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Anif lanza nueva alerta en el tema de la bomba pensional

Este año se necesitan 38 billones para pagar pensiones y 41,1 billones para el próximo.

Este año se necesitan 38 billones para pagar pensiones y 41,1 billones para el próximo.

Foto:Federico Puyo / Archivo EL TIEMPO

El presupuesto general de este año aporta 3,9 % del PIB, y el costo de los pagos asciende a 5,2 %.

Juan Carlos Rojas
El 1,3 por ciento del producto interno bruto (PIB), del recaudo por traslados de afiliados del régimen pensional privado al público y de las contribuciones de los colombianos aportantes al sistema de aseguramiento del Estado se está utilizando para fondear el pago de las mesadas públicas.
Según lo advirtió el centro de pensamiento económico de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), esto contribuye a ahondar aún más el hueco pensional, que de por sí ya es profundo. Este año se necesitan 38 billones para pagar pensiones y 41,1 billones para el próximo.
En un estudio al respecto, Anif anotó que, aunque Colombia es considerada una nación de ingreso medio, no tiene suficiente nivel de ahorro pensional. Incluso, asegura que las pensiones altas –que son subsidiadas con recursos del presupuesto general porque sus beneficiarios son privilegiados y no cotizan lo necesario para cubrirlas– están desbordando el gasto.
Si bien financiar las mesadas pensionales con los aportes que hacen los cotizantes actuales no es nada que transgreda la ley, es un escenario riesgoso para el futuro del gasto público, que terminaría necesitando más recursos fiscales, es decir, de los impuestos que pagan los colombianos; esto, para reponer la plata que los afiliados al sistema pensional depositan hoy en la bolsa pública para tener su pensión.
El desbalance en las cuentas se evidencia por todos lados. El nivel de ahorro en la economía del país solo llega al 19 por ciento del PIB, y en pensiones se calcula en 23 por ciento. Además, la cobertura total en el sistema de aseguramiento –según Anif– es del 27 por ciento de la población, siendo mayoritaria la afiliación al régimen de prima media que maneja Colpensiones. Hay que destacar que para Gabriel Piraquive, funcionario de Planeación Nacional, la cobertura total solo es del 23 por ciento.
Este bajo nivel de cotizantes contrasta con el alto volumen de recursos que se necesitarán en tres décadas. De esta forma, el costo del pasivo pensional a la fecha, es decir, el valor presente neto (VPN) de aquí al 2050 (o sea, lo que costarían las pensiones para los que aportan ahora), se calcula en 114 por ciento del PIB (más de 1.000 billones de pesos, según Anif). Esta cifra sobrepasa los recientes pronósticos del Fondo Monetario Internacional (100 por ciento), y para algunos analistas hay cierto desbordamiento. Sea cual sea la cifra más aproximada, lo cierto es que se sigue inflando una bomba social alrededor de las pensiones, que para el centro de estudios amenaza con transformarse en una bomba fiscal si el país mejorara la cobertura y llegara a los niveles promedio en América Latina, que son del 64 por ciento, lo que demandaría recursos equivalentes al 206 por ciento del PIB.
“Habría entonces que doblar el esfuerzo fiscal”, advierte el centro de estudios en su análisis.

El juego de los números

Aunque en el país rigen dos modelos de aseguramiento –el público y el privado–, el foco de estas cifras está puesto en el sistema pensional público, que toca el bolsillo de los colombianos. “El panorama no podría ser más preocupante”, dijeron expertos en el taller nacional de Asofondos el sábado pasado. Y es que unos ciudadanos cotizan, pero al ver que las semanas de contribución serán insuficientes para la pensión, desisten y retiran el ahorro. Los que están en el régimen privado se pasan al público (diez años antes de cumplir la edad para la pensión) con el fin de mejorar su retorno monetario a la hora del retiro, pues en este esquema hay subsidios, principalmente para los cotizantes de ingresos más altos.
Cada uno de esos movimientos tiene sus efectos, pero la generalidad es que la plata no alcanza por varias razones. Según Colpensiones, “actualmente, la entidad no administra reservas relacionadas directamente con el riesgo de vejez del Régimen de Prima Media, debido a que en el 2003 se agotaron”.
En parte, por la abultada demanda de recursos para cubrir las mesadas pensionales, aspecto que Colombia está en mora de corregir a través de una reforma pensional. En consecuencia, hasta la plata de los trasladados para cubrir las obligaciones presentes y la de las contribuciones se gasta y aumenta el riesgo.
“Anif ha argumentado que el Régimen de Prima Media es inequitativo y está generando presión sobre el gasto público, dados los abultados subsidios que otorga (entre 50 y 70 por ciento), los cuales son a favor de los estratos más altos”.
El asunto no tiene que ver solo con Colpensiones, que demanda el 1,3 por ciento del PIB para hacer sus pagos pensionales, sino también con los regímenes especiales que sobreviven y suelen ser más caros de pagar que la afiliación del alto porcentaje de colombianos que solo recibirán una pensión mínima.
De acuerdo con las cifras de Anif, el gasto total (incluyendo regímenes especiales, Colpensiones y el Fondo de Pensiones Públicas, Fopep), en el cual quedan los pensionados que estaban en las antiguas cajas de previsión, pasó de 3,1 por ciento del PIB en el 2002 a 5,2 por ciento en el 2016, y la proyección para el 2018 es que llegará a 5,5 por ciento.
Y esto sucede, en parte, porque al gastar las contribuciones y recursos por traslados, y tener que cubrir las mesadas con sus incrementos, cada vez se requiere más plata del presupuesto general, pues no hay reservas de lo aportado por los cotizantes.

Otras propuestas para la reforma

La papa caliente que le queda al próximo Gobierno es la reforma pensional, que, de hecho, se necesita. Analistas han dicho que la mejor es la laboral, pues la tasa de informalidad no cede (sobrepasa el 60 por ciento), mientras que el acceso al aseguramiento, como está hoy, solo contribuye a ahondar la desigualdad: $ 38 billones cubren la pensión de 1,9 millones.
En este asunto, la expectativa está en lo que dirá –sobre pensiones– la comisión que evalúa el gasto público. En tanto, desde varios frentes ya se están haciendo propuestas de reforma pensional. Por ejemplo, Anif dice que para empezar a desinflar la bomba pensional hay que subir la edad de la pensión de la mujer, de 57 a 62 años, y la del hombre, de 62 a 67.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS
Juan Carlos Rojas
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