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Europa

Acuerdo de ‘brexit’ no convence en el Reino Unido y presiona a May

Manisfestantes sostienen una pancarta de protesta con la primera ministra May. "Prometió 'tomar el control', pero nos tracionó, ¡otra vez!", dice.

Manisfestantes sostienen una pancarta de protesta con la primera ministra May. "Prometió 'tomar el control', pero nos tracionó, ¡otra vez!", dice.

Foto:AFP

Primera ministra se defendió y dijo que el “liderazgo” es tomar “decisiones correctas”, no “fáciles”

Diana Hernández
Casi dos años y medio después de que los británicos votaron en un referendo a favor de que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE), Bruselas terminó dictando los términos del brexit, que esta semana fueron presentados en un borrador de acuerdo que la primera ministra Theresa May ha defendido contra viento y marea.
La diferencia de peso entre las partes hizo que nunca se tratara de una verdadera negociación. Al Gobierno británico no le quedó otra opción que aceptar un pacto que rompe todas sus líneas rojas y puede provocarle una grave crisis institucional. Solo esta semana, cuatro ministros de May abandonaron sus cargos.
Pero la primera ministra fue clara ante su Parlamento, después de lograr el visto bueno de su gabinete: el acuerdo es el único que pudo conseguir en Bruselas. Los británicos, reconoció May, no tienen más opción que ese acuerdo, ningún acuerdo y una salida abrupta de la UE que destrozaría su economía o suspender el brexit.
Analistas como Nicolas Véron, investigador del Instituto Bruegel de Bruselas y del Peterson Institute de Washington, afirman que el texto de más de 500 páginas era el mejor acuerdo que se podía conseguir.
Este “deja abierta la futura relación permanente y minimiza la disrupción económica durante el período transitorio. No hay mucho más que se pudiera esperar desde una perspectiva británica”, dijo Véron en diálogo con EL TIEMPO.
Ante un escenario que cada vez se torna más complejo, May aseguró que resistirá las presiones, pero por ahora no tiene los apoyos suficientes para que su Parlamento apruebe el acuerdo.
Los eurófobos nacionalistas de su partido buscan sumar fuerzas para ponerla en la calle con una moción de confianza, y la oposición laborista y los nacionalistas escoceses anunciaron que votarán contra el acuerdo.
El pacto no gusta a los defensores del brexit porque desmiente sus promesas. El Reino Unido, de aprobarse el trato, tendrá con respecto a la UE una relación casi idéntica a la que tiene Turquía.
Prometieron que seguirían disfrutando de los beneficios de pertenecer a la UE sin cumplir con las obligaciones que acarrea y terminarán cumpliendo muchas de las obligaciones para conservar unos pocos beneficios.
Será únicamente parte de la unión aduanera europea (podrá exportar a Europa sin aranceles ni cuotas) durante un período determinado y a cambio de mantener su legislación alineada con la europea.

Los eurófobos nacionalistas buscan sumar fuerzas para poner a May en la calle con una moción de confianza, y la oposición laborista
y los nacionalistas escoceses votarán contra el acuerdo

La mayoría de los diferendos los resolverá el Tribunal de Justicia de la UE, e Irlanda del Norte tendrá un trato privilegiado, rompiendo así la unidad de mercado británica.
Además, mientras sea miembro de la unión aduanera europea, Londres no podrá negociar acuerdos comerciales con terceros países, como habían prometido los que apoyan el brexit.
Además, Londres podrá pedir una sola vez una extensión del período transitorio que va del 29 de marzo próximo al 31 de diciembre de 2020, pero solo la obtendrá si a la UE le parece bien.
Si el Reino Unido no encuentra para entonces una forma de mantener la frontera norirlandesa abierta tendrá que seguir indefinidamente en la unión aduanera europea o permitir que lo haga Irlanda del Norte, echando a esa región en los brazos de Irlanda.
La primera ministra británica, Theresa May, sufrió un duro golpe cuando miembros de su gabinete renunciaron en medio de debate en un parlamento dividido.

La primera ministra británica, Theresa May, sufrió un duro golpe cuando miembros de su gabinete renunciaron en medio de debate en un parlamento dividido.

Foto:Reuters

Asimismo, el Gobierno británico tuvo que aceptar que más de tres millones de europeos residentes en el Reino Unido conserven sus derechos. El negociador europeo Michel Barnier lo resumió así el miércoles en Bruselas: “Podrán seguir sus vidas como antes en su país de residencia”. Bruselas también obliga a Londres a nunca discriminar por nacionalidad y a tratar a los europeos como a los británicos en cuestiones como las relaciones laborales.
Quienes empujaron hacia el brexit prometían dejar de pagar a Europa. Pero pagarán. Entre 50.000 y 60.000 millones de euros como ticket de salida y 7.000 millones de euros en 2019 y 2020, la contribución anual británica a la UE.
Además, liquidarán el 13 por ciento de los compromisos de pago europeos a medio plazo y el 13 por ciento del pago, durante décadas, de las pensiones de miles de empleados de las instituciones europeas.

Bruselas también obliga a Londres a nunca discriminar por nacionalidad y a tratar a los europeos como a los británicos en cuestiones como las relaciones laborales

Larissa Brunner, analista del European Policy Centre, considera que “la UE tiene mucho más poder de negociación que el Reino Unido”, pero estima que la UE sí hizo concesiones importantes, “como en la declaración política, que aunque para la UE es mucho menos importante que el acuerdo de salida legalmente vinculante, sí era muy importante para May”.
También prometieron que el Reino Unido competiría con la UE convirtiéndose en una especie de Singapur, un territorio ultraliberal que haría dumping fiscal, laboral y medioambiental para competir con los otros 27 países europeos.
El acuerdo lo impide al obligar a Londres a mantenerse “alineado” con Bruselas en todo lo relativo a normativa de mercado.
Mientras en Londres vuelan los cuchillos contra May, en Bruselas aceleran el brexit. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, convocó una cumbre extraordinaria para el próximo domingo. En ella los dirigentes europeos deberán dar su visto bueno al texto y en diciembre deberían votar el Parlamento Europeo y el británico.

La UE tiene mucho más poder de negociación que el Reino Unido

May siempre podrá usar el argumento de que es este acuerdo o ninguno o suspender el brexit.
Véron considera que si el Parlamento británico rechaza el acuerdo, podría terminar por ratificarlo más adelante, “porque todas las alternativas son peores para el Reino Unido y al final prevalecerá la razón”.
Este analista dice que el acuerdo no es un “dictado” europeo, sino “el fruto de una negociación real, pero enmarcada por los parámetros que marcan las instituciones europeas y sus tratados, teniendo en cuenta que la UE no iba a cambiar sus instituciones ni sus tratados por culpa del brexit, aunque a mucha gente en el lado británico le costó aceptarlo”.
IDAFE MARTÍN PÉREZ
Especial para EL TIEMPO
Bruselas
Diana Hernández
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