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‘Hemos trabajado para hacer un mayor seguimiento caso por caso’: ICBF

Cristina Plazas, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf)

Cristina Plazas, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf)

Foto:Mauricio León

Bienestar Familiar señala que seguimiento a estos jóvenes es una ‘tarea difícil, pero no imposible'.

Cristina Plazas, la directora saliente del Instituto de Bienestar Familiar (ICBF), respondió los cuestionamientos que hay sobre la atención a los jóvenes que crecen bajo la protección del Estado.
Plazas aseguró que en los últimos años se han implementado medidas para mejorar la atención a esta población. También aseguró que han llevado al Congreso una iniciativa para apoyar de mejor manera a los egresados del sistema de protección cuando cumplan la mayoría de edad y afirmó que están revisando caso por caso los jóvenes que han pasado mucho tiempo en el Bienestar Familiar.
A pesar de los esfuerzos del ICBF por sacar a estos jóvenes adelante, el número de ‘hijos del ICBF’ que crece y que llega a la mayoría de edad bajo su protección va en aumento. Ya hay más de 7.000 que por edad, por condición de discapacidad o por ser grupos de hermanos llegaron a los 18 años y no han salido del sistema. ¿Cuáles son, para usted, las razones de fondo de esta situación? ¿Qué se puede esperar en el futuro si esta cifra crece y crece?
La situación de los niños que crecen en el sistema de protección del ICBF es un asunto prioritario para nosotros. Tenemos la obligación de restablecer todos los derechos que les fueron vulnerados y por eso estamos empeñados en tres objetivos: dar a todas las familias más herramientas de crianza y prevención para que ejerzan su rol como primera línea de defensa de sus hijos y así ellos no tengan que llegar a ser protegidos por el Estado. Fortalecer nuestros programas de protección para que los niños que ya están en el sistema dejen de ser vistos como un número y sean tratados desde su condición individual, desde sus sueños y sus capacidades, y sensibilizar a toda la sociedad colombiana sobre la importancia de la adopción, para que todos los niños, sobre todo aquellos que siguen en nuestras instituciones por la edad o porque tienen alguna discapacidad, tengan garantizado su derecho fundamental a crecer en una familia.
Es una tarea difícil, pero no imposible. Hace poco tuve el privilegio de presenciar el encuentro de una mujer invidente, educadora de profesión, que adoptó a dos adolescentes hermanos y también con discapacidad. Eso me demostró una vez más que sí es posible cambiar el mundo, pero necesitamos motivar a más personas como
ella, para que sepan cómo pueden entregar a estos niños todo ese amor que tienen para darles.
Si bien los jóvenes que crecen como hijos del Bienestar Familiar le agradecen a la institución por darles techo, comida y educación, encontramos que hay deficiencias en el apoyo psicológico de estos jóvenes, tal como ellos mismos lo dicen, algo que, en parte, es la causa de que no tengan las herramientas para enfrentar el mundo y no puedan tener un proyecto de vida. ¿Qué dice sobre esto?
Sin duda, todos los niños y los adolescentes, y no solo los que se encuentran en los servicios de protección del ICBF, necesitan una mayor motivación y acompañamiento de los adultos para sacar adelante sus proyectos de vida.
Es importante entender que en el caso de estos niños, los llamados hijos del ICBF, no es fácil superar las consecuencias de las carencias afectivas, el abandono, el maltrato, la violencia sexual y de todas esas otras vulneraciones que los llevaron al sistema de protección. Por eso, nos hemos dedicado a fortalecer el proceso de restablecimiento de derechos que siguen estos niños.
En estos últimos dos años actualizamos nuestros lineamientos de protección para ajustarlos a la realidad de estos niños, en el marco legal, por supuesto, pero con mucho más énfasis en la identificación de sus necesidades. Al mismo tiempo, estamos ejecutando un plan para revisar uno a uno los casos de los niños que llevan mucho tiempo en el ICBF, con el fin de determinar dónde están las dificultades de cada uno y cómo podemos sacarlos del cuello de botella. También tenemos iniciativas como el Proyecto Sueños, que se enfoca exclusivamente en apoyar a estos jóvenes en la consolidación de sus proyectos de vida. Lo que queremos es fortalecer el desarrollo de sus habilidades, sanar su corazón, devolverles la confianza en ellos mismos y seguir buscando oportunidades específicas para que salgan adelante.
Insistiendo en el apoyo psicológico, dicen que las personas que los asisten en este campo no les hacen seguimiento como se debe, teniendo en cuenta que son niños y jóvenes que les han vulnerado sus derechos, incluso en situaciones graves (víctimas de explotación sexual, maltrato, etc.). Ellos proponen que los psicólogos y los trabajadores no los metan a todos en el mismo saco y que se haga un seguimiento más personalizado…
Nuestros profesionales hacen un seguimiento permanente a los adolescentes y jóvenes bajo protección del instituto. Como le digo, estamos trabajando para ponerle más corazón a cada caso y para personalizar cada vez más la atención que se les brinda. Nos hemos dado a la tarea de escucharlos uno a uno, de conocerlos, descubrir sus habilidades, entender cuáles son sueños y buscar las oportunidades que necesitan si de verdad queremos que salgan adelante.
Pero para esto necesitamos el concurso de toda la sociedad y lo estamos buscando a través de iniciativas como el Plan Súper Amigos, que les permite a familias como la suya o la mía compartir tiempo, consejos y amor con ellos, sin necesidad de hacer aportes económicos. Mire, yo siempre he dicho que solo tendremos un país en paz cuando la sociedad entienda que los niños no son el futuro sino el presente y que garantizar sus derechos tiene que ser una prioridad ya.
¿La sociedad colombiana sí está acogiendo a estos jóvenes cuando salen del sistema de protección?
Sí. Necesitamos más apoyo, pero cada vez tenemos más experiencias de jóvenes que han logrado integrarse a la sociedad con el compromiso de empresas y familias que les han abierto sus puertas y que han sido fundamentales para ellos. Hoy tenemos deportistas olímpicos, ingenieros, abogados, técnicos y profesionales, muchos de ellos con discapacidad, que se destacan en lo que hacen y que son ejemplo para otros. Usted puede ver en nuestro canal de YouTube sus historias y entender cómo estos jóvenes han logrado salir adelante porque han encontrado, dentro y fuera del instituto, personas dispuestas a impulsar sus sueños para que se vinculen a la sociedad y le aporten a la construcción de un mejor país. Tenemos que seguir trabajando para encontrar más opciones para ellos. Ese es nuestro reto.
Los expertos ven que la Ley de Infancia y Adolescencia dio todo el marco para la legislación sobre adopción. Sin embargo, sostienen que no hay legislación que articule una política de atención psicosocial para los niños que crecen bajo protección del instituto, con el fin de que tengan las herramientas suficientes para cuando salgan de este. ¿Qué opina de esto? ¿Cree que es necesario una norma dedicada para atender a los niños que crecen en el instituto y para los egresados, tal como acaba de ocurrir en Argentina? ¿Hay algún avance al respecto?
Sí. Además de las estrategias que ya le mencioné, hay otros avances. Estamos trabajando en una iniciativa para que nuestros adolescentes sean atendidos en un modelo de casa universitaria que los fortalezca y les permita desarrollar más habilidades para asumir su vida universitaria y su independencia. También llevamos al Congreso un proyecto de ley para que todos los adolescentes que cumplen la mayoría de edad bajo protección del ICBF reciban más apoyo especial y así garantizar la continuidad de sus proyectos de vida. El país tiene una deuda con ellos y no podemos seguir permitiendo que el apoyo que necesitan esté limitado a los recursos de una sola institución.
En el Senado se está promoviendo un proyecto de ley que facilita la adopción, impulsado por Germán Varón. ¿Está de acuerdo con este proyecto de ley? ¿Cree que disminuir los plazos de la adopción es la solución?
El verdadero propósito de esa iniciativa, que tiene todo el respaldo del ICBF, es mejorar el proceso administrativo de restablecimiento de derechos, específicamente frente al tiempo para definir la situación jurídica de los niños que ingresan por distintas amenazas y vulneraciones de sus derechos. Lo que propone el proyecto es que la autoridad administrativa determine, en un máximo 18 meses, si el niño puede ser reintegrado a su familia o si debe ser declarado en adoptabilidad para que por medio de una adopción se restablezca su derecho a crecer en una familia y se le brinde todo el amor que necesita.
En la investigación también se vio que hay un déficit de profesionales: cada vez hay menos psicólogos clínicos que quieren trabajar con estos niños. ¿Qué medidas ha tomado el instituto al respecto?
En primer lugar, es importante aclarar que la ley no establece que los psicólogos de las Defensorías de Familia deban tener especialidad clínica, por lo cual deben evaluarse todos los criterios de manera integral. En los últimos años, el ICBF ha realizado esfuerzos importantes para ampliar nuestra planta de personal y poder así completar los equipos de las Defensorías de Familia y mejorar las condiciones laborales de todos sus integrantes.
También hay una queja de los Defensores de Familia: no solo dicen que no les pagan bien, sino que tienen a muchos niños a cargo. Prácticamente cada defensor tiene decenas de niños. ¿Qué decirles a ellos? ¿Qué estrategia se puede implementar?
Siempre hemos recalcado que los defensores de familia son los profesionales más importantes del ICBF y por eso en esta Administración hemos realizado acciones contundentes para mejorar sus condiciones laborales, en el marco de nuestras competencias. En el año 2013, se hizo la nivelación salarial de 1.089 defensores de familia. En el año 2014 se crearon 110 nuevos empleos de planta temporal para ellos, con el objetivo de nivelar las cargas laborales, y en el 2016, luego de las gestiones realizadas con el Ministerio de Hacienda, obtuvimos otro gran logro y fue la creación de nuevos empleos para otros 218 defensores de familia, los cuales se empiezan a vincular ya mediante una convocatoria pública. Nuestro objetivo es que los niños que están bajo protección del ICBF sean atendidos por los mejores profesionales, pero sobre todo, por seres humanos comprometidos, que le pongan todo su corazón en esta tarea.
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