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Música y Libros

‘Así hice mi ‘podcast’ con Barack Obama’

En junio del 2015, Marc Maron entrevistó al entonces presidente de los EE. UU., Barack Obama, en el estudio de su propia casa.

En junio del 2015, Marc Maron entrevistó al entonces presidente de los EE. UU., Barack Obama, en el estudio de su propia casa.

Foto:WTFPOD

Marc Maron pasó del desahucio profesional al estrellato de un nuevo medio digital de alcance global.

Juan Carlos Rojas
Luego de intentar encajar en las estructuras del ‘stand up’ norteamericano y de programas como ‘Saturday Night Live’ sin mucho éxito durante dos décadas, Marc Maron ha construido un negocio y una marca a través del ‘podcasting’, produciendo y emitiendo un contenido episódico llamado WTF, en el que el norteamericano conversa dos veces a la semana con sus amigos de comedia, actores, actrices, deportistas, músicos y hasta presidentes: su conversación con Barack Obama en el garaje de su casa es uno de los contenidos más descargados y escuchados en la historia. Las cifras reflejan el éxito de Maron: más de 200.000 descargas por episodio.
Desde ese mismo garaje, Maron cuenta la historia de cómo pasó de ser un ‘show’ de segunda a hablar con Bruce Springsteen y con Keith Richards y recientemente, a protagonizar la nueva serie exclusiva de Netflix llamada ‘Glow’.
Hablemos de ‘Glow’ y de cómo usted sigue explorando esta aventura ‘online’ con tanto éxito…
Parece que todo está mudándose hacia ese lugar. No puedo sino estar feliz de que haya tantas oportunidades hoy en día para mudarse hacia lo ‘online’. Es, digamos, la segunda parte de mi vida y de mi carrera. Hay muchos canales y parece el salvaje Oeste, de manera que estar nuevamente involucrado en un canal como Netflix, tan revolucionario en sí mismo, y de trabajar con tanta gente nueva, es algo magnífico. No lo esperaba. Cuando empecé el ‘podcast’, pensé que mi carrera había terminado.
¿Cree usted que su ‘podcast’ le ayudó a ganarse el papel para protagonizar ‘Glow’?
No creo. Eso sucede a veces, como por ejemplo, que la gente me reciba en su ‘podcast’ como invitado, para hacer algo de promoción cruzada. Eso sucede mucho entre nosotros los ‘podcasters’: nos promocionamos mucho. Es como funciona el medio. Pero ‘Glow’ no tuvo nada que ver con el ‘podcast’, porque a mí no me conocen mucho como actor sino como comediante, y mi programa ‘Maron’, que estuvo al aire cuatro temporadas, nunca fue muy grande ni muy popular. Y no siento que me hubiera hecho dar a conocer como actor. Lo que sucedió con ‘Glow’ fue muy orgánico, en el sentido de que ni siquiera lo estaba buscando. Estaba de receso el pasado verano y mi mánager me envió el guion. Me gustó el personaje y pregunté dónde debía enviar mi ‘casting’ y me dijeron que no estaban mirando gente, que no sabían exactamente qué querían. Así que mi mánager me dijo “grábate”. Me compré unas gafas de aviador, una camisa Lacoste, y un amigo me filmó y listo.
Hablemos de su sobriedad. ¿Cómo logró la sobriedad luego de luchar tanto contra la adicción a las drogas?
Este mes estoy cumpliendo 18 años de sobriedad. Es interesante porque a mi personaje le encanta la cocaína, y a mi me encantaba (risas), entonces es algo curioso porque ahí estoy, en el set, haciendo cocaína de mentiras y a pesar de eso, es como montar en bicicleta: lo recuerdas de inmediato. Fue divertido explicarles a las chicas del programa cómo usa la cocaína Sam: ahí estoy en el set, hablando con un montón de chicas medionerdas sobre cómo Sam inhala cocaína con la punta de una llave, o con la de un esfero, cómo no la comparte y cómo la guarda en una cajita de cigarros que se abre, y estas dos mujeres me están mirando como: “cómo nos emociona que estés aquí”. (Risas)
Usted habló hace unos años con Chris Cornell de Soundgarden en su ‘podcast’, y cuando murió lo volvió a publicar.
Cornell era un tipo muy inteligente, muy conectado, parecía estar en un buen lugar de su vida: tocando otra vez con su aura misteriosa. Es terrible lo que le pasó. Es muy difícil. No sé cuál sea su historia, dónde estaba cuando murió emocionalmente, pero sé que luchó contra las sustancias verdaderamente duro. Esa es una carga real, tener ese bicho de la adicción en el sistema de uno. Cuando hablé con él, estaba muy dispuesto a seguir trabajando, a seguir tocando, a hacer cosas con Soundgarden… me sorprendió mucho.
¿Qué tal fue entrevistar a Barack Obama durante su presidencia?
Fue una locura tener al presidente grabando un ‘podcast’ en el garaje de tu casa. No podía creer que estuviera sucediendo. Habíamos tenido un año de conversaciones, hasta que nos dijeron que lo iban a hacer. Pensé que tendríamos que ir hasta la Casa Blanca cuando nos dijeron: “no, el presidente va al garaje” yo pensaba “esto es una ridiculez”. Hay muchas cosas que tuvieron que pasar: tuve que pedirle al vecino de la casa del frente que si podían poner unos francotiradores en su techo, tuvimos que cerrar el barrio unas horas, pero para mí yo sabía que no quería hablar de política con Barack el presidente sino hablar con Barack el tipo. Algo que lo mostrará humanamente. Lo que yo hago en el ‘podcast’. Y me alegró que dadas las circunstancias, los límites, los protocolos y demás, me dejaron hacer lo que yo hago en el ‘podcast’: oír al presidente y oír a la persona y conectarme con él. Y vaya si extraño a ese hombre ahora, porque no sé qué pasa en tu país, pero aquí están muy locas las cosas.
Estamos en el mismo planeta, así que las cosas pintan igual. Me parece muy curioso que el presidente fuera a verlo, pero que para hablar con Keith Richards de los Rolling Stones tuviera que ir a buscarlo.
(Risas). Es que uno es el presidente, el otro es la realeza. La verdad es que el expresidente Obama quería hacerlo así. Keith no hace mucho. Ya no habla con mucha gente. Hay que ir a buscarlo. Y lo habíamos buscado muchísimo. Y nos dijo que iba a estar en la sede de una radio pública en Nueva York… fue muy divertido porque nos dejaron usar sus estudios, pero los funcionarios de la emisora estaban escandalizados porque Keith Richards no hizo sino fumar en todos los estudios. Todos gritaban por los pasillos: “¡Está fumando! ¡Está fumando!”. Bueno, pues ve dile a un rolling stone que no puede fumar…
¿Cómo se arranca en el ‘podcasting’?
Cuando yo empecé, el medio no era muy popular, y sabía que había unos cuantos comediantes ya haciendo ‘podcasts’. Cuando nos despidieron del canal a mi productor y a mí, nos dejaron en el canal durante un mes… y empezamos a meternos al estudio por las noches, sin saber muy bien qué era lo que esperábamos del programa, ni qué era lo que queríamos hacer… pero empezamos a trabajar con la idea y Apple comenzó a apoyarnos, simplemente porque querían tener profesionales trabajando en el mundo del ‘podcasting’ para acercar de otras formas a usuarios a sus productos. Empecé a meterme en ‘social media’, a agendar encuentros con personas que conocía, y aunque no sabíamos qué era lo que queríamos, sabíamos que lo queríamos sacar adelante y al aire los lunes y los jueves sin falta.
¿Qué se necesita?
Hay que sonar bien. Ese es uno de los grandes mitos del ‘podcasting’: que solo montas un micrófono y lo pasas a cuatro o cinco amigos para que opinen de algún tema. Hay que usar buenos micrófonos, mezclar bien el producto de radio, meter bien la música. Ser profesional. No se necesita mucho para hacer que el audio suene genial. No importa que se vea algo muy punk, o muy del salvaje Oeste, tiene que sonar excelente. Y no se necesita mucho dinero para que eso pase. Creer que un ‘podcast’ se puede hacer sin esas condiciones de calidad va a conseguirte oyentes es un error. Los valores de producción son importantes. La presencia en redes es importante.
¿Cómo se consigue el éxito con un ‘podcast’?
Es más fácil atrapar un rayo en una botella que contestar esa pregunta.
ALEJANDRO MARÍN
Especial para EL TIEMPO
Juan Carlos Rojas
icono el tiempo

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