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Europa

La zancadilla que ultraconservadores le han puesto al papa Francisco

‘El papa protege a los curas pedófilos’, dice esta pancarta que fue exhibida durante las protestas por la visita de Francisco a Irlanda. Pidió perdón.

‘El papa protege a los curas pedófilos’, dice esta pancarta que fue exhibida durante las protestas por la visita de Francisco a Irlanda. Pidió perdón.

Foto:Gonzalo Fuentes / Reuters

Sin embargo, aseguran que el pontífice planea seguir su proyecto de luchar contra la pederastia.

Juan Carlos Rojas
“Santidad, si el diablo quiere entrar en la Iglesia, no lo va a hacer por medio de los liberales, que nunca van a controlarla, sino a través de aquellos que están más implicados y son más militantes. Lo hará infundiéndoles el miedo, y de ahí pasarán luego al odio”.
La anterior es la advertencia que le hizo al papa Francisco un estrecho colaborador al comentar los ataques del sector de la jerarquía eclesiástica más contraria a su pontificado. Fue antes del verano. Desde entonces, la situación no ha hecho sino empeorar.
El pasado fin de semana, durante el viaje que Jorge Mario Bergoglio realizó a Irlanda, llegó la andanada más grave hasta el momento con la carta de 11 páginas que publicó en varios medios conservadores el arzobispo italiano Carlo Maria Viganò, antiguo nuncio en Estados Unidos. Le exigía que renunciara al solio pontificio por haber supuestamente protegido al cardenal pederasta estadounidense Theodore McCarrick, al que Bergoglio sancionó el pasado mes de junio obligándolo a que abandonara el Colegio Cardenalicio.
Viganò también aseguraba que existe un ‘lobby gay’ en la alta jerarquía de la Iglesia, que se habría dedicado a encubrir los abusos, y arremetía contra algunos de los principales colaboradores del Papa.
La misiva del exnuncio llegó con una milimétrica precisión temporal. Se publicó en medio de un viaje papal protagonizado por el escándalo de abusos sexuales que sacudió a la Iglesia local y pocos días después del demoledor informe sobre los casos de pederastia en seis diócesis de Pensilvania (EE. UU.).
Francisco reaccionó a aquel documento, que sacó a la luz la existencia de unas 1.000 víctimas de 300 eclesiásticos pederastas, con un mensaje a los católicos en el que decía sentir “vergüenza y arrepentimiento” por lo sucedido y pedía perdón por “descuidar y abandonar a los pequeños”.
A Viganò, en cambio, el Papa le respondió a medias en la rueda de prensa que concedió a los periodistas que lo acompañaron en el vuelo de regreso desde Dublín hasta Roma. Evitó enfangarse entrando en el cuerpo a cuerpo al decir que no iba a dedicar “ni una palabra” a la carta, pero pidió a los reporteros que la leyeran “atentamente” porque hablaba “por sí misma”. No tardaron en llegar las reacciones.
La agencia AP develó que en la redacción de la misiva participó el periodista italiano Marco Tosatti, conocido por su animadversión a Francisco, que además convenció a Viganò para que la publicara después de la aparición del informe sobre Pensilvania.
El ‘J’accuse’ del exnuncio en Washington contra el Papa también se cocinó en Estados Unidos. Según ‘The New York Times’, Viganò consultó su ataque con el abogado estadounidense Timothy Busch, miembro del consejo de administración del gigante mediático católico EWTN, propietario del ‘National Catholic Register’. Este medio conservador fue uno de los que publicaron la explosiva misiva del antiguo embajador vaticano en Estados Unidos.
Durante esta semana han ido saliendo a la luz varios intentos de desinformación contenidos en la carta, como la aprobación que habría hecho de la misma Benedicto XVI. Su secretario personal, George Gänswein, lo negó categóricamente.

Más cartas

Otra inexactitud vino por las sanciones que el papa Ratzinger habría impuesto a McCarrick por sus actos pederastas, obligándolo a que no se dejara ver en público. Francisco le levantó la pena, según Viganò, que ha quedado como un mentiroso tras la publicación de videos en los que se ve al entonces nuncio saludando con afecto al polémico cardenal meses después de que comenzó su supuesto castigo.
También hay abundante documentación que prueba que McCarrick participó ‘a posteriori’ en actos públicos con Benedicto XVI.
Sin embargo, según sus colaboradores, Francisco está “sereno” pese a la andanada de Viganò, que podría no ser el último ataque contra el Papa.
“Se esperan otras cartas”, reconoce un alto funcionario del Vaticano. Aun así, Bergoglio sigue “decidido y firme” con su proyecto de seguir con su reforma de la Iglesia y la lucha contra la lacra de la pederastia en la institución.

Hay demasiados hombres viejos luchando por sus territorios. Se pelea por la influencia, por cada centímetro de poder

“Hay demasiados hombres viejos luchando por sus territorios. Se pelea por la influencia, por cada centímetro de poder”, asegura un purpurado que pide mantener el anonimato. “El Vaticano es como una guardería o un zoológico muy especial, porque animales así no existen en otros lugares”.
Por su parte, el cardenal portugués de Leiria-Fátima, António Marto, ve en la carta del exnuncio “una campaña organizada por los ultraconservadores para herir de muerte al Papa”, según una entrevista divulgada el jueves por el diario luso ‘Observador’. Aun así, Marto vaticinó que Francisco saldrá “reforzado” de esta polémica en el momento en que todo se esclarezca.
No se espera, al menos de momento, que Francisco vaya a tomar alguna medida contra Viganò, pues cualquier sanción le permitiría presentarse como el mártir de los opositores al Papa. Entre ellos destacan los cardenales Raymond Leo Burke y Walter Brandmüller, dos de los firmantes de las ‘dubia’, el documento que planteaba dudas sobre las implicaciones doctrinales acerca de ‘Amoris laetitia’.
En ese texto magisterial publicado en 2016, Bergoglio permitió que, en algunos supuestos, los divorciados vueltos a casar puedan ser readmitidos a los sacramentos.
Hubo otros dos purpurados que suscribieron las ‘dubia’, pero murieron poco después: el alemán Joachim Meisner y el italiano Carlo Caffarra. Su inesperado fallecimiento provocó más de una broma en el Vaticano por la rapidez con la que el Espíritu Santo se llevaba a los enemigos de Francisco.
DARÍO MENOR TORRES
Para EL TIEMPO
Roma
En Twitter: @dariomenorroma
Juan Carlos Rojas
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