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Mundial Rusia 2018

Lecciones de los bochornosos videos de hinchas colombianos en Rusia

Colombiano que irrespeta a japonesas en Rusia.

Colombiano que irrespeta a japonesas en Rusia.

Foto:Tomado de Twitter

Analistas coinciden en que, aunque sanción social es necesaria, la reacción del país fue exagerada.

Cómo nos cambia la vida. Hace cuatro años, por estas mismas fechas y al calor de cuatro victorias mundialistas de la Selección Colombia, se escribía sobre el poder del fútbol para unir al país, que cada cuatro años se divide en función de la política.
Hoy, después de perder en el debut y con un pie afuera de Rusia 2018, uno de los principales temas de discusión es el mal comportamiento de unos hinchas colombianos en ese país y las acaloradas reacciones que ha suscitado.
Todo empezó con dos videos divulgados el martes, día de la derrota del equipo de Pékerman frente a los japoneses. En uno, un hombre identificado como Michael Vélez y otras tres personas celebran haber burlado los controles en el estadio de Saransk con unos binoculares en los que ingresaron licor (en los escenarios deportivos de Rusia solamente está permitido el consumo de cerveza).
En el otro, el ingeniero civil Guillermo Morales Cárdenas se aprovecha del desconocimiento del español de unas fanáticas niponas para hacer que digan vulgaridades sobre sí mismas.
Ambas piezas se hicieron virales el mismo día. El asunto de los desmanes de los aficionados fue uno de los más movidos esta semana en redes sociales; las agencias y los medios internacionales lo desarrollaron y hasta la Canciller intervino para advertir que ese comportamiento “no solo degrada a la mujer, (también) insulta a otras culturas, a nuestro idioma y a nuestro país”.
En medio del escándalo, y ante el clamor popular por sanciones ejemplarizantes, Avianca despidió a Luis Felipe Gómez, uno de los involucrados en el video de Vélez, y los responsables salieron a disculparse. Incluso, un grupo de aficionados se congregó el jueves frente a la Embajada de Japón en Bogotá para hacer lo propio.

El país de la desmesura

Pero más allá del dolor de la vergüenza, como lo llamó el diario español 'El País', ¿qué dice este episodio sobre nuestra sociedad y por qué las reacciones fueron tan masivas y enconadas?
Lo que ocurrió es un buen retrato de Colombia: aquí todo es desmesurado”, sentencia Mauricio García Villegas, experto en cultura ciudadana y autor del libro ‘El orden de la libertad’, que trata sobre la necesidad de superar la falta de autoridad en el país.
“El moralismo con el que se reaccionó es natural en sociedades con tanto incumplimiento –dice–. Así como donde hay mucha impunidad criminal prospera el punitivismo jurídico (esa pretensión de solucionarlo todo aumentando las penas), el punitivismo moral prospera donde hay mucha impunidad social”.
En su opinión, ante el desespero que nos provocan los problemas culturales que no se solucionan, buscamos un chivo expiatorio que pague por todos.
¿Y qué problemas son esos? En palabras del pedagogo Carlos Castelblanco, “la cultura de la trampa, de pasar por encima del otro, sacar ventaja, decir mentiras, hacer lo que sea para tener mejores resultados que los demás; una sociedad en la que ‘el vivo vive del bobo’ y el ‘abeja’ pasa por encima de la ley para lograr su objetivo. Todo eso lo pone a usted en un lugar privilegiado en Colombia, cuando debería ser lo contrario”.
Si nuestra sociedad es así, ¿por qué nos molestaron tanto los videos de Vélez y Morales? “El país tuvo una reacción dura y desproporcionada porque, además de ser actos contra la moral pública, fueron actos contra la camiseta de la Selección Colombia, que es casi el único símbolo puro que nos queda”, responde Camilo Herrera, presidente de la firma de investigación Raddar y director del último Estudio Colombiano de Valores.
El antropólogo Fabián Sanabria, doctor en Sociología y exdirector del Icanh, afirma: “Lo que sucedió es que nuestras ‘colombianadas’ llegaron a Rusia y, frente a ellas, tuvimos la reacción típica: los buenos somos más y los malos, los demás. A eso se suma un trazo social, también propio del subdesarrollo: nos da pena que no se muestre lo ‘divinamente’ que es este país”.
Castelblanco está de acuerdo. “La indignación nacional no se produce por el hecho mismo de haber metido licor con trampa o de haberle faltado el respeto a una ciudadana de otro país, sino porque nuestra imagen queda mal –agrega–. El problema no es haberlo hecho, sino que nos hayan cogido, que el mundo lo haya visto. Es una preocupación cosmética, no de fondo. Si fuera una indignación real, esos videos nos deberían movilizar a exigir, en el día a día, que se eliminen esas conductas, y eso no pasa”.
En el mismo sentido, el sociólogo John Alexánder Castro, profesor de la Universidad Nacional, opina: “Estamos jugando doble, porque si esas conductas se hubiesen presentado en Colombia lo hubiéramos visto como algo natural y hasta jocoso, pero como ocurrió afuera nos escandalizamos y se sanciona”.

El país tuvo una reacción desproporcionada porque, además de ser actos contra la moral pública, fueron contra la camiseta de la Selección Colombia, que es casi el único símbolo puro que nos queda

Mal de muchos

Aunque pueda ser consuelo de tontos, también hay que decir que los fanáticos colombianos no han estado solos a la hora de ponerse de ruana el Mundial. “Esa tendencia chauvinista de mirarnos el ombligo no nos permite ver que esto pasa en otras partes. Esta misma semana los peruanos se ofendieron porque un hombre de ese país, borracho, acosó a una mujer, y los argentinos golpearon a unos croatas después de su derrota”, advierte Carlos Cortés, analista de redes sociales.
Por no hablar del empleado brasileño de la aerolínea Latam que fue despedido por hacer lo mismo que Morales (instar a mujeres de otro país a repetir frases de contenido sexual en un idioma que no conocen).
Los ‘osos’ de Rusia dan hasta para una reflexión sobre lo que los colombianos consideramos gracioso, como la que planteó la periodista Claudia Palacios en la columna de opinión que tiene en este diario. “¿Por qué nos hace reír la vulgaridad? Esta es la pregunta que me ronda desde que vi el video del colombiano Guillermo Morales en Rusia, que indignó a medio país. (...) (pero que) resulta chistoso para muchos, que, incluso, consideran ‘faltos de ambiente’, amargados o exagerados a quienes el hecho nos parece indignante”.
Al respecto, Sanabria anota que Colombia no tiene sentido del humor, sino del chiste. “Por eso, nuestros piropos son de lo más soez, en la línea de lo que pasó con las japonesas, mientras que a los verdaderos humoristas los asesinan”, subraya.

El despido del empleado de Avianca lo respalda la ley

Sobre el despido del empleado de Avianca, el Ministerio del Trabajo explicó que, si bien se trata de un trabajador que no estaba en su jornada laboral, la compañía, en este caso Avianca Holdings, lo somete a un despido sin justa causa, con la facultad que tiene como empleador de dar por terminado el contrato de trabajo de manera unilateral.
De acuerdo con la entidad, esto está contemplado en el Código Sustantivo del Trabajo, que para este caso, en el que se hace una terminación unilateral, le da derecho al trabajador de recibir una indemnización al ser despedido sin justa causa.
Al respecto, Avianca Holdings confirmó que se trató de una terminación de contrato sin justa causa de un empleado que hacía parte de Avianca Cargo, empresa que hace parte de esta matriz de compañías de aviación, decisión que la firma está en su derecho de tomar.
La compañía aclaró que no reveló el nombre de la persona despedida y argumentó que rechaza todo tipo de actuaciones que vayan en contra de sus principios y valores como empresa, toda vez que el comportamiento de la persona en cuestión violó la ley y la normatividad vigente en el marco del evento mundialista.
Si bien en los estadios del campeonato mundial de fútbol se puede consumir solamente la cerveza que es vendida en el interior de esos escenarios, lo que está prohibido es ingresar alcohol diferente al que se encuentra allí y consumirlo.
REDACCIÓN DOMINGO
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