caracas sin filtro: capítulo 1

Relato de una Miss: Vivir y morir de hambre en Venezuela

Relato de una Miss: Vivir y morir de hambre en Venezuela



Unidad de Datos

Ella es menor de edad y amamanta a su hijo en la acera. Está sentada en un banquito justo al lado de una montaña de basura en la Avenida Francisco Solano, sector El Recreo. El bebé está aferrado al seno de la mujer delgada y de mirada triste. Chupa. Se esfuerza.

Un automóvil baja la velocidad hasta detenerse. La ventanilla eléctrica del copiloto se abre y una mano llama a la chica. Ella se acerca con su bebé en brazos. Dos hombres que hurgaban en la basura también caminan lentamente hasta el carro. Alguien saca una caja de comida y se la entrega a la joven mamá. Entrega un par más a los dos hombres que lucen viejos y cansados.

El vehículo avanza una cuadra. Vuelve a detenerse, otra vez desde el carro les entrega comidas a personas que deambulan en la Caracas de tres millones de habitantes que luce gris, al pie del emblemático y verde cerro El Ávila.

Dos golpes a la ventanilla. En el carro un rostro joven, bonito, sin maquillaje, se asoma. A su lado, la copiloto, también mujer y también joven, afable, saluda.

En Caracas sus habitantes quieren hablar. Están cansados de guardar silencio. Las historias de un país que tiene hambre y necesita medicinas comenzaron a conocerse desde el 2016, de boca de los migrantes del desespero que se refugian en masa en Colombia, Perú, Brasil o Argentina. Entre 2016 y 2017 ha salido un millón de personas.

"La escasez es el tema obligado de conversación"

Los que se quedan conversan todos los días de la escasez. Es un diálogo obligatorio. Cuando tienen la oportunidad de hablar con la prensa extranjera, lo dudan porque saben que lo que se diga puede traerles consecuencias con un gobierno que señala y estigmatiza. Sin embargo, se arriesgan. La están pasando muy mal.


Caracas es la ciudad de las filas, pero los días en que más personas acuden a los supermercados son cuando llegan productos básicos que meses atrás no se conseguían por escasez, como la harina pan. Foto: Ginna Morelo, El Tiempo.

Esa dificultad para conseguir harina pan, carne, café, huevos, bien sea porque no hay bolívares que alcancen para comprarlos, o porque quienes tienen el dinero no encuentran los productos en los supermercados, o porque sencillamente habiéndolos no hay billetes circulantes para lograrlo, empujaron a las dos chicas de Mérida a hacer una colecta entre los amigos y a preparar almuerzos que reparten por las calles de Caracas a los más necesitados.

"Esta situación es tan fuerte que tienes que decidir a quién le ayudas primero"

Mientras habla, observa a las personas que en la calle rebuscan entre la basura. Le duele una realidad que los abofetea mañana, tarde y noche. Que ha hecho huir de su país a sus vecinos, a sus familiares y a sus amigos.

"La gente se debate entre mandar a sus hijos al colegio o a trabajar para poder darles de comer"

Antonella pasa del tono quebrado al de la rabia. Está furiosa con el Gobierno de Maduro y con todos los que lo rodean.


Antonella Massaro, segunda finalista del concurso Miss Venezuela 2016 reparte comida por las calles de Caracas. Foto: Ginna Morelo, El Tiempo.

Se aferra a que de algo malo siempre viene algo bueno.

" Soy Miss, pero no hagas ruido con eso ¿vale?"

Su cara no es la de una venezolana que anda en las calles haciendo colas para cobrar comida. Su cabello está bien cuidado, su rostro es blanco, sus cejas perfectamente delineadas y su cuerpo es esbelto. Se adelanta a responder la pregunta.

Antonella Massaro fue segunda finalista del concurso Miss Venezuela 2016. Reparte comida a los que hurgan entre la basura en el país que era rico y hoy está en crisis.


Mayo de 2018

Por: Ginna Morelo

@ginnamorelo

Ir al inicio

Caracas Sin Filtro