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Los impuestos sobre el trabajo caen por tercer año consecutivo: Ocde

Durante el 2015 y el 2016, España hizo grandes cambios en su sistema tributario.

Durante el 2015 y el 2016, España hizo grandes cambios en su sistema tributario.

Foto:JuanJo Martin / EFE

Presión fiscal sobre el empleo se redujo hasta el 36 % de media en los países desarrollados.

Los vientos de la recuperación tienen efectos balsámicos para el bolsillo de los contribuyentes. Los impuestos sobre el trabajo tienden a reducirse cuando la economía está de fiesta y a incrementarse cuando se apagan las luces.
Es una de las principales conclusiones del informe ‘Imposición salarial 2017’, difundido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).
Un estudio que el ‘club’ formado por los 35 países más ricos del mundo publica cada año y en esta edición destaca que la presión fiscal sobre el trabajo se redujo en el 2016, por tercer año consecutivo, hasta el 36 por ciento, algo menos de una décima respecto al ejercicio anterior.
La organización, presidida por el mexicano Ángel Gurría, explica en el documento relacionado con los impuestos sobre el salario que estos retoman la tendencia descendente, que fue interrumpida durante los años de crisis.
Estos descensos en la presión fiscal sobre el trabajo se explican, sobre todo, por las reformas fiscales aprobadas en los últimos años. Los países que han emprendido profundos cambios en sus sistemas tributarios (España en el 2015 y 2016, y Bélgica y Austria el año pasado) han bajado de manera intensa los impuestos sobre la renta, mientras que los que no lo han hecho han subido levemente el impuesto. El balance es un descenso del conjunto porque las bajas son más pronunciadas que las subidas.
Los expertos advierten que en los últimos años se está produciendo un trasvase desde la imposición directa (impuesto sobre la renta y sociedades) hacia la indirecta (IVA y especiales).
Este cambio tributario perjudica la progresividad general del sistema, pues el IRPF es el principal tributo redistributivo de rentas. El documento también concluye que existen grandes diferencias de cuña fiscal, como denomina a la carga tributaria sobre el trabajo, entre los trabajadores individuales y los que tienen familia e hijos.
El informe de la Ocde explica además que la presión fiscal de España sobre el trabajo, incluyendo las cotizaciones a la seguridad social, supera la media: 39,5 por ciento del total de los costes laborales.
De esta tasa, los trabajadores tienen que pagar, en promedio, el 11,6 por ciento correspondiente al IRPF y otro 4,9 por ciento relacionado con cotizaciones a la seguridad social. El empresario carga con el 23 por ciento de las cotizaciones.
El estudio también ofrece la carga fiscal para un trabajador sin hijos. Este paga de media un 21,4 por ciento (un 15 por ciento de impuestos y un 6,4 por ciento de cotizaciones).
España ocupa el puesto 15 entre los países de la Ocde con mayor presión fiscal sobre el trabajo. Aunque el impuesto sobre la renta está entre los más bajos, sube posiciones en la clasificación final porque las cotizaciones sociales a cargo del empresario están entre las más altas.
Entre los países con más presión fiscal sobre los salarios están Bélgica (54 por ciento) y Alemania (49,4 por ciento). Mientras que los que tienen menos carga tributaria son Nueva Zelanda (17,9 por ciento) y México (20,1 por ciento).
El informe advierte que los impuestos sobre el trabajo que pagan las familias con niños son más bajos que los que liquidan los trabajadores individuales sin hijos, salvo en Chile y México, donde son los mismos.
En el 2016, la presión fiscal media de la Ocde para una sola fuente de ingresos de familias con niños fue del 26,6 por ciento, casi 10 puntos menos que la tasa que paga de media un trabajador único.
En promedio, en los países de la Ocde, la brecha entre las cuñas fiscales de las familias y los perceptores individuales aumentó ligeramente entre 2015 y 2016.
“Los impuestos sobre la renta del trabajo para el trabajador promedio en toda la Ocde siguen cayendo ligeramente. Esta disminución está impulsada, en parte, por las reformas en un puñado de países”, dijo Pascal Saint-Amans, director del Centro de la Ocde para la Política y Administración Tributaria.
“Impulsar los incentivos de trabajo de las personas de bajos y medianos ingresos mediante la reducción de la presión fiscal sobre las rentas del trabajo sigue siendo un medio importante para fomentar el crecimiento inclusivo”, agregó.
JESÚS SÉRVULO GONZÁLEZ
Ediciones EL PAÍS, SL 2017
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