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El pueblo

Petro quiere darle el poder al pueblo, que nunca lo ha tenido y, claro, eso ilusiona.

Que Gustavo Petro diga que hay que darle cosas al pueblo no quiere decir que sea el candidato del pueblo. Eso de regalar nunca ha funcionado porque lo que no nos cuesta no lo apreciamos. Nos gusta todo fácil, y no hablo solo de los petristas, sino de los humanos en general. Pero lo regalado no sirve, no nos hace mejores. No digo que progresar tenga que ser tan difícil como lo es hoy, pero conseguir nuestros sueños sí tiene que costarnos un poco para que lo valoremos. Es cierto que hay que cambiar el orden social de esta Colombia desigual, pero no es regalando como vamos a lograrlo, y tampoco creo que sea con Petro.
Bonitas son las historias de gente que ha arrancado de cero y termina poderosa, influyente, rica y generando riqueza, pero para eso se necesita dedicación, entender el esfuerzo y la constancia que eso requiere. Si usted un día se acuesta empleado y a la mañana siguiente tiene riqueza para administrar, se embolata, se complica usted y complica a los demás. Es como ganarse la lotería: sobran los casos de individuos que lograron una fortuna y tarde o temprano la malgastaron. Claro, si volverse ricos solo les costó comprar un boleto.
La vida no es justa, entre otras razones, porque la justicia no existe, pero sí es perfecta en medio de su caos. De hecho, es la mejor meritocracia que existe. En ella nadie te regala nada y todo lo que consigues es a pulso. Unos nacen con fortuna y habilidad; a otros les toca más difícil porque les sobra talento, pero no tienen disciplina, o al revés. Hay quien no tiene idea de qué hace acá y solo le queda conseguir un empleo que odia. A otros, ni eso les toca. Es triste y no sé de qué dependa nacer en un grupo u otro. Lindo que todos tuviéramos las mismas oportunidades, pero si así fuese, la vida no sería vida.

Vean la corrupción del Estado, ¿por qué creen que pasa? Pues porque no es dinero de ellos, por eso se lo ferian. 

Vean la corrupción del Estado, ¿por qué creen que pasa? Pues porque no es dinero de ellos, por eso se lo ferian. El único esfuerzo que tienen que hacer es agarrarse al puesto para seguir comiendo con recursos ajenos. Total, plata para malgastar va a seguir entrando.
En teoría, Petro quiere darle el poder al pueblo, que nunca lo ha tenido y, claro, eso ilusiona. Al pueblo lo han exprimido tanto que alguien promete que lo va a tener en cuenta y lo adoran. Suena muy bien darle las tierras de Incauca para que las trabaje, pero es que el pueblo no sabe qué hacer con eso, básicamente porque hay mucha gente en la vida con alma de mantenida que lo único que quiere es que llegue el viernes en la tarde para irse de fiesta y dormir el resto del fin de semana.
Por eso repito que eso no funciona así. A mí me dan el palacio de Buckingham y en dos meses lo tengo como una de esas casas que regaló Vargas Lleras en nombre del Gobierno. Los medios de producción hay que dárselos a la gente que sabe hacer plata para ellos y para los demás. Así lo enseñen en las universidades, hacer plata es una habilidad. Usted puede afilarla con el tiempo, pero si no nace con esa vocación, le pueden dar cerros de fortuna que no va a saber qué hacer con eso. Vean a Venezuela: en diez años han cerrado medio millón de empresas, y regalando cosas es como podemos terminar así, no con las mentiras de Uribe.
Nadie se merece cosas solo por el hecho de haber nacido con poco o nada. Los petristas creen que sí, por eso están alienados. Son como los uribistas, pero sin finca, por eso les sonó tanto lo de las treinta mil hectáreas de caña de azúcar, a ver si quedan nivelados. Yo a los uribistas con finca me los aguanto porque invitan a planes con piscina y caballos. Son insoportables, pero le alegran a uno los fines de semana, que no es poco. Los petristas, en cambio, no tienen ni para invitar a pan con gaseosa en la tienda de la esquina, por eso los soporto menos.
ADOLFO ZABLEH DURÁN
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