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Presidenciales

La doble cara de los partidos frente a los candidatos

Candidatos a la Presidencia de la República en las elecciones de 2018.

Candidatos a la Presidencia de la República en las elecciones de 2018.

Foto:ELTIEMPO.COM

En algunos casos, la colectividad respalda a un candidato pero sus congresistas respaldan a otro.

Jorge Meléndez
En esta campaña, varios partidos han optado por tener dos caras frente a los candidatos presidenciales: una formal, para cumplir la ley, y otra real, un poco por debajo de la mesa, por conveniencias políticas.
Como las normas penalizan por doble militancia a los miembros de corporaciones públicas (congresistas) que desacaten las decisiones de sus partidos sobre preferencias presidenciales (hasta con el riesgo de perder sus investiduras), algunas colectividades se las han ingeniado para decir una cosa de dientes para fuera, y hacer otra. Dicen públicamente que apoyan a un candidato, pero respaldan a otro.
El liberalismo y el Polo Democrático son los partidos que viven esta situación más claramente.
El propio candidato presidencial del Partido Liberal, Humberto de la Calle, admitió saber que algunos congresistas estaban ya en camino hacia las campañas de otros aspirantes. Concretamente, las de Germán Vargas e Iván Duque, y reaccionó airado ante esa situación.
“El que se quiera ir, bien ido (…) Hay gente que quiere acomodarse porque ve en las encuestas que otro va adelante. Es simplemente una maroma oportunista”, dijo De la Calle en varias entrevistas.
Apenas una semana después, ante el llamado del expresidente César Gaviria, los congresistas liberales se sentaron a manteles con De la Calle, como si nada hubiera pasado. Y la instrucción de Gaviria fue “rodear a De la Calle”.
Y luego, el candidato liberal apareció, en efecto, “rodeado” en fotografías por los congresistas liberales.
Apenas un par de días después, como lo destacaron analistas, el propio Gaviria, en entrevista con este diario, puso en evidencia la precaria situación del candidato liberal.
Gaviria deploró que De la Calle no haya logrado conectarse con el pueblo liberal. “Es evidente que no hay suficiente asociación de nuestro candidato Humberto de la Calle con el pueblo liberal”, aseguró.
Por lo demás, en esa misma entrevista, el expresidente admitió su disposición a pensar más en una alianza con un gobierno de Iván Duque.
“Tiene que contar (Duque) con el apoyo del Partido Liberal para gobernar, porque nosotros somos la fuerza poderosa en el Congreso, y si quieren nuestros votos, pues tendrán que estar dispuestos a asumir compromisos que no necesariamente implican participación en el Gobierno”, añadió el jefe liberal.
Para el caricaturista Matador, estas declaraciones de Gaviria fueron el “entierro” de De la Calle.
EL TIEMPO pudo establecer que aunque el Partido Liberal mantiene públicamente su apoyo formal a De la Calle, muchos congresistas han comprometido ya sus votos, unos con Vargas y otros con Duque.

Otros partidos

En el Polo, la situación es similar. Aunque el partido mantiene su respaldo a Sergio Fajardo, varios congresistas tienen su corazón y sus votos con el candidato Gustavo Petro.
Tras calificar como un hecho “inocultable que sectores del partido (el Polo) han expresado públicamente su respaldo a la candidatura de Gustavo Petro”, los congresistas Iván Cepeda, Alexánder López, Jesús Alberto Castilla, Senén Niño y Alirio Uribe Muñoz pidieron a su colectividad que “a la mayor brevedad examine y resuelva esta situación, permitiendo en forma democrática que en el actual debate electoral se exprese libremente la diversidad de nuestras visiones”.
Lo que aconteció fue que el oficialismo de este partido de izquierda, que lidera el senador Jorge Enrique Robledo, negó esa solicitud y reiteró su apoyo a Fajardo, pero las bases de los congresistas que pidieron libertad para decidir (mayoría de la bancada) están con Petro.
En el conservatismo y ‘la U’, la situación es diferente. Ambas colectividades decidieron apoyar a Vargas Lleras, pero sectores minoritarios respaldan a Duque.
Con una diferencia: en ‘la U’ hubo una decisión de partido a favor de Vargas. Con la firma del acuerdo programático y todo. Y hasta los críticos más severos de Vargas (Armando Benedetti y Roy Barreras) respaldaron su nombre.
Se supo que por lo menos, cuatro congresistas de ‘la U’ (tres de ellos de la Costa) se fueron con Duque. Pero, claro, tampoco ha habido amenazas de las directivas de este partido de sancionar a quienes se quedaron con el candidato uribista.
En cambio, los conservadores se dividieron, aunque la gran mayoría se fue con Vargas.
Sin duda, la distribución de los votos de estos partidos políticos podría inclinar la balanza en la elección presidencial, lo que para muchos expertos es algo totalmente incierto, pues no se puede garantizar con rigor su nivel de endoso.
En esta elección presidencial está por verse si los partidos, como estructuras políticas organizadas, mantienen la fuerza que tuvieron en el pasado como los grandes electores. O si, por el contrario, los sectores de opinión, alimentados en gran medida por las redes sociales, se vuelven factores definitorios en la elección presidencial, algo que todavía no ha sucedido en Colombia.
Y, aunque pareciera que la naturaleza de ciertos partidos es la división en sus diversos matices –en Colombia esa ha sido una constante histórica–, este parece ser un momento de caos en el que las colectividades no pueden garantizar la disciplina de sus líderes, hecho que no contribuye a su fortalecimiento, sino que por el contrario, los hace perder espacio en los sectores más jóvenes de la sociedad.
POLÍTICA
Jorge Meléndez
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