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Internacional

Estados Unidos se quedó en ‘el lado equivocado de la historia’

Trump argumentó que incluso si EE. UU. cumple compromiso de reducción, el impacto global sería mínimo, como lo indica con su gesto.

Trump argumentó que incluso si EE. UU. cumple compromiso de reducción, el impacto global sería mínimo, como lo indica con su gesto.

Foto:Kevin Lamarque / Reuters

Decisión de Donald Trump de retirarse del Acuerdo de París regresa a EE. UU. al pasado.

“A mí no me eligieron para representar a los ciudadanos de París, sino de Pittsburgh”.
Esta frase, usada por el presidente de EE. UU., Donald Trump, al anunciar su intención de retirarse del acuerdo sobre cambio climático que se firmó en esta ciudad europea en el 2015, explica con claridad no solo la apuesta del presidente republicano, sino lo polarizado que aún está el país tras su victoria en las elecciones del año pasado.
De acuerdo con la mayoría de expertos, la referencia a Pittsburgh es un nuevo guiño a votantes del llamado “corredor industrial” de EE. UU., quienes inclinaron la balanza a su favor y podrían volverlo a hacer en el futuro.
Se trata de una zona del país que se ha visto muy afectada por los tratados de libre comercio y el cierre de empresas que se dedicaban a la explotación de carbón.
Trump había prometido devolverles sus empleos, y con la renuncia al Acuerdo de París está demostrando que piensa cumplir.
Así mismo, se trata de una decisión dirigida al grueso de esa base electoral que se dejó seducir por sus propuestas nacionalistas y proteccionistas y que sigue respaldándolo con firmeza.
“Los demócratas y los medios, al parecer, no han entendido la lección del 2016. La única preocupación para la gente en estos estados es tener un trabajo, y apoyarán a quien ponga sus intereses económicos de primero. Trump, al abandonar París, ha hecho precisamente eso”, sostiene Rory Cooper, un estratega republicano cercano a la actual administración.
Para el presidente de EE. UU., además, la renuncia al acuerdo le permite anotarse una victoria fácil en medio de las enormes dificultades que ha tenido a la hora de implementar sus grandes promesas de campaña –como el bloqueo al ingreso de musulmanes, la construcción de un muro con México o la reforma del sistema de salud– y, por supuesto, cambiar el tono en Washington, donde solo se habla de la supuesta relación de su campaña electoral con Rusia.
Para Willam Galston, del Brookings Institution, la apuesta de Trump es miope y terminará costándole caro. Por un lado, dice el experto, el mandatario parece estar en el lado equivocado de la historia, pues una gran mayoría de estadounidenses está preocupada por los efectos del cambio climático y veía en los compromisos de París una manera de enfrentar el problema.

Al sacar a EE. UU. de esa carrera y apostarle al pasado, el presidente se da un tiro en el pie

De acuerdo con un estudio de las universidades de Yale y George Mason, el 68 por ciento de los estadounidenses cree que EE. UU. debe permanecer en el acuerdo. Entre ellos, el 51 por ciento de los republicanos.
En otra muestra de la cadena Fox, que suele jugar a favor del presidente, al 60 por ciento de los encuestados les preocupan los efectos del cambio climático.
Y también, afirma Galston, porque Trump está poniendo sus fichas en fuentes de empleo, como la explotación del carbón, que ya forman parte del pasado.
“Tanto en EE. UU. como en el mundo, la carrera es por el desarrollo de energía renovable. Al sacar a EE. UU. de esa carrera y apostarle al pasado, el presidente se da un tiro en el pie y otro a un enorme sector de la industria que se mueve hacia la otra dirección”, afirma Galston. Eso quedó claro el mismo jueves cuando más de 1.000 empresas expresaron su repudio a la decisión. Entre ellas, gigantes como Apple, Morgan Stanley y Google.
Incluso, petroleras como Royal Dutch Shell, Exxon Mobil y Occidental le habían pedido a Trump no retirarse, pues temen que de hacerlo perderán su asiento en las grandes decisiones que tomará el mundo sobre las fuentes de energía.
Otros como Elon Musk, presidente de Tesla, y Robert Iger, de Disney, mostraron su indignación con su renuncia al Consejo Asesor que creó Trump para crear políticas económicas.
Y si bien la decisión del presidente tuvo el respaldo de un sector del Partido Republicano, especialmente de aquellos que representan estados donde la industria del carbón sigue siendo fuerte, muchos otros tomaron distancia frente a esta y la catalogaron de equivocada.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
En Twitter: @sergom68
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