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Latinoamérica

Bonadio, el hombre que puso a Cristina K contra las cuerdas

Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina y procesada por posible corrupción.

Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina y procesada por posible corrupción.

Foto:Reuters

Juez del proceso a la expresidenta argentina pidió prisión preventiva, pero tiene cuestionamientos.

Holman Rodríguez
Los ‘cuadernos de la corrupción’, la crisis económica, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el presidente Mauricio Macri, el dólar, la inflación y la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner.
La vorágine informativa argentina parece salvaje, pero al final siempre gira en torno a los mismos hechos y nombres. Sin embargo, hay un apellido que tiene revolucionado al país: Bonadio.
El juez Claudio Bonadio –que imputó y pidió prisión preventiva esta semana contra Cristina por ser la presunta líder de una “asociación ilícita” y haber recibido sobornos de contratistas de obras públicas durante su mandato (2007-2015), en una causa llamada los ‘cuadernos de la corrupción’– no es un desconocido para los argentinos y mucho menos para ella.
Bonadio es quien la ha intentado procesar en cinco causas judiciales, y de conseguir probarle culpabilidad en alguna, llevaría a Argentina por los mismos caminos que transita Brasil con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva: en la cárcel y de cara a elecciones.
“Cuidado que es Bonadio”, advierte Reynaldo Sietecase, una de las voces más reconocidas de la radio argentina. “No es cualquier juez, no hay que olvidarlo. En diciembre del 2015 les dijo a sus empleados: ‘La voy a meter presa’”, ha dicho el periodista varias veces desde que la investigación comenzó en agosto.
Entre las disparadas del dólar y los precios que suben, se habla tanto del caso, que es considerado una de las investigaciones de corrupción más grandes de Argentina, con 66 imputados, varios de ellos empresarios arrepentidos y exfuncionarios, como de la animadversión que hay entre Bonadio y Cristina. Pero muy poco se habla de los antecedentes del juez, según Sietecase.
“¿Decir esto de Bonadio tapa la corrupción? No. Pero no se puede omitir quién es él ni presentarlo como un héroe civil porque no lo es. Lo peor que le puede suceder a la causa de los ‘cuadernos’, que es emblemática de la matriz de la corrupción que afecta a Argentina desde hace años y se profundizó en el kirchnerismo, es que la lleve adelante él. Bonadio, además se quedó de manera irregular con la causa, ojalá la Cámara diga que esto debe ir por sorteo”, dijo el periodista.

Cuestionamientos

Bonadio es un abogado, de 62 años, juez federal desde 1994, y posee el récord de los jueces más denunciados ante el Consejo de la Magistratura argentina.
De acuerdo con la web oficial del Poder Judicial, fue denunciado 75 veces, de las cuales salió avante en 68 y tiene siete en trámite. En una de ellas, la comisión disciplinaria lo sancionó con una reducción del 30 por ciento de su salario.
Su historia arranca en la política. Paradójicamente bajo el peronismo, la misma corriente que cobija a Fernández, aunque desde otra línea, el peronismo de derecha. “Yo empecé a militar en el peronismo cuando tenía 14 o 15 años, nunca lo he negado”, dijo Bonadio en una entrevista.
A comienzos de los 90, antes de integrar el Poder Judicial, Bonadio, recién egresado de la Universidad de Buenos Aires, trabajó junto al exministro del Interior Carlos Corach en el gobierno de Carlos Menem. Una relación que, años después, le valdría las primeras denuncias sobre su manejo en casos como el atentado contra la mutual judía Amia, donde se investigaba a sus dos jefes.
El exfiscal Alberto Nisman había acusado a Bonadio de entorpecer la investigación porque afectaba a sus padrinos políticos. Finalmente, la causa fue archivada este año.
De acuerdo con Justiciapedia (web de chequeo y verificación de datos públicos), en 1992 Bonadio fue autorizado por el Senado para ser juez de Morón, una ciudad periférica de la provincia bonaerense, pero no asumió el cargo. Ese mismo año, el presidente Menem amplió el número de juzgados federales, con lo cual, por decreto, Bonadio quedó al frente de uno de ellos.
Unos meses después de estar como juez federal, su nombre llegó a los medios por un escándalo que los argentinos conocen como la ‘servilleta de Corach’. El exministro de Economía de Menem, Domingo Cavallo, denunció que Carlos Corach le había escrito en una servilleta los nombres de los jueces que trabajaban bajo las órdenes del poder Ejecutivo. El de Bonadio aparecía en la lista, y aunque varios jueces mencionados fueron apartados de sus cargos, él continuó.
Las designaciones de los jueces suelen ser muy políticas. Históricamente, a esos jueces, conocidos como los de Comodoro Py, los gobiernos los han protegido cuando se portaban bien con el poder o los perseguían cuando pasaba lo contrario”, le dijo a EL TIEMPO Renzo Lavín, codirector de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (Acij).
En 2001, Bonadio volvió a ser noticia, pero esa vez porque disparó y mató a un par de asaltantes con una Glock calibre 40 que suele llevar consigo. La justicia lo absolvió porque habría actuado en legítima defensa. Él ha dicho que permanece armado porque practica caza y tiro.
De ahí que, en 2015, Cristina lo llamara el juez pistolero. “Pero Bonadio solo fue molesto para el kirchnerismo en el último tramo del mandato”, explica Lavín.
Aunque ya había abierto causas contra otros funcionarios del gobierno de Fernández de Kirchner, en el 2014, cuando inició una investigación conocida como Hotesur, la relación se hizo insostenible.
En ese caso seguía la pista de dineros del empresario Lázaro Báez y cómo estos, presuntamente, se lavaban a través de los hoteles de la familia presidencial. Finalmente, Bonadio fue apartado de la investigación.
“No le tengo miedo a ningún juez pistolero, mafioso, o extorsionador”, dijo Cristina cuando el juez ordenó un allanamiento a la oficina de Máximo Kirchner, su hijo.
Esas palabras, en cadena nacional, serían el primero de muchos choques públicos entre el juez y la ahora procesada.
Luego llegó la causa del dólar futuro. En ese caso, la procesó por presuntas maniobras de su gobierno y el Banco Central por haber vendido dólar futuro a un valor menor que el pagaba el mercado. El caso ya fue elevado a juicio y está a la espera de decisión del Tribunal Federal.
A finales del 2017, también la investigó por el caso Memorándum de Irán, por presunta traición a la patria y encubrimiento de iraníes acusados del atentado terrorista contra la Amia. En ese momento, no solo pidió su prisión preventiva, sino que también solicitó al Congreso que le quitara el fuero a Cristina, actualmente senadora. Pero su solicitud no fue analizada por el Senado.
Y ahora, Bonadio la investiga en la causa de los ‘cuadernos de la corrupción’, y ordenó el allanamiento de sus propiedades, hacer excavaciones en terrenos de Báez buscando dinero enterrado, y volvió a pedir prisión preventiva para ella.

No le tengo miedo a ningún juez pistolero, mafioso, o extorsionador

Ese es otro de los cuestionamientos que se le hacen a Bonadio, pues la prisión preventiva sin condena es considerada una excepción en la ley argentina y solo aplica si hay peligro de fuga.
"También hay una crítica a la forma en que Bonadio se quedó con esta causa, a través del llamado forum shopping (mecanismo de elegir juez burlando el sistema de sorteos). Que él tenga el caso le quita legitimidad", explicó Lavín.
Para Cristina todo esto “es un capítulo más en la humillación y la persecución” a las que la tiene sometida Bonadio. Aún falta que el Senado decida sobre el fuero de la senadora, que pidió que su juicio sea presenciado por presidentes y organismos internacionales. Por ahora, no parece que el duelo con Bonadio esté llegando a su fin.
CATALINA OQUENDO B
Para EL TIEMPO
Buenos Aires
Holman Rodríguez
icono el tiempo

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