La Universidad de Farmington se promocionaba en su página de Internet como una opción que ofrecía diversos programas educativos para futuros profesionales que buscan triunfar “en una economía más globalizada” mediante un “currículo innovador y acreditado”.
Pero esa descripción no era más que una fachada de un centro académico -ubicado en el estado de Michigan, EE. UU.- que le sirvió al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para atraer y luego detener a ocho estudiantes que ayudaron a permanecer a por lo menos 600 indocumentados en terreno estadounidense.
La noticia se conoció este miércoles y fue difundida por el medio ‘The Detroit News’ y replicada por la opinión pública en ese país. Básicamente los sospechosos (en su gran mayoría procedentes de India) incurrieron, según las acusaciones que se dieron a conocer este miércoles, en fraude de visas y protección de extranjeros con fines de lucro.
La página web de la universidad estuvo activa hasta hace algunas horas, la cual fue deshabilitado por el Departamento de Seguridad Nacional, de Estados Unidos. ELTIEMPO.COM / APP pudo acceder a la información que le daban al público.

Pantallazo de cómo se veía el portal de la Universidad de Farmington.
Archivo particular
Allí se podía leer que sus instalaciones estaban ubicadas en el corazón del centro automotriz y de manufactura avanzada del sureste de Michigan, y que su inspiración se remonta a la década de 1950, cuando los soldados de la Segunda Guerra Mundial volvían del campo de batalla para buscar una mejor educación.
Lo que han dicho las autoridades en las últimas horas es que realmente la Universidad de Farmington no tenía personal, instructores, plan de estudios ni clases: toda esa fachada que aparecía en Internet y redes sociales sirvió para que las autoridades dieran con estas personas.
En el año 2015, la universidad hizo parte de una operación encubierta llamada ‘Paper Chase’ (traducido literalmente significaría ‘persecución de papel’) y luego, en el año 2017, los agentes encubiertos llevaron a cabo toda la tarea de infiltración.
Los fiscales estadounidenses que llevaron el caso alegan que la falsa universidad estaba siendo utilizada por los capturados para conseguir ciudadanos extranjeros que pagaban por conseguir un certificado de estudio que los avalara frente a las autoridades, lo que les daba el estatus necesario para seguir viviendo y trabajando en EE. UU.
Se estima que las personas que traían nuevos clientes a la universidad fachada recibieron sumas de dinero que ascendieron a los 20.000 dólares.
Las personas que pagaron por esto sabían lo que estaban haciendo, y apelaban a la “discreción cuando se discutía el programa con otros”, escribieron los fiscales en su acusación a mediados de enero, según reseñó el The Washington Post. Sin embargo, no sabían que detrás de la fachada se movían los hilos de las autoridades.

La descripción de la historia de la Universidad de Farmington.
Archivo particular
Además de las ocho acusaciones de los sospechosos reclutadores, los agentes federales arrestaron a por lo menos otra docena de estudiantes que estaban repartidos en todo el país y que actualmente enfrentan violación de inmigración y pueden verse envueltos en una posible deportación.
Esta no es la primera vez que el Departamento de Seguridad Nacional utiliza universidades fachadas para dar con personas que acuden a este tipo de fraudes. En el 2016, 21 personas fueron acusadas por el mismo caso en un centro académico llamado la Universidad del Norte de Nueva Jersey. Redacción APP