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Latinoamérica

México, bajo el efecto de las políticas de Donald Trump

Desde hace 12 años hay varios sectores de la extensa frontera entre México y Estados Unidos que tienen muro en diferentes formas y materiales.

Desde hace 12 años hay varios sectores de la extensa frontera entre México y Estados Unidos que tienen muro en diferentes formas y materiales.

Foto:Alejandro Bringas/ EFE

Expectativa por normas migratorias, comerciales y económicas del inquilino de la Casa Blanca.

México no es el principal problema de Estados Unidos, pero Donald Trump sí es el principal dolor de cabeza de los mexicanos.
Así se podría resumir parte del temor que se cristalizó al sur del río Bravo el 8 de noviembre pasado cuando Donald John Trump se convirtió en el 45.º presidente de Estados Unidos, contra el pronóstico de millones de personas que creían que sus polémicas y duras propuestas sociales, políticas y económicas no serían avaladas en las urnas.
Ya desde el 16 de junio del 2015, día en el que anunció su intención de aspirar a la presidencia de su país, con un discurso cargado de duras palabras y amenazas hacia China, pero especialmente contra México, país del que dijo enviaba a lo peor a EE. UU., la opinión pública se dio cuenta de sus fobias, pero a la vez la franqueza del magnate que en aquel momento no era visto como nada más que eso, un exitoso empresario con ínfulas de político.
Lo que muchos interpretaron como el capricho de un millonario, como tantos otros que han aspirado a la Casa Blanca, que buscaba ser el hombre más poderoso del mundo, se fue consolidando con el paso de los meses y se manifestó en las encuestas y paso a paso, a políticos conservadores más joven que él, los fue arrasando y contra la corriente de su propio partido se convirtió en el candidato y meses después en el mandatario.
Desde el comienzo de su presidencia, el 20 de enero, se ha dedicado a expedir órdenes ejecutivas para derogar o modificar la obra de sus antecesores, especialmente de Barack Obama.
Mientras que hace su trámite en el Congreso, de mayoría republicana, la nueva ley de salud para reemplazar la llamada ‘Obamacare’, Trump expidió una norma que obliga a restringir nuevos gastos e inversiones al amparo de esa iniciativa que la nueva administración dijo que tardará en reemplazar cerca de un año.
Pero sus principales esfuerzos han estado inicialmente dirigidos a restringir el ingreso de ciudadanos de países con mayorías musulmanas (Siria, Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen), pues considera que entre ellos podría haber algunos que quieran cometer atentados terroristas.
Aunque la medida fue suspendida, Trump expidió otra para restringir el uso de dispositivos electrónicos en la cabina de los aviones de vuelos desde ocho países árabes que vayan a Estados Unidos.
Y con este tipo de medidas no está haciendo más que cumplir con sus promesas de campaña.

En la mira

Pero hacia donde el mandatario estadounidense ha dirigido su xenofobia es hacia México.
Al parecer, de poco sirvió un viaje relámpago, como candidato y por invitación del gobierno de ese país, a Ciudad de México, para hablar con el presidente Enrique Peña Nieto, a quien fue a decirle, palabras más palabras menos, que respeta a los mexicanos pero que los hará pagar por el muro que pretende construir para evitar que pasen a buscar el ‘sueño americano’.
La frontera entre los dos países mide casi 3.300 kilómetros y aunque desde hace 12 años existen varios tramos de lo que se llamaría muro, pues combina barreras de cemento, vallas metálicas e incluso chatarra con alambre, Trump ha propuesto una barrera física hecha de hormigón de 1.609 kilómetros, aunque la administración también discute otras opciones.
El presidente estadounidense ha dicho en diversas entrevistas que se pueden usar planchas de hormigón prefabricadas para construir el muro, de forma similar a los muros fronterizos que hay en Israel.
Desde cuando ganó las elecciones ha dicho que está pensando poner vallas solo en algunos tramos de la frontera, ya que las barreras naturales se encargan de cubrir el resto.
El costo estimado de la obra va desde los 8.000 millones de dólares a los 40.000 millones. Trump estima que se puede construir el muro con una cifra que oscila entre los 8.000 millones y los 12.000 millones de dólares.
Basándose en lo que implicó económicamente construir la valla ya existente, los republicanos del Congreso dijeron que esperan que el muro cueste entre 12.000 millones y 15.000 millones de dólares.
Pero un informe interno del Departamento de Seguridad Nacional indicó que el muro puede llegar a costar hasta 21.600 millones de dólares. Otros cálculos independientes sitúan la cifra muy por encima.
Por lo pronto, el proyecto de presupuesto del presidente Donald Trump asigna 2.600 millones de dólares para la “planificación, diseño y construcción” del muro, dijo la Casa Blanca.
Además, asigna fondos de 314 millones de dólares para contratación y entrenamiento de 500 agentes fronterizos y 1.000 agentes migratorios.
Ese personal es para reforzar la “integridad del sistema migratorio” e “identificar y remover aquellos que ya están en Estados Unidos y han ingresado ilegalmente”.
Ahora, la pregunta es de si México, como ha insistido Trump, pagará el muro. La posición de los mexicanos y su presidente Peña Nieto es un no rotundo, pero Estados Unidos podría recuperar de México el costo de la megaobra mediante métodos alternativos.
Una posibilidad es que los contribuyentes estadounidenses paguen por ello, y el Congreso intente recuperar el costo de México.
Aunque Estados Unidos no puede obligar legalmente a México a pagar la infraestructura de Estados Unidos, Trump y los líderes del Partido Republicano han sugerido que hay otros medios para hacer que pague indirectamente los costos de construcción. En abril del 2016, cuando Trump todavía no era el candidato republicano dijo que podría invocar la Ley Patriota (Patriot Act) para cortar las remesas que llegan a México de los inmigrantes que viven en Estados Unidos.

Remesas millonarias

Y es que solo en el 2016 los mexicanos enviaron a sus hogares 25.700 millones de dólares en remesas, según el Banco de México.
En ese sentido, algunos han dicho que la administración Trump aumentaría los requisitos necesarios para enviar dinero a una nación extranjera, lo que dificultaría que los inmigrantes envíen dinero sin documentación que demuestre su estatus legal.
Estadísticas de los dos países mencionan que en Estados Unidos hay cerca de seis millones de mexicanos indocumentados y la cifra de legalizados podría ser igual.
Otros, dentro del Gobierno de Washington también se han aventurado con la teoría de que Estados Unidos podría pagar fácilmente el muro imponiendo un impuesto en la frontera del 20 por ciento a las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos.
Aunque la idea del muro es la que más causa indignación en México, la renegociación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá es lo que más puede afectar al país latinoamericano.
Kathryn Rooney, economista de la firma estadounidense Bulltick Capital Markets, le dijo a EL TIEMPO que si Trump decidiera cobrarle el costo del muro a México, dicha situación no sería tan gravosa como la renegociación del TLCAN, pues la imposición de impuestos a las exportaciones mexicanas sumarían un fuerte impacto de inmediato y de manera indefinida.
Para Alexander Muller, economista jefe de Itaú Unibanco para México y Perú, “el proteccionismo en Estados Unidos implicaría un choque negativo de productividad para México, porque afectaría directamente su capacidad de comerciar con su principal socio comercial”.
En ese sentido, según le dijo Muller a EL TIEMPO, hay dos riesgos principales en la relación comercial México-EE. UU., “la eliminación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la implementación del impuesto transforterizo (border tax) que forma parte de la reforma fiscal propuesta por el partido republicano en Estados Unidos”.

‘Renegociación del TLCAN debe ser trilateral’: México y Canadá

Ciudad de México (AFP). La renegociación del TLCAN reclamada por el presiden- te estadounidense, Donald Trump, debe realizarse en forma trilateral, coincidieron en advertir el secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, y el ministro canadiense de Comercio Internacional, Phillippe Champagne.
“La negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) debe ser un proceso trilateral, guiado por una visión ganar-ganar-ganar”, comentó el secretario mexicano de Economía.
Trump ha reclamado una renegociación del TLCAN –en vigor entre México, Estados Unidos y Canadá desde 1994– con la tesis de que “es el peor acuerdo firmado” por su país y que ha beneficiado principalmente a los mexicanos, con la creación de fuentes de empleo que dejan a los estadounidenses sin trabajo.
Champagne y Guajardo coincidieron también en que, más allá del TLCAN, “es posible profundizar la relación económica” entre México y Canadá en el marco de una alianza bilateral acordada en 2004 que busca mejorar el ambiente de negocios para las empresas de ambos países.
Se espera que en los próximos días el secretario estadounidense de Comercio, Wilber Ross, envíe al Congreso la notificación para iniciar la revisión del TLCAN.
A partir de ese momento, correrán 90 días para que el Congreso se pronuncie sobre la intención del Ejecutivo. Las autoridades mexicanas se declaran ya listas para iniciar la negociación en junio.
Según los analistas, México busca que la renegociación del tratado se inicie lo antes posible para terminar con la incertidumbre que golpea a la economía mexicana desde el triunfo de Trump en la presidencial de noviembre.
El TLCAN ha impulsado a la economía de México y fue una palanca para salir de la crisis del llamado ‘efecto tequila’ a mediados de los 1990.
Actualmente, un 80 por ciento de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos. Mientras tanto, México está ya explorando otros mercados en América de Sur, principalmente Argentina y Brasil, aunque con Perú, Chile y Colombia conforman la Alianza del Pacífico y analiza con Rusia negocios en el sector alimentario.
HOLMAN RODRÍGUEZ M.
Redacción Internacional
En Twitter @holmanrodriguez
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