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Europa

Las horas difíciles del rey emérito de España por culpa de una ‘amiga'

El rey Juan Carlos de España.

El rey Juan Carlos de España.

Foto:Santiago Borja / Casa Real de España

Corinna zu Sayn-Wittgenstein habría develado varias acciones no conocidas de Juan Carlos I.

Andrés Ruiz
En junio del 2014, el rey Juan Carlos de España abdicó al trono. No fue un movimiento premeditado ni calculado con años de anticipación, sino la consecuencia de un mal paso en un viaje maldito.
Debido a una caída que terminó en operación de cadera, todo el país se enteró de que, en plena crisis económica, había ido de cacería de elefantes a Botsuana. Y no lo había hecho solo. Se encontraba en compañía de una mujer que no era su esposa. Desde entonces se habla de la “amiga íntima” del rey, Corinna zu Sayn-Wittgenstein.
Aunque se sumaron otros motivos, como la imputación de su yerno en el llamado caso Nóos, esas canas al aire hicieron tambalear la corona. La solución fue cedérsela a su hijo Felipe VI, quien ha hecho todo lo posible por limpiar las manchas de un reinado que se consideraba oportuno después de la dictadura franquista.
Aparte de un posible alejamiento del rey emérito Juan Carlos y Corinna, la familia real ha intentado borrar de la memoria de la sociedad a la mujer que produjo todo tipo de titulares. Pero ahora vuelve a estar en primera fila de la actualidad española.
El jueves, el excomisario de policía José Manuel Villarejo se presentó ante la Audiencia Nacional, uno de los máximos tribunales de la justicia del país, para declarar sobre una información relacionada con las grabaciones secretas que hizo de una conversación de Zu Sayn-Wittgenstein sobre posibles irregularidades del rey Juan Carlos.
En la audiencia, que duró poco más de una hora, según indicaron fuentes jurídicas a medios españoles, Villarejo aseguró que se reunió con Corinna como “enviado de Estado”, para solucionar problemas que ella tenía con el exjefe del Estado
La alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein y el rey emérito Juan Carlos I.

La alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein y el rey emérito Juan Carlos I.

Foto:Archivo EL TIEMPO

Villarejo registró en Londres, en 2015, una comprometedora charla en la que ella afirmaba haber sido utilizada como testaferro por el entonces monarca, quien se habría beneficiado con el cobro de comisiones. La grabación se encontró en la casa del abogado Rafael Redondo, exsocio de Villarejo, que también se encuentra en prisión provisional.
El juez Diego de Egea decidió separar el audio del expediente que se adelanta contra el comisario Villarejo, acusado de haber organizado una red de tráfico de información e inmigración ilegal conocida como el ‘caso Tándem’.
El excomisario de policía se ocupó durante 25 años de grabar ilegalmente a jueces, fiscales y empresarios, y en la actualidad se halla bajo prisión preventiva. Se encargaba de buscar los trapos sucios de diferentes personas y recibir pagos a cambio de la información obtenida. Está imputado por los delitos de organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales.
Según la grabación hecha a Zu Sayn-Wittgenstein mediante un micrófono oculto, cuya veracidad revisan expertos de la policía, el hoy rey emérito cobró comisiones por actuar como intermediario en la construcción del tren de alta velocidad que conduce a La Meca, Arabia Saudí. La obra costó 7.000 millones de euros y en el consorcio participaron 12 empresas españolas. El rey habría recibido casi 100 millones de euros.
Además, Corinna sostenía en la grabación que el monarca manejaba cuentas en Suiza, a través de su primo Álvaro de Orleans Borbón, quien ha negado la acusación. La empresaria también manifestaba en el audio haber escuchado al rey emérito pedir a varias personas que suscribieran contratos a favor de la fundación de su yerno, Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina y hoy preso por prevaricación, malversación, tráfico de influencias y fraude fiscal.
Corinna, por otra parte, habría sido utilizada por el rey como testaferro en la compra de terrenos en Marruecos.
El rey emérito Juan Carlos conoció a Corinna a comienzos del 2004. Se la presentaron durante una cacería en la finca de La Garganta, en Ciudad Real, una población situada a 160 kilómetros de Madrid. El terreno es propiedad del duque de Westminster y tiene una extensión de 15.000 hectáreas. Es considerado el espacio de caza más grande de este país y es el lugar donde, además, los herederos de la Corona británica celebran juergas cuando vienen a España de cacería.
En ese entonces Juan Carlos era rey de España y tenía 66 años, mientras Corinna, que fungía de princesa alemana, contaba con 39. A pesar de haberse separado conserva el apellido de su segundo exmarido, poseedor de un título nobiliario del siglo XIV.
Ese día el rey le pidió que se sentara a almorzar a su lado. Desde entonces los rumores no han cesado. Se ha dicho que se convirtió en amante del monarca y que, incluso, la llevó a vivir cerca de él en un pabellón de El Pardo, a poca distancia del palacio la Zarzuela, donde el rey residía al tiempo con su esposa, la reina Sofía.
Entre otras labores, a petición de Juan Carlos I, Corinna organizó la luna de miel de Felipe VI y Letizia Ortiz. Además, respaldó negocios de Urdangarin, acudió a uno de los foros de turismo y deporte que este organizaba con el Instituto Nóos y su nombre figura en varios correos electrónicos que fueron estudiados en el juicio al yerno del rey emérito.
Es hija de quien fue el director europeo de la compañía de aviación brasileña Varig, hoy fallecido, el danés Finn Bönnig Larsen, y de la alemana Ingrid Sauerland. Vive entre Londres y Mónaco, y estudió relaciones internacionales en París. Tiene dos hijos. Organizaba safaris para ricos y famosos y así fue como acompañó al rey a cazar elefantes en Botsuana.

Siempre he actuado correctamente y pretendo continuar mi vida de forma tranquila, con independencia de los años de acoso que he padecido

El escándalo en España fue enorme, pese a que la Casa Real explicó que el viaje al África era de carácter privado. Juan Carlos I tuvo que ser operado de la cadera en un hospital de Madrid y la reina lo visitó pocos minutos, sin ocultar su enfado.
En aquel momento el diario La Stampa de Italia señaló: “En España hay dos reinas: Sofía, casada desde 1962 con el rey Juan Carlos; y la oficiosa, la provocadora y rubia princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, separada y amante desde hace cuatro años del soberano más tombeur de femmes (casanova) de España”.
Juan Carlos tuvo que excusarse públicamente, en un acto no visto hasta entonces. Al salir del hospital, en abril de 2012, dijo: “Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir”. Pero la esclusa ya estaba abierta.

Piden explicaciones

El partido Unidos Podemos, de izquierda, pidió al Congreso una comisión de investigación al rey Juan Carlos a raíz de las grabaciones a Corinna, para detener lo que llamó un “pacto de silencio”. Por ahora cuenta con los apoyos de Esquerra Republicana de Catalunya, Compromís y el partido catalán independentista PDeCat.
Izquierda Unida, por su parte, solicitó al Juzgado de Instrucción número 6 que acepte su personación como acusación popular en la pieza del ‘caso Tándem’ relacionada con Corinna.
En el escrito asegura que “existen elementos que hacen pensar la existencia de una concatenación de conductas altamente irregulares y reiteradas en el tiempo que, siendo penalmente relevantes, causan a su vez descrédito al funcionamiento democrático de nuestro país”.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en el gobierno, se muestra incómodo con la situación. Señaló que en principio no apoyaría la comisión de investigación impulsada por Podemos, con la esperanza de que fueran aclaratorias las declaraciones del miércoles pasado del director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán.
“El procedimiento de comparecencia del director del CNI se hace dentro del cauce normalizado”, había dicho José Luis Ábalos, ministro de Fomento. “La transparencia, que cada cual la interprete como quiere”, agregó Ábalos quien también afirmó que el PSOE la defiende “no con la idea de desgastar las instituciones”, como la monarquía, sino con el objetivo de defenderlas. “No hay transparencia sin responsabilidad, y así lo vemos nosotros”, sostuvo.
Y aunque el PSOE no hizo una declaración oficial después de las declaraciones de Sanz Roldán, fuentes socialistas aseguraron a medios españoles que se da por sentado que el voto del partido será en contra de la comisión de investigación. De hecho, la diputada del PSOE Adriana Lastra afirmó que “no tenía ninguna duda” sobre las explicaciones que dio el director de la CNI.

¿Discreción?

En una ocasión, Corinna afirmó públicamente ser una simple “amiga entrañable” del rey.  A raíz de las informaciones acerca de las grabaciones de Villarejo, emitió un comunicado en su propia defensa. “Desde hace tiempo ha habido una campaña de descrédito con motivación política contra mi persona”, señala en él.
“Siempre he actuado correctamente y pretendo continuar viviendo mi vida de forma tranquila, con independencia de los años de acoso constante y de los intentos de descrédito público que he padecido con un sinfín de información falsa”, agrega. “Tengo enorme respeto por las instituciones de España, pero no puedo permitir ser utilizada en un conflicto que no me atañe”, agrega.
Corinna se caracteriza por su prudencia y discreción. Mediante una oficina de abogados, trata de borrar su pasado. Compra las fotos en las que aparece en público y se ha dicho que es la responsable de haber retirado del mercado una fotografía tomada en el 2006, en Barcelona, en la cual le da un beso al rey Juan Carlos durante la entrega de unos premios. Prudencia y discreción, virtudes que no son precisamente las que se llevan por estos días entre la ciudadanía española, pues el asunto ha dado que hablar.
Juanita Samper Ospina
Corresponsal de EL TIEMPO
Madrid
Andrés Ruiz
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