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Música y Libros

El rock es un zombi que muere muchas veces y sigue sonando

Gene Simmons, Tommy Thayer and Paul Stanley de la agrupación KISS.

Gene Simmons, Tommy Thayer and Paul Stanley de la agrupación KISS.

Foto:123rf

Este género sigue latiendo y asimilando que ya no es el actor principal del universo musical.

Al rock lo han querido matar desde que nació.
En la década del 50 comenzaron los acordes de un género musical que fue considerado en ese momento como algo sacrílego, extraño y con una expectativa de vida corta, dada su alma revolucionaria y el efecto que tuvo entre una juventud que descubría su fuerza.
Diez años después ya se acuñaba la frase ‘Rock is dead’ (el rock está muerto). Parecía que ese lapso fue suficiente para un estilo musical al que se había sumado la psicodelia y una experimentación narcótica y espiritual que no logró apagar su llama.
En los 70 se sostuvo a pesar de la invasión de la música disco, y fue el alimento de una idea de revolución, que luego se reforzó con los gritos del punk y el hard rock.
Un tiempo después pudo convivir con el colorido de un pop ambicioso que se tomó las listas de éxitos en la radio del todo el mundo. Eso sí, sin sumar las experiencias de tono experimental, industrial y electrónico, en las que el rock también llegó a aportar su granito de arena.
Pero ¿qué está pasando hoy? De nuevo el rock afronta la idea de una muerte simbólica (pues sigue respirando en las redes, en el universo del streaming, en los vinilos y en la nostalgia de quienes se aferran a sus aventuras sonoras). Quizá sea un zombi.
Tal vez esa sería una manera de describir la situación actual de un género que ahora padece los embates de éxito de la música urbana o la clonación espontánea de un pop que trata de abrirse paso entre el ritmo pegajoso del reguetón, del que también ha tomado elementos sonoros, y nuevas colaboraciones para asegurar su existencia.
“Me entristece darme cuenta de que el rock ha alcanzado su punto final… Las únicas personas que están diciendo algo que realmente importa son los raperos, las letras del pop no tienen sentido y son fáciles de olvidar”, aseguró Roger Daltrey, cantante de la icónica banda The Who en el diario The Times. “Las estrellas de rock ya no son capaces de impresionar al público”, agregó.
Pero no todo está perdido, el cantante estadounidense Lenny Kravitz ofreció otro punto de vista, en una conferencia de prensa concedida este año en México, durante una gira promocional de su nuevo álbum Raise Vibration.
“En unos años, el rock tendrá esa fuerza con la que dominó en la música”, dijo.
Otro aspecto que puede afianzar una mirada cargada de esperanza a la hora de hablar de la expectativa de vida de este género musical es que tiene tantas divisiones y caminos de expresión que decir que está muerto es limitar su poder.
Por eso, ahora puede sonar extraño ese famoso comentario lapidario de Gene Simmons, bajista y cantante de la banda estadounidense Kiss, quien dijo en la revista Esquire en el 2014: “¿Quiénes son los nuevos Beatles? Nombra cinco bandas que puedan mirar a los ojos a los Stones, The Beatles, Elvis o Jimi Hendrix”.
Sin embargo, Joselo Rangel, guitarrista de la banda mexicana Café Tacvba, fue menos radical y recordó en una columna del diario mexicano Excélsior que “decir que el rock está muerto a veces solo sirve para darle una vuelta más a la tortilla que ya se está enfriando de un lado”.
Una mirada que lleva a que la discusión pueda extenderse mucho más, pero la respuesta podría estar en una reflexión más sencilla.
“Lo que pasa es que el rock no es un género que está de moda (…). El reflejo de los adolescentes o de la calle no está en el rock”, apunta Julio César Escobar, periodista musical y locutor de la emisora La X.
Él rememora que hubo un tiempo en el que este género era considerado como el ejemplo de la música independiente.
“Además no era solo sonido, yo creo que también era actitud (...). A estas alturas es muy difícil ponerle etiquetas a la música, pues se trata de un animal muy variable y tiene como ejercicio natural infectarse de otras cosas”, explica Escobar.
“Es extraño que uno no escucha casi nunca a otro género quejándose de que lo mataron. Al punk, al jazz o a la electrónica parece que eso no los preocupa y siguen trabajando”, recalca el periodista musical. Quizá lo que el rock siempre está pidiendo es un poco más de atención.
ANDRÉS HOYOS VARGAS
EL TIEMPO
Twitter: @AndresHoy1
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