fundado el partido Colombia Humana, ahora comienza su construcción, lenta y sólida, en la que ya trabajan miles de ciudadanos en el país.

Colombia Humana nace como una esperanza de recuperación democrática en un momento dramático para la democracia en el mundo. Las fuerzas de ultraderecha que odian la democracia y están decididas a liquidarla (ya lo han hecho en varios países de nuestra América Latina y Europa, e incluso en los Estados Unidos, que alguna vez fueron el pilar democrático del mundo), esas fuerzas de ultraderecha crecen al socaire de la desesperación de miles de seres humanos arruinados y degradados por el neoliberalismo feudal (ojo, no se confunda neoliberalismo con liberalismo) y engañados por las promesas falsas que les hacen los mismos que los están oprimiendo.
El humanismo es la única esperanza de salvación que tiene el ser humano. Algo que parece tan obvio, casi que perogrullesco, no lo es para muchos. A una buena porción de personas, de seres humanos, les han metido en la cabeza la idea encantadora de que el humanismo es un invento ideológico de la izquierda. Que equivale a un concepto tan tonto como decir que el ser humano es un invento ideológico de la izquierda.
La realidad es más grave que esas simplezas con que la ultraderecha fascista y mafiosa engaña y lava el cerebro de tanta gente, pues tiene los medios y el poder para hacerlo. La realidad es que al ser humano está a punto de ocurrirle lo peor que podría ocurrirle: su deshumanización, la enajenación de su alma. Ese es el sueño dorado de la ultraderecha. Deshumanizar a la mayoría, robotizarla o, todavía mejor, reemplazarla por robots, que no reclaman salarios, no protestan, no piden democracia, ni derechos humanos, ninguna de esas cosas fastidiosas y repugnantes que “estorban el progreso”.
Habló también el concejal Hollman Morris, precandidato a la Alcaldía de Bogotá para el periodo 2020-2023, para encarecer la necesidad de no seguir eligiendo alcaldes autócratas, que se creen propietarios de la ciudad, y conformar un concejo humano y crítico que sea servidor de la ciudad, no sirviente del alcalde.
Fundado el partido Colombia Humana, ahora comienza su construcción, lenta y sólida, en la que ya trabajan miles de ciudadanos en el país. El primer paso será la solicitud de la personería jurídica, que tiene ya concepto favorable de la Procuraduría General de la Nación. De todos modos el camino es difícil y está sembrado de peligros; pero ocho millones de colombianos que respaldan a Gustavo Petro y a la Colombia Humana no se dejarán vencer por el miedo. Son colombianos resueltos a impedir que el país se deshumanice.
ENRIQUE SANTOS MOLANO
Enrique Santos Molano
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