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Música y Libros

Gregory Porter, el alma del jazz con el alcance del pop

Porter se presentará en Silencio, un espacio efímero que recrea un club de jazz de los años 20.

Porter se presentará en Silencio, un espacio efímero que recrea un club de jazz de los años 20.

Foto:Decca Records

El cantante, que viene a Bogotá y Medellín, es una de las revelaciones musicales del este siglo.

“Imaginaba que Nat King Cole era mi papá”, recuerda Gregory Porter de su infancia, marcada por la melancolía con la que el jazz del gran barítono de Capitol Records retumbaba en la casa que compartía con siete hermanos y su madre.
Aclamado por la crítica musical, este cantante se ha convertido en los últimos siete años en un fenómeno que trasciende la escena del jazz para convertirse en un suceso pop, sin abandonar su esencia. Esto le permite ‘viajar’ de un tributo a Nat King Cole a una colaboración con el dúo electrónico Disclosure, o entre el jazz, el góspel y el soul con una facilidad extraordinaria.
Una muestra de su versatilidad es el sencillo Holding On, grabado con Disclosure, uno de los fenómenos de la escena pop británica de la última década (que ya se había hecho eco del soul al colaborar con Sam Smith).
Porter estará en la primera edición del Silencio Jazz Club, el próximo 4 de octubre en Bogotá y el 5 en Medellín.
Desde su debut, en el 2010, Porter empezó a coleccionar nominaciones a los Grammy y ganó el primero en el 2014, en la categoría jazz vocal, con su álbum Liquid Spirit. Y canciones como 1960 What? y Hey Laura han tenido bastante exposición. Cinco trabajos en estudio en solo siete años revelan su intensidad. En Colombia, se comercializa en formato vinilo su disco Take Me to the Alley (2016).
“Porter hace relevante el jazz para una nueva generación”, resume una crítica de Newsweek sobre su impacto. Por supuesto, todavía no ha recorrido todo el camino de las grandes estrellas del jazz vocal, razón por la cual los fanáticos del género pueden guardar reservas, pero sí ha llevado este sonido a nuevos públicos que ahora lo incluyen en sus listas de consumo de música.
Siempre con su peculiar gorra y un pasamontañas negro, como protegido del mundo exterior, pasa por un Ignatius Reilly del siglo XXI, como extraído de la mente del escritor John Kennedy Toole. La explicación es menos poética: cubre las cicatrices que le dejó una enfermedad de la piel.
Pero su apariencia aumenta, de alguna forma, la paradoja de la estrella no estrella, que rompe el molde de la industria del entretenimiento. Es el artista que brilla cuando ya ha superado los 40 años de edad.
Que su carrera haya visto la luz es también una curiosidad: Porter habría sido jugador profesional de fútbol americano si la beca universitaria que le otorgaron en San Diego no le hubiera dejado tiempo libre para asistir a los bares de jazz en las noches y sumergirse así en una cultura profunda, que conectaba con sus años de infancia, en los que cantaba en la iglesia de Bakersfield, California.
Una lesión temprana en ese deporte se sumó a la necesidad de hacer una catarsis por el dolor que le causó la muerte de su madre, y terminó adoptando la música como el camino definitivo.
Hizo el recorrido desde abajo, muy lejos de la industria musical. Cuentan que en las noches en que cantaba en el St. Nick’s Pub, en el corazón de Harlem, en Nueva York (antes de su reconocimiento), creían que era un exconvicto.
Diferentes giros lo llevaron a ser parte del elenco del musical de Broadway It Ain’t Nothin’ But the Blues, en 1999, que reproducía la historia del género. Su nombre no se destacó entonces, pero la vena de los musicales se quedó en él, pues luego escribió y protagonizó Nat King Cole and Me: A Musical Healing.
Su historia fue reconstruida en el documental Don’t Forget Your Music, que se estrenó el año pasado en un festival cinematográfico en Londres, ciudad donde ya es un artista de culto. El título se desprende de una frase que Porter recuerda que le dijo su madre en el lecho de muerte.
Este hombre de 45 años, que nunca olvidó su música, es el que viene a Colombia a compartir su magia.

Cuándo y dónde

En Bogotá, el miércoles 4 de octubre, en Chamorro Entertainment City Hall, autopista Norte n.° 153-81.
En Medellín, el jueves 5, en el Chamorro Entertainment City Hall de esa ciudad, Club El Rodeo.
CARLOS SOLANO
Cultura y Entretenimiento
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