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Cortes

'Fiscalía no está preparada para retos de la justicia transicional'

"No tomaremos la Fiscalía como plataforma para hacer política. Ningún tipo de política", asegura Riveros.

"No tomaremos la Fiscalía como plataforma para hacer política. Ningún tipo de política", asegura Riveros.

Foto:Oficina Alto Comisionado para la Paz

Vicefiscal María P. Riveros dice que no existirían procesos contra Farc por enriquecimiento ilícito.

¿Cómo se hace el tránsito de ser negociadora del Gobierno en La Habana a ocupar la Vicefiscalía General de la Nación?
Aunque fue un ofrecimiento muy sorpresivo y rápido, el tránsito ha sido pacífico. Y pretendo que sea la culminación de mi vida profesional. El fiscal Martínez me ofrece muy gentilmente ese cargo y coincide con que, en calidad de negociadora, concluí el tema de género en La Habana y con que el otro tema en el que había participado, el de la justicia, también estaba terminado. Eso me permitió la libertad de aceptar el cargo. En la Fiscalía pesará mucho la responsabilidad de que la justicia transicional pueda avanzar. Será una fiscalía de apoyo absoluto al proceso de paz.
En su vida profesional, siempre en ascenso, ha sido supremamente inteligente y discreta. Su papel en La Habana fue poco exhibido, pero muy importante. Sin embargo, desde Montealegre echo de menos en la Fiscalía una neutralidad ante el proceso político con las Farc…
Mi papel como negociadora del acuerdo de paz, en lugar de ser una contradicción en mi gestión, constituye un valor agregado. Conozco el sentido en el que fueron escritas las obligaciones a cargo de la Fiscalía General de la Nación en el proceso de paz. Es un plus para darles cumplimiento cabal a los acuerdos. Se trata de pasar la hoja de ser negociadora del proceso a implementadora de acuerdos desde una de las instituciones a las que se le van a cargar muchas de las obligaciones.
Precisemos un poco cómo va a ser ese papel de la Fiscalía. Los colombianos no tienen claro que van a montar una fiscalía paralela en la justicia transicional, a la cual tendrá que mandarle esta Fiscalía todos los procesos en curso relacionados con el conflicto.
Lo que le corresponde a la Fiscalía es, entre otras muchas obligaciones, enviar unos informes, no son los procesos, a la Jurisdicción Especial para la Paz. Esos informes son sobre todas las investigaciones en curso relativas a las conductas cometidas en relación con el conflicto armado, o sea muy amplios, porque no son solamente las investigaciones contra un grupo sino sobre todas las que estén en curso relativas a esas conductas. Cuando el Tribunal Especial de Justicia asuma la competencia de esas investigaciones, es cierto que la Fiscalía la pierde.
¿Eso no le quita poder e incidencia a la Fiscalía General de la Nación?
No creo que le quite poder. Primero porque la Fiscalía tiene una competencia propia que es muy importante sobre otros temas no relacionados con el conflicto armado. Corrupción, seguridad ciudadana, desmantelamiento de organizaciones criminales, que son trascendentales para ejercer justicia en Colombia. Y de otra parte, porque la Fiscalía invierte gran parte de su tiempo en esas investigaciones que tienen que ver con el conflicto armado. Por lo tanto, eso no debilita el poder de la Fiscalía sino que lo fortalece por tener más tiempo y recurso humano y técnico para dedicarse a la criminalidad. El reto de la nueva Fiscalía que va a investigar es justamente ser una entidad para el posconflicto, y eso exige unos diseños y esfuerzos adicionales que permitan que, además, otras formas de criminalidad puedan llegar a un suceso y no se conviertan en una causa más de un nuevo conflicto.
Como quien dice: ¿la fiscalía del doctor Néstor Humberto quedará dedicada únicamente a la investigación del delito ordinario?
Puede entenderse así, porque la Jurisdicción Especial para la Paz sí va a asumir la competencia penal y disciplinaria y administrativa de ese determinado tema del conflicto armado. Y esa es la idea. Darles fin a los procesos de justicia para entrar en una etapa de reconciliación.
¿Y la Fiscalía ya tiene listos los informes que le entregará a la segunda fiscalía?
De los informes que estamos preparando para enviarle a la nueva Jurisdicción Especial para la Paz hemos deducido algo muy preocupante: que la Fiscalía no está preparada para los retos de la justicia transicional.
Explíqueme eso… Porque sus antecesores no hicieron sino pregonar que dejaban todo listo para ello…
Le explico: los informes que tenemos que rendir solo están preparados con respecto a las Farc, y eso parcialmente, y no al resto de autores. La Jurisdicción Especial para la Paz es para todos los que directa o indirectamente tuvieron que ver con el conflicto. La sombrilla no cobijará solo a quienes cometieron sino, sobre todo, el que haya estado vinculado con ocasión del conflicto. La Fiscalía no está preparada para la transición.
Qué cosa tan delicada lo que me dice. ¿Es que las Farc no están suficientemente investigadas?
No está toda la información compilada, y menos procesada. Con los delitos de los guerrilleros de las Farc hemos encontrado unos baches muy grandes en relación con sus bienes. Corrijo: no tanto con los bienes, que sí se conocen, sino en cuanto a investigación por enriquecimiento ilícito de las Farc.
Cómo así: ¿no existen investigaciones contra las Farc por enriquecimiento ilícito?
Hasta ahora no encontramos procesos. Eso me falta verificarlo más. Puede haberlos. Espero encontrarlos. Pero por ahora no encontramos ninguno.
Los colombianos presenciamos muy asombrados el lánguido final de la Fiscalía anterior, llena de contratos, asesorías, nombramientos, una universidad fallida con una pérdida millonaria….
Apenas me posesioné hace pocos días. Estoy en el proceso de advertir la situación real. Pero encontré, en términos generales, que los fiscales no están dedicados en su totalidad a la labor fiscal. Y de los tres mil fiscales dedicados a la investigación penal no nos aparecen mil.
Perdón, no entiendo. ¿Cómo así que no aparecen mil fiscales?
Hemos encontrado que casi ningún fiscal está donde debe estar. Suponga que hay un fiscal local en comisión en la unidad anticorrupción, por decir algo. Como con comisión los fiscales ganan un sueldo más alto, nadie está donde debe estar. No hemos podido saber dónde están los fiscales ni cuántos son. De los tres mil no aparecen mil. No hemos podido saber dónde están ubicados. Se cruzan listas, que fulano está en no sé dónde y mengano en no sé dónde, que lo asignaron a tal cosa, pero no ha sido posible saber dónde están con precisión. La idea es que cada loro vuelva a su estaca, para que pueda ejercer su función.
No entiendo por qué es tan difícil establecer en qué está trabajando y en qué lugar del país cada fiscal de esos…
Se lo respondo con este dato: se hicieron 820 nombramientos de fiscales en comisiones en los últimos tres meses de la anterior Fiscalía.
¡Qué barbaridad! ¿Y en cuanto a los contratos externos, habrá más ‘Natalias Springers’?
Procederemos a una revisión de los contratos externos. El personal con que cuenta la Fiscalía es suficiente para ejercer las labores de investigación penal.
Hay vigentes contratos de millones de pesos para asesorar a la entidad “en su reestructuración”, lo cual significa nada, redactado en los términos más abstractos que se pueda para hacerle un favor a un amigo…
Le puedo decir que se hará una revisión exhaustiva de todos los contratos que existen para definir la suerte de ellos.
¿Cuántos contratos de prestación de servicios extras a la planta propia de la Fiscalía existen?
Está por establecerse. Estamos en ello. La idea es que no seguiremos firmando contratos de prestación de servicios para cosas misionales, o sea funciones propias de la entidad. Tres mil personas que trabajan en esas funciones tienen que ser suficientes para el buen suceso de la Fiscalía. Solo se firmarán contratos de prestación de servicios para cosas muy técnicas para las que la entidad no cuente con personal calificado.
¿A usted, como mujer, la nombraron en ese cargo para llenar una ‘cuota’?
No trabajo con el doctor Néstor Humberto por mi condición de mujer, sino porque lo he acompañado en muchos de sus cargos públicos, y seguramente me tiene confianza profesional. Pero sí significa lo que hemos dicho muchísimas veces: que la mujer tiene otra forma de mirar las cosas. Justamente, la semana pasada hice conciencia en una reunión de la entidad, en la que era la única mujer, que mis aportes consistirán en una visión diferente de la vida y de las problemáticas que se discuten en este momento en el país.
O sea que no va a ser vicefiscala, sino vicefiscal, sin discursos de género…
Así es. ¡Suena horrible vicefiscala!
¿Va a aparecer tanto como su antecesor en la televisión, cubriéndole la espalda a su jefe?
Para nada. Con la reestructuración de la Fiscalía sí es cierto, en efecto, que hay una carga de funciones muy importante para el vicefiscal o la vicefiscal general de la nación. Al Fiscal le queda una carga un poco más de carácter administrativo, de política pública. Pero ustedes conocen al doctor Néstor Humberto Martínez, que se mete en detalle en todos los temas, de manera que estamos trabajándolos absolutamente todos juntos. Nos hemos concentrado en la revisión de procesos para dictar una línea de trabajo y nuevas estrategias.
No puedo desaprovechar esta entrevista para preguntarle detalles de su experiencia en La Habana. ¿Cuál fue el momento más difícil que vivió en estos cuatro años? ¿Alguna vez pensó en tirar la toalla?
Nunca pensé en tirar la toalla. Pero sí hubo situaciones límite que la afectan a una muchísimo. Como es obvio, se trata de un proceso de negociación, y hubo muchísimas veces en que ambas partes se pararon de la mesa. Pero estábamos en un escenario, conscientes de que teníamos una visión contraria sobre una misma realidad y de que no se trataba de convencer al otro de los argumentos para que se pasaran a la opinión propia.
Mencióneme uno de esos momentos que se le venga a la cabeza…
Le repito que fueron muchísimos. Pero sí recuerdo uno muy difícil: cuando los de la delegación del Gobierno nos paramos de la mesa y nos vinimos a Colombia porque las Farc no querían aceptarnos el punto de reparación material a las víctimas.
¿Finalmente aceptaron?
Sí, quedó incluida la reparación “material” de las víctimas en el acuerdo. Es un término más neutro que “bienes”, pero quedó.
¿Ellos no querían que quedara?
Querían que quedara una cosa absolutamente insignificante, abstracta. Nos vinimos y se iba a romper el proceso.
Es conocido de marras el machismo de las Farc. Las mujeres de sus filas solo les sirven para dos cosas: como carne de cañón en la guerra y para el sexo. Si no las obligaban a abortar, se volvían inservibles para ambos efectos. ¿A usted alguna vez la irrespetaron como mujer?
Jamás. Nunca. Pero, además, siento que la inclusión del tema de género es histórica, porque en ningún otro proceso de paz en el mundo se le había asignado un espacio específico a tratar los temas de género. No podría decir que hubo expresiones machistas por parte de ninguno de los miembros de la mesa de hombres.
Finalmente, ¿de esa experiencia trae a alguna amiga guerrillera con la que vaya a seguir cultivando una amistad o eso quedó ahí y ahora empieza una nueva etapa de su vida?
La autorización para que yo pudiera tener contacto con el grupo armado terminó. Desde esta nueva posición no puedo tener ningún contacto con esas personas. La función de la Fiscalía volverá a ser absolutamente técnica. Regresaremos a la expresión investigación penal. El proceso político con las Farc nada tendrá que ver con nuestra misión. Por eso yo vengo a otra cosa. No puedo volver a hablar con las Farc porque estaba en un proceso político y ahora vengo a uno técnico. No tomaremos la Fiscalía como plataforma para hacer política. Ningún tipo de política.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO
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