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Fútbol Colombiano

‘Quiero ser el dueño de mi tiempo’: Iván Mejía

Iván Mejía se despedirá el viernes de los medios, al menos por un año.

Iván Mejía se despedirá el viernes de los medios, al menos por un año.

Foto:Archivo / EL TIEMPO

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Después de 50 años de carrera, se tomará un año sabático. ¿Por qué? Mejía charló con EL TIEMPO.

Orlando Ascencio
Iván Mejía dice que la gente no le creyó cuando, en enero de este año, anunció que en diciembre dejaba los medios de comunicación. Tal vez sea lo único que los hinchas no le crean: este año cumplió 50 años de carrera profesional.
Poco a poco, Mejía se ha ido despidiendo. Apenas Carlos Bacca falló el cobro que dejó por fuera del Mundial de Rusia, dijo en el micrófono de Caracol Radio que era el último partido que comentaba en un estadio. Y lo cumplió. El domingo lo hizo en Win Sports. Y el viernes lo hará en 'El Pulso del Fútbol', el programa que hace desde el año 2000, primero junto a Hernán Peláez y luego, con César Augusto Londoño. Aunque aún quieren convencerlo de que siga. 
Nació en Cali el 16 de septiembre de 1950, pero a los 18 años decidió irse a vivir solo, a Medellín. Allá comenzó, incluso antes de terminar su bachillerato, su carrera como periodista: Javier Giraldo Neira era novio de una prima suya. Mejía le pidió una credencial para ir a fútbol, pero Giraldo le dijo que a cambio tenía que llamarlo y contarle el partido. Con lo que Iván le contaba, Javier armaba la crónica del partido para el diario 'La Patria'. Y con el tiempo, Giraldo le soltó la rienda y Mejía escribió sus propias notas.
Un día, Wbeimar Muñoz Ceballos lo mandó a llamar a la cabina de Radio Visión. Muñoz le dijo que le había leído cosas interesantes y le abrió las puertas de la radio. Su espíritu aventurero lo llevó a vivir en España durante dos años, primero en Madrid, donde no se amañó, y luego en Barcelona. Al final regresó a Colombia y se consolidó como uno de los periodistas más seguidos y más críticos.
Mejía siempre fue firme en sus convicciones. Como cuando decidió dejar Bogotá, cansado del ritmo frenético y de los trancones. “Cuando dije que me venía para Cartagena no creían, y ya llevo siete años acá. Son determinaciones de vida: cuando las tomo, las cumplo, generalmente”, le dijo a EL TIEMPO.
¿Por qué se va?
Desde enero, después de consultarlo con mi familia en las fiestas de fin de año, tomé la decisión. Creo que ya es suficiente. Llevo 50 años de periodismo. Los lectores, los televidentes y los oyentes lo juzgarán. Es hora de pasar a los cuarteles de invierno.
¿Cómo cree que lo van a recordar ahora que deja los medios?
Yo soy un tipo contestatario. Tengo un lema y es que no creo en los boletines oficiales ni en las declaraciones de los directivos. Sigo buscando una alternativa, cumplo el oficio del periodista investigador. Para todo siempre hay una segunda opinión y eso me ha hecho diferente, porque no presento las cosas como lo quieren contar los oficiales, sino que tengo mi propia versión, llego a conclusiones completamente diferentes. Me ha ido bien por ser diferente, por no comer entero, por no tragar las mentiras oficiales.
¿Cuál fue el compañero con el que mejor se entendió?
Los 15 años que trabajé con Hernán Peláez en 'El Pulso del Fútbol' no me los quita nadie. También tuve una gran sociedad con Óscar Restrepo, con el que tengo una gran amistad. Aunque hace mucho tiempo no nos vemos, nos mantenemos en contacto.
Iván Mejía (izq.) y Hernán Peláez hicieron juntos El Pulso del Fútbol durante 15 años.

Iván Mejía (izq.) y Hernán Peláez hicieron juntos El Pulso del Fútbol durante 15 años.

Foto:Yomaira Grandett

En 50 años de carrera, ¿cuál fue el mejor momento que vivió?
Hoy. Me voy en mi mejor momento. 'El Pulso' es líder en audiencia, con 594 mil oyentes en radios oficiales. Eso, sin contar lo que marcamos en otras plataformas. Soy comentarista de Win Sports también. Me siento sólido, solvente y respetado. Pero como dije en mi columna de despedida en 'El Espectador', la pita no da para más. Es hora de recoger la cometa.
Cuando Hernán Peláez se fue, primero de 'El Pulso del Fútbol' y luego de 'La Luciérnaga', dijo que nunca volvió a escuchar esos programas porque si lo hace se cuestionaría la forma como lo están haciendo. ¿Piensa igual?
Desde el viernes a las 2 de la tarde se acaba la radio para mí. El fútbol lo veo en 'mute', que nadie influya en mi concepto. Lo mismo pasa con el golf y los programas de cocina, hay unos que no soporto. El 'mute' es la palabra que más utilizo por estos días.
¿Qué le dejaron esos dos años que vivió en España?
Me fui muy joven, como un inmigrante, sin rumbo alguno. Por eso me gusta tanto la canción del Conjunto Clásico, Sin rumbo alguno. Trabajé de todo, pero igual seguí escribiendo para 'Nuevo Estadio'. Finalmente llegué a la conclusión que debía volver a mi país. No quería ser más inmigrante.
Sus amigos dicen que el nacimiento de sus nietas lo marcó mucho.
Me marcó, definitivamente. Si yo le hago la cuenta de los sábados, los domingos y los días de fiesta que trabajé, pues no tuve tiempo para mis hijos: siempre estaba en el estadio. Cuando nacieron mis nietas traté de dedicarles tiempo a ellas, celebrarles sus cuentos, sus chistes. Lo que más me gusta de irme es que voy a manejar mi tiempo. No estoy cansado, ni física ni mentalmente. Pero ahora no voy a tener que pensar en levantarme y empezar a llamar para preparar mis cosas sino que puedo decir que hoy me voy para tal lado. Ser dueño de mi tiempo, eso es lo que quiero ser.
Usted vive en Karibana. Ahí tiene al frente otra de sus pasiones: un campo de golf.
Pero loro viejo ya no aprende a hablar: me quedé en la condición de machaco. Jugar bien, juegan otros, yo no. Pero el golf me gusta mucho. No me interesa nada de la política del golf. Tengo un eterno enamoramiento de la pelotica. Salgo, tiro unas bolitas, poteo un rato.

Si yo le hago la cuenta de los sábados y los domingos que trabajé, pues no tuve tiempo para mis hijos: siempre estaba en el estadio. Cuando nacieron mis nietas traté de dedicarles tiempo a ellas

También le puede dedicar tiempo a otra de sus pasiones: la cocina.
Me gusta mucho la cocina; es un distractor, una cosa relajante. Me gusta llegar al sabor que quiero: me sueño algún plato y hasta que no lo logre no quedo contento, lo celebro.
¿Cómo ve el momento del periodismo deportivo?
Complicado. Estamos entrando en una etapa: estamos copiando un modelo argentino que es el periodismo 'show', el de los gritos, la gesticulación. No es análisis, no es raciocinio, sino el que más alharaca haga. La otra preocupación es el comentarista numérico: nos estamos quedando en los números, en cuánto hace que un equipo no remonta, cosas así, y dejamos el análisis a un lado. Eso no me interesa.
¿Su salida es definitiva?
Primero, tengo que agradecerles a todos los oyentes, los lectores y los televidentes. Mi determinación es irme por un año. Si después de ese tiempo encuentro que me hacen falta el micrófono o el computador, pues volveré, pero espero no convertirme en el Vicente Fernández del periodismo.
JOSÉ ORLANDO ASCENCIO
SUBEDITOR DE DEPORTES
En Twitter: @josasc
Orlando Ascencio
icono el tiempo

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