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Venezuela

Saqueos y protestas, el drama por la falta de comida en Venezuela

Minimercado después de haber sido saqueado en Puerto Ordaz, Venezuela, el 9 de enero.

Minimercado después de haber sido saqueado en Puerto Ordaz, Venezuela, el 9 de enero.

Foto:William Urdaneta / Reuters

Decenas de personas han saqueado entre 50 y 60 locales en la última semana en el sur del país.

La señora María Coronado era la encargada del negocio de su hermana en el sector Las Amazonas de Puerto Ordaz, una de las ciudades más importantes del estado de Bolívar, en el sur de Venezuela.
Desde las 12 del mediodía del lunes 8 de enero, el ambiente se puso tenso en la bodega cuando un grupo de la Guardia Nacional acudió para exigirle que aceptara los billetes de bolívares de baja denominación (10, 20 y 50 bolívares), cuyo papel moneda cuesta más que su propia denominación.
Desde esa hora, grupos de personas se agolpaban dentro y fuera del local en actitud retadora, bufando.
Exigían que bajaran los precios a la mitad, como ocurrió en los supermercados de Caracas el fin de semana pasado, hasta que ella decidió cerrar el lugar, después de hablar con su hermana y expresarle sus temores. Todavía era temprano y se refugió en su casa, cerca de allí.
Como en muchos pueblos venezolanos, los comercios quedan muy cerca o al lado de las casas de sus dueños. “Me metí en mi casa y llamé a mi familia para que vinieran, que me ayudaran. Como a las seis de la tarde llegó mi hermana con varios guardias nacionales a los que había pedido protección. Nos dijeron que estarían hasta las dos de la mañana, y eso nos tranquilizó, aunque había gente por todos lados”, dice con voz entrecortada a EL TIEMPO.
“Pero después de que les dimos jugos y galletas, como a las dos horas se fueron y nos dijeron, ‘váyanse de la casa porque las van a matar’ ”.
El resto es una historia brutal y María la cuenta con un hilo de voz. Entre vecinos y “malandros del barrio y otras zonas” no solo entraron a la bodega y cargaron con todo, sino que entraron a la casa de su hermana y arrasaron hasta con la ropa.
“Lo que no se llevaron lo destrozaron. Tenían hasta unas bombas de esas molotov, palos, cualquier cosa… Les echaron martillo a dos pocetas. Se dedicaron a quitar todos los tubos, se llevaron la cocina, la lavadora, el aire acondicionado, todo el depósito de la bodega, la ropa de mi hermana, de su esposo, de la niña, hasta el periquito se lo llevaron. Poco antes de entrar, la gente gritaba que nos tenían que saquear porque no tenían para comer. Quisieron entrar a la casa de la vecina de enfrente, pero ella salió con un machete y se defendió”.

Se llevaron la cocina, la lavadora, el aire acondicionado, todo el depósito de la bodega, la ropa de mi hermana, de su esposo, de la niña, hasta el periquito se lo llevaron

Desde el pasado 7 de enero han sido saqueados y vandalizados entre 50 y 60 locales, según explica a EL TIEMPO el vicepresidente de Fedecámaras (la principal federación de empresarios del país) del estado Bolívar, José Alfredo Olivo.

Una suma de limitaciones

Todos en los sectores populares de las principales ciudades de la región, como Ciudad Bolívar, San Félix y Puerto Ordaz, en una explosión que para él se explica dura y fácilmente.
“Esto es una acumulación de frustraciones, ya no es solo la escasez y la inflación; usted suma el estado de los servicios, el transporte apenas funciona, y prácticamente no hay dinero en efectivo”, afirma.
“Es una limitación tras otra, una lista de cosas que termina cambiando el comportamiento de la gente, y finalmente el comerciante, el sector de servicios es el que está dando la cara y sufriendo las consecuencias, cuando ya el sector primario (producción) y el secundario (industrias) están prácticamente desmantelados”, añade.
Solo en la madrugada del jueves fueron saqueados nueve locales en Ciudad Guayana. Allí la fuerza pública dispersó a los vándalos y detuvo a por lo menos 40 personas.
El descontento entre los venezolanos se expresa con mayor frecuencia y vehemencia desde hace por lo menos un mes. Fue en pleno diciembre, cuando la hiperinflación fue lo único que llegó a sus bolsillos, al alcanzar el 85 por ciento solo ese mes y cerrar el año con un 2.600 por ciento, según el cálculo de la Asamblea Nacional.
Aunque no con la violencia manifestada en el estado Bolívar. Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, desde el primero de enero de este año hasta el 8 (es decir, sin contar lo ocurrido en la región sureña) se presentaron más de 200 protestas por falta de comida en todo el país y saqueos o intentos de saqueo en 15 de los 24 estados.

Convulsión económica

Tampoco es la primera vez que el estado Bolívar convulsiona violentamente por la crisis económica.
En diciembre de 2016, hasta 600 comercios fueron atacados –y muchos saqueados– cuando el presidente Nicolás Maduro anunció que sacaría de circulación en menos de 72 horas el billete de cien bolívares, el de mayor denominación en ese momento.
Todavía sigue circulando ese billete de cien bolívares, aunque su valor se ha depreciado exponencialmente. Hoy, el billete de mayor denominación es el de cien mil bolívares.
Aunque de aquella crisis muchos locales lograron recuperarse, el vicepresidente de Fedecámaras duda de que pueda ocurrir lo mismo con los saqueados esta semana.
El empresario reconoce que en aquella oportunidad, el Gobierno otorgó varios créditos que permitieron reconstruir y reparar daños, pero ahora no solo duda de que la ayuda se repita, sino también de que pueda conseguirse algún material o equipo para reparar los daños.
La sola pregunta sobre la posibilidad de recuperar el negocio le saca a María la máxima de las tristezas: “¿Y cómo nos vamos a recuperar, señora, no ve que nos quedamos con una mano adelante y otra atrás?”.

Balseros y otras malas noticias

Las cifras de la crisis
Venezuela cerró el 2017 con una inflación de 2.616 por ciento y una caída del producto interno bruto de 15 por ciento, según cálculos de una comisión especializada del Parlamento. El Banco Central de Venezuela no publica desde hace dos años las cifras económicas. La industria petrolera –que aporta el 96 por ciento de los ingresos al país– produce 1,9 millones de barriles diarios, 400.000 menos de los que explotaba en 2016.
Ojo a cajas de comida
El Gobierno venezolano creó en marzo del 2016 un sistema de venta de cajas de alimentos subsidiados, manejados por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), pero las denuncias de corrupción y malos manejos son innumerables, pues nunca llegan o se tardan meses en llegar. Son paquetes de 13 kilos de productos que supuestamente alimentan a cinco de los 31 millones que viven en Venezuela.
Silencio por balseros
Familiares de los 30 balseros venezolanos que naufragaron cuando emigraban hacia Curazao no han recibido información oficial sobre los cinco fallecidos ya encontrados, o de quiénes pudieran estar detenidos. Génesis Vásquez, esposa de Jóvito Gutiérrez, uno de los desaparecidos, denunció que en la Capitanía del Puerto de La Vela afirmaron que desconocen la situación de los balseros.
VALENTINA LARES MARTIZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas (Venezuela)
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