¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Los dragones del TransMilenio

La solución para reducir la contaminación del sistema de transporte de Bogotá son buses eléctricos.

Cristian Valencia
Las edificaciones apostadas a los lados de la emblemática avenida Caracas de Bogotá dan asco. Renegridas por el hollín de las llantas y la polución de los buses de TransMilenio, parecen los heraldos de un mundo apocalíptico. La tragedia ambiental se registra con fidelidad en esas fachadas. No hay forma de maquillar cifras del aire, no hay manera de decir que los buses biarticulados son sostenibles ni esas cosas que nos inventamos aquí.
Uno bien puede inventarse un cuento de dragones mitológicos que se alimentan de diésel y expulsan su asqueroso humo sobre las casas, los árboles, los andenes y la gente. La gente. Nosotros. La enorme masa que alimenta el sistema a cambio de su propia salud. Pero ningún funcionario del Distrito lo acepta, y todo se atribuye a un virus que nadie sabe de dónde viene. Y los niños de cero a cinco años se la pasan con enfermedades pulmonares, sometidos a nebulizaciones periódicas inexplicables.
Lo peor de todo es que aunque la evidencia de la contaminación se vea a simple vista, a nadie parece importarle. No es posible que esos dragones malditos exhalen sus porquerías frente a todos nosotros, avalados por un flamante certificado de gases que alguna entidad corrupta les expidió. Los certificados de gases en Bogotá son, como dicen en Colombia, un saludo a la bandera, no sirven para nada. Hasta los buses del SITP lo tienen al día. Increíble. O no, porque se entiende que es un requisito más para que hagan su agosto los corruptos.
Y a los policías de tráfico, y a la policía en general, damnificados de primera mano de esta práctica maldita porque son los más expuestos a esa contaminación, ni se les ocurre sospechar, ni se les ocurre un día cualquiera realizarles un test a esos malditos dragones que deberían estar extintos hace tiempo.
No sirve de nada que sean diésel (peor) ni de gas (que contamina también); la única solución verdadera y poderosa para reducir la contaminación del sistema de transporte de Bogotá son y serán los buses eléctricos. No hay más. Los buses eléctricos, junto con el sistema metro, los tranvías y los trolebuses, son los únicos avalados en el mundo como transporte verde y sostenible. No hay más. Los inventos raros no sirven de nada. Aquello de los híbridos es una mentira que nos lanzan en la cara como si nos escupieran.
John, mi amigo carpintero que tenía su taller en el barrio Santa Fe, harto de ver a su hijo recién nacido con problemas respiratorios, le propuso a su esposa cambiar de ciudad. Hace dos años se fueron para Mariquita y comenzaron a abrirse paso en ese municipio por el bien de su hijo. John es de Cartagena, y por eso tenía plena conciencia del aire que respiraba. Sabía a la perfección que todos sus problemas venían de la contaminación del aire. Y era verdad: hace un año y medio, el niño no tiene problemas respiratorios.
Pero la gran mayoría de habitantes de Bogotá no tienen cómo comparar el aire. Y creen que el mundo es así, contaminado y oscuro como la avenida Caracas.
A todos ellos les digo que no tiene que ser así. Que el llamado sistema de TransMilenio tiene la obligación de cambiar los buses por buses eléctricos. Nada de híbridos. Que el Distrito tiene la obligación de revisar quiénes y en qué condiciones se expiden los certificados de gases a esos malditos dragones que expulsan humo frente a todos.
Si no son eléctricos, cualquiera podría pensar que hay gato encerrado con los proveedores de diésel. Se entendería. Porque el mercado del diésel vende ‘fantastrillones’ en combustible todos los días al sistema de TransMilenio.
Y creo que por ahí viene siendo la cosa.
CRISTIAN VALENCIA
cristianovalencia@gmail.com
Cristian Valencia
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción