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Infraestructura, cultura y promoción: claves para turismo de cruceros

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Foto:Archivo particular

A pesar del mejoramiento de los puertos del país, el sector sigue trabajando para su crecimiento.

Incentivar la cultura de los viajes en cruceros entre los colombianos, hacer mayor promoción del país para consolidar este mercado y fortalecer la infraestructura portuaria son los tres factores clave para el desarrollo de la industria de los cruceros en Colombia.
El puerto de Cartagena -que recibió al 98 por ciento de cruceristas que llegaron a Colombia en el 2018- es el único del país en donde embarcan y desembarcan pasajeros, del barco Monarch de Pullmantur que llega cada sábado. Tiene una ubicación estratégica en el continente, cada vez recibe a más líneas de cruceros (serán 34 al final de la temporada 2018 - 2019) y la terminal tiene cuatro muelles disponibles con capacidad para atender cuatro cruceros de manera simultánea.
Además, tiene el Oasis Portuario, un jardín de 1.000 metros cuadrados que alberga a 700 animales entregados por las autoridades ambientales y que ganó el premio marítimo de las Américas en la categoría de puerto de destino turístico sostenible, entregado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Sin embargo y a pesar del importante proceso de modernización por el que atravesó el puerto, la sala de migración tiene capacidad para embarcar a 1.500 pasajeros, cifra se queda corta a la hora de abordar barcos como los de Royal Caribbean, que tienen un promedio de 6.000 huéspedes, o como los de Norwegian Cruise Line, con 3.000 pasajeros, aproximadamente.
A esto se suma que los colombianos no prefieren un crucero a la hora de tomar vacaciones y que, hay promoción en el destino, pero hace falta aún más difusión. Navieras, puerto y autoridades colombianos deben enfrentar estos retos para el desarrollo de la industria en Colombia.

Capacidad y movimiento de pasajeros

Royal Caribbean -compañía líder en el mercado latinoamericano- embarcó pasajeros desde el puerto de Cartagena entre los años 2008 y 2014, pero teniendo en cuenta que hace parte del mismo grupo empresarial de Pullmantur, no era estratégico tener dos barcos en el mismo puerto.
Sin embargo, Mauricio Materón, director de Discover America Marketing SAS, representantes comerciales de Royal Caribbean y Celebrity Cruises en Colombia, explica que durante la operación del crucero "sufríamos mucho porque, en esa época, no había suficientes agentes del Das. Si llovía, las maletas se mojaban. No había bodegas, se tenían que quedar en una plataforma mientras subían", cuenta Materón.
A esto, suma que "el puerto de Cartagena tiene reconocimiento a nivel internacional. Pero, a medida que crezca la demanda de las navieras para zarpar desde ahí encontrará limitaciones: el volumen de pasajeros que embarca es limitado".
Joao Miranda, gerente regional de ventas de Norwegian Cruise Line Holdings coincide con esta apreciación. Explica que para entrar a un país, en esta naviera evalúan la infraestructura de una manera nominal:
"Vemos la cantidad de pasajeros que van a un crucero (no solo de nuestras líneas), cuándo viajan y cuánto gastan en promedio. Con relación a la infraestructura de Colombia, va de la mano del PIB y de cuánto gastan las personas cuando viajan por fuera del país, así como del tamaño de nuestras embarcaciones. En Norwegian tenemos un promedio de 3.000 personas por barco. Llenar eso semanalmente desde un puerto colombiano es inviable hoy".
Solo 45.000 pasajeros colombianos embarcan con Pullmantur. La cifra es pequeña comparada con mercados maduros como el de Estados Unidos (el más grande del mundo), que ostenta 11 millones de cruceristas al año, seguido por China, con 2 millones.
Hay muchas ventajas al viajar en un crucero. Está todo incluido: comida, hospedaje y entretenimiento. Pueden visitarse diferentes ciudades (incluso, países) con todas las comodidades de un hotel. No hay que desempacar. Es seguro. Y aun así, los colombianos no contemplan esta opción para vacaciones. "En otros países es normal comprar un crucero e, incluso, se adelantan dos o tres años para esto. En Colombia no existe esa cultura. Por cuestión de tiempo, planeación (no hay la cultura de planear con anticipación", dice Miranda.
El problema, dice Materón, es tener un mercado interesado y que pueda comprar los productos: "las navieras no solo basan su ingreso en el tiquete del barco, sino en lo que se consume a bordo. Para Royal, las cifras no fueron buenas en consumo a bordo. No era rentable tener la operación acá todo el año".
En este panorama, es clave el papel de los agentes de viajes. Son quienes dinamizan el mercado y proponen a los viajeros otros sueños, nuevos destinos y recorridos distintos. En el caso de Norwegian, la meta para el 2019 parece titánica: esperan que el mercado colombiano crezca un 40 por ciento.
"El país es importante comercialmente porque olemos el potencial. Lo que falta para que se desarrolle es incentivar una cultura de cruceros", dice Miranda.

El caso de éxito

Pullmantur es el caso de éxito. Para esta naviera, que hace presencia en Colombia desde hace 11 años y recoge pasajeros cada sábado, el puerto de Cartagena cumple las condiciones necesarias para su operación.
Su buque Monach tiene capacidad para 2.900 pasajeros y embarca en dos puertos: el de la heroica y el de Ciudad de Panamá.
"Cartagena es un puerto de embarque que se agota. Cada semana tienen ocupación 100 por ciento. Las cabinas se venden con anticipación", dice Giovanny Alarcón Loaiza, director para Colombia y la Región Andina de Pullmantur Cruceros.
Reconoce, sin embargo, que el mercado colombiano y el latinoamericano en general están en una etapa de crecimiento en materia de los cruceros. "Cartagena es el destino predilecto de los latinos, es un ícono del turismo. Pero en la medida en que la industria siga creciendo tenemos que organizarnos para atender la demanda.
A la vuelta de unos años tendremos que repensarnos en infraestructura: aeropuertos, hoteles, vías de acceso, facilidades del comercio. Es un proceso transversal", dice Alarcón.

Mayor promoción

"Tenemos tres fechas al año con cuatro barcos simultáneos. Tenemos capacidad para operar así 362 días más. El puerto tiene capacidad para recibir más visitantes, necesitamos mayor promoción del destino para que más líneas navieras se animen a visitarnos", dice María Emilia Bonilla, coordinadora Terminal de Cruceros de Cartagena. Solo hay un día de embarque desde el puerto. Eso quiere decir que hay 5 días que podrían estar en operación.
Para Bonilla, es necesario trabajar de la mano de diversos actores e instituciones para lograr una promoción del destino y superar barreras como la falta de bilingüismo en la ciudad y de la formalización de los operadores de servicios turísticos. También, trabajar por mejorar los problemas de movilidad.
"La política del Gobierno para impulsar el turismo es una excelente oportunidad para que otras líneas de cruceros realicen operaciones de embarque desde Cartagena, esto permitiría aumentar la permanencia de turistas en la ciudad y dar más uso a la infraestructura de embarque", dice.
Todo está dado para el crecimiento: hay un puerto con capacidad, navieras que pasan por el país y precios que pueden acomodarse a algunos viajeros. Es necesario entonces impulsar la idea de que los viajeros pueden soñar con nuevas experiencias y que pueden hacerlo con agencias de viajes. Además, un trabajo que atraviesa diferentes sectores: navieras, sociedad portuaria y el porte del sector público para atraer inversión.

Vistazo a los puertos de San Andrés y Santa Marta

Tras una inversión de más de 5 mil millones de pesos, en julio del 2018 se inauguró el muelle el Cove, ubicado en San Andrés. Esta infraestructura facilita el embarque y desembarque de pasajeros y tiene capacidad para recibir cruceros de hasta 1.000 o 2.000 viajeros. El 18 de febrero llegó al muelle el crucero de mediana longitud Hamburg, de la compañía alemana Hapag Lloyd Cruises Lines. El 24 del mismo mes llegó una regata formada por 45 veleros con más de 100 personas a bordo. Estos han sido los movimientos en el año.
El puerto de Santa Marta, por su parte, está en etapa de desarrollo. Según Shadia Olarte, directoria de turismo de la ciudad, dice que para este año la proyección de cruceristas será de más de 35.000 y tendrán 26 recaladas. “Hubo un incremento del 55 por ciento de cruceristas durante el 2018, en comparación con el año anterior: recibimos a 27.000 viajeros”, explicó.
El puerto está en capacidad de recibir a un promedio de 4.000 viajeros. Aunque Olarte reconoce que hace falta un puerto exclusivo para cruceros turísticos, la visión para el 2025 es acortar diferencias con el de Cartagena y entrar en la competencia.
NATALIA NOGUERA
REDACCIÓN VIAJAR
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