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Economía subterránea en el país equivale al 35 por ciento del PIB

La informalidad representa el 95 por ciento del tamaño de la economía subterránea.

La informalidad representa el 95 por ciento del tamaño de la economía subterránea.

Foto:Juan Pablo Rueda / Archivo EL TIEMPO

Crece casi al mismo ritmo de la economía total, estimulado por el uso del efectivo.

El tamaño de la economía subterránea en Colombia, incluyendo informalidad e ilegalidad, es equivalente a 304 billones de pesos anuales, es decir, el 35 por ciento de toda la producción del país en el 2017.
Este flagelo crece a un ritmo anual del 6 por ciento, solo un punto por debajo de la tendencia con la que crece la economía total, que es del 7 por ciento (nominal).
La economía subterránea en el país tiene hoy, con la ventaja que ha tomado, una magnitud similar a la del sector agropecuario o el de los minerales.
Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden del estudio que acaba de concluir el gremio de instituciones financieras, Anif, a petición de Asobancaria, en el cual establecen que, si bien Colombia ha tenido algunos avances, pues en el 2007 el tamaño de la economía subterránea era del 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), en el promedio de los últimos 20 años se raja.

Dos décadas difíciles

La calificación promedio, según el Índice de Economía Subterránea (IES), elaborado por Anif, es de 2,3 sobre 5.
Una de las materias incluidas en este índice es la ilegalidad, en la cual se cuentan flagelos como el narcotráfico y el lavado de activos, que hoy equivale al 1,9 por ciento del PIB después de haber sido del 6,3 por ciento en el 2007.
En plata, el 1,9 por ciento del PIB que la ilegalidad mueve hoy en la economía subterránea equivale a 16 billones de pesos, es decir, más de dos veces el ingreso proveniente del recaudo del 4 por 1.000 en 2016 (7 billones de pesos).
Entre tanto, la informalidad, cuyo tamaño es descomunal, pues representa el 95 por ciento del tamaño de la economía subterránea, equivale al 33,5 por ciento del PIB. En plata blanca, se trata de 288 billones de pesos, cifra que supera con creces el actual presupuesto general de la Nación en el 2017 con todo y la adición que le acaban de hacer (233 billones de pesos).

La informalidad laboral llega a niveles del 64 por ciento de la población económicamente activa

La informalidad, que mueve dinero a montones y no aparece en las estadísticas oficiales para efectos tributarios, incluye evasión de impuestos y empresas o negocios que ni están registrados ni aportan a la seguridad social.
“Entre las tres causas principales de la economía subterránea en Colombia, la informalidad laboral llega a niveles del 64 por ciento de la población económicamente activa y el de la empresarial, que alcanza valores del 54 por ciento del total de empresas”, dice el estudio.
Aunque el comercio callejero es la cara más conocida de la economía informal, en realidad salpica a otras actividades, como la industria, los servicios, la construcción o el transporte. Pero, con el comercio se puede mostrar la dimensión del dinero que se mueve por debajo de la mesa. Así, algunos expertos estiman que los simples negocios de ventas ambulantes en Bogotá generan, a diario, 1.900 millones de pesos.
Por esa vía o por cualquier otra, de las tantas que hay, lo cierto es que en Colombia, donde el crecimiento oficial de la economía es pobre, la plata circula por las alcantarillas y pone contra las cuerdas a la economía formal, que es la que genera empleo de calidad.
La evasión y elusión tributarias tienen tasas cercanas al 25 por ciento, al igual que la ilegalidad, particularmente referida al narcotráfico, aunque esta presentó una reducción entre el 2000 y el 2014. Según el Informe de Monitoreo de Territorios Afectados por Cultivos Ilícitos 2015, de Naciones Unidas, en Colombia la producción de coca se habría expandido de 442 toneladas a 646 toneladas durante 2014-2015”, señala la investigación.
En total, los cultivos ilícitos pasaron de ser del 1,7 por ciento del PIB en el 2000 a un 0,3 por ciento del PIB en 2014.

Perversidad del billete

Todas estas actividades que se adelantan, sin que sean visibles para el Estado, tienen un gran aliado: el dinero en efectivo.
Por eso, los investigadores de Anif, entre los que se cuentan Sergio Clavijo, Alejandro Vera, Ana María Zuluaga, Andrea Ríos y Ekaterina Cuéllar, enfatizan en que el posicionamiento de la economía subterránea en el país se debe al uso del efectivo, en parte, promovido por impuestos como el 4 por 1.000, que entró al esquema tributario como temporal y se quedó para siempre, tras la reforma tributaria del 2016. “En Colombia, las cifras disponibles indican que cerca del 90 por ciento de las transacciones se hacen en efectivo, principalmente, para no pagar el gravamen a los movimientos financieros. También el 63 por ciento del ahorro de las personas se está haciendo en efectivo”, dice la investigación.
Anif ha sido uno de los centros de pensamiento económico que más ha sustentado un “efecto nefasto del 4 por 1.000”, y, ahora, en el nuevo estudio insiste en su desmonte, no solo por su ineficacia tributaria, sino por su capacidad de impactar todas las piezas del rompecabezas de la economía.
“En el país ha podido más la falsa ilusión del recaudo ‘fácil’, de 0,8 por ciento del PIB por año que aporta este gravamen, que el trabajo de inducir la formalización transaccional, y, de paso, a la formalización laboral y tributaria que hace crecer la producción y el empleo”, agrega el estudio.
Alejandro Vera, vicepresidente de Anif, calcula que con solo un 10 por ciento del sector informal dejando de usar efectivo se recuperaría el recaudo total que aporta el tributo del 4 por 1.000.

Dian, bajo la mira

La investigación de Anif, además de indicar la necesidad de darle en el blanco al uso del efectivo, establece que se requieren medidas alternativas, en especial relacionadas con la Dian.
Los investigadores se refieren a lo que llaman ‘ineficacia tributaria’, como una de las razones para que la economía subterránea siga dando pasos de animal grande.
En ese sentido, a la par que destacan los esfuerzos logrados en los últimos años, le da palo a la Dian y retoman la recomendación de la Ocde de que la entidad necesita “una profunda cirugía porque tiene poco capital humano de calidad”.
Alejandro Vera manifiesta que “es necesario pensar en una Dian que de verdad castigue a los evasores, que de verdad combata la evasión y logre niveles importantes de reducción de esta en impuestos como el de renta e IVA”.
No obstante, el investigador destaca que, si bien “la Dian tiene que ser más diligente”, también es clave proporcionarle las herramientas para que haga mejor su tarea. “La Dian de Colombia es la más pequeña de América latina. No se puede pensar en controlar toda la evasión que se genera en el país sin recurso humano”, dijo Vera.
Héctor Rueda, director (e) de fiscalización de la Dian, acepta que no se ha avanzado con la velocidad que requieren las circunstancias, pero expresa que “con las medidas de la última reforma tributaria, parte de la problemática que plantea el estudio se trata de ir corrigiendo. Los resultados no se podrán ver de la noche a la mañana, son de largo plazo”.
Frente a la informalidad, Rueda recuerda que la adopción de estrategias como la del monotributo permitirán llevar a la formalización a los pequeños comerciantes, mientras que el uso del efectivo también tendrá un freno.
“A partir del 2018 entrará en vigencia la limitación de los pagos en efectivo, pues si un declarante del impuesto de renta no muestra que el 50 por ciento de las transacciones las hizo a través de los bancos, no podrá reportarlos como gasto. Por consiguiente, se incrementa su tributación”, concluye el funcionario.

A un lado las reformas tributarias

Alejandro Vera, vicepresidente de Anif.
¿Si el país redujera la economía subterránea, no tendría que hacer más reformas tributarias?
Solo podría decir que tendríamos más recursos fiscales, mayor profundización financiera, mayor crédito y crecimiento económico.
¿Se puede reversar la permanencia del 4 x 1000?
Nuestra propuesta siempre ha sido quitarlo.
¿Por qué los billetes de alta denominación estimulan la economía informal?
Porque facilitan las transacciones en efectivo. Hay que llevar menos cantidad de billetes para cubrir un monto alto.
¿Cómo es la proyección que hacen al 2020?
Si se dejaran las condiciones de hoy –el 4 × 1.000, la reducción de la evasión a los niveles que estima la Dian y el desempleo en las tasas actuales–, de aquí al 2020, el efectivo, que usamos para medir la economía subterránea, crecería al 6 por ciento anual y la economía total, al 7 por ciento.

Así estamos frente a los países de Alianza del Pacífico y EE. UU.

Para la comparación con el vecindario, el estudio de Anif retoma las cifras de hace una década, debido a la poca disponibilidad de datos. Para ese año (2007), “la economía subterránea en Colombia ascendía a valores del 39,8 por ciento del PIB (33,5 por ciento informal más un 6,3 por ciento ilegal)”. Según esas cifras, Colombia es similar a México, que registró un tamaño de la economía subterránea del 39,7 por ciento del PIB, aunque con menos informalidad que ilegalidad (28,8 por ciento informal más 10,9 por ciento ilegal). Entre tanto, Perú alcanzó el mayor registro, según destaca la investigación, con una economía subterránea que representaba el 59,6 por ciento del PIB. En este país, la informalidad supera la de Colombia como porcentaje del PIB (53, 7 por ciento), mientras que la ilegalidad es menor (5,9 por ciento).
En cambio, Chile es el referente positivo. La economía invisible a los ojos del Estado en el país andino es de 18,7 por ciento del PIB, impulsada en su mayoría por la informalidad (18,5 por ciento del PIB) y solo 0,2 por ciento ligado a ilegalidad.
Cuando la comparación se hace con EE. UU. se tiene que ese país tiene una economía subterránea del 12,3 por ciento del PIB (8, 4 por ciento informal más 3,9 por ciento ilegal). “Registraba niveles muy inferiores a Perú, Colombia y México en dicho período”, según el estudio.
MARTHA MORALES MANCHEGO
Economía y Negocios
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