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Cultura

Jhonny Hendrix: más allá del director

Director de cine colombiano Jhonny Hendrix Hinestroza

Director de cine colombiano Jhonny Hendrix Hinestroza

Foto:Cortesía Jhonny Hendrix

Una entrevista que aborda esferas de su vida que van más allá del ejercicio de cineasta.

Jhonny Hendrix Hinestroza Barrios, mejor conocido por su nombre compuesto, Jhonny Hendrix (ya que pocos saben sus apellidos), es el primer director negro que tiene el cine en Colombia. La trayectoria que lo llevó a la industria cinematográfica es admirable ya que en el lugar donde nació, hasta hace muy poco, ni siquiera habían salas de cine.
Nació en Quibdó, Chocó, un 12 de octubre. El nombre lo heredó del gusto de su padre por Jimmy Hendrix. A los 5 años se mudó con su familia a Pereira. Aunque dice que no recuerda su edad y hay que ser insistente para saberla, tiene 43 años. Sufrió bullying en su niñez por su color de piel pero eso no fue impedimento para lograr sus sueños. Hendrix espera las oportunidades que le puede traer el camino. Con sus palabras expresa mejor su filosofía: “Yo hago lo que quiero”.
De sus 43 años, lleva 20 ejerciendo el oficio cinematográfico. Al inicio de su carrera no pudo estudiar cine porque no existía esa profesión donde vivía, por ello tuvo que buscar opciones afines y entró a estudiar comunicación social y periodismo. Estudió en diferentes universidades de diferentes ciudades pero nunca terminó. Terminar nunca le quitó el sueño, el título solo era para mostrárselo a su papá, que le pidió, como a todos sus hermanos, estudiar cualquier carrera profesional.
Hinestroza sentía que en las clases de comunicación social le enseñaban mucha teoría y para él, el mundo cambiante, dejaba a esa teoría sin vigencia muy rápidamente. En ese momento, lo que él quería era ser productor. Inició en la industria como locutor para Todelar radio un día de casualidad cuando acompañó a sus amigas a la emisora. Pero esa casualidad tomó como excusa la potente voz de Jhonny Hendrix. Esa voz grave de locutor también acompaña muy bien su aspecto físico. Es alto, sin un pelo en la cabeza, con una piel negra luminosa y músculos marcados. Bastante imponente, a decir verdad.
De Todelar saltó a ser asistente en un empresa de producción de comerciales. Fue gaffer, recogió cables e hizo de todo. Después de eso logró comenzar a producir los comerciales que antes solo asistía. En el año 2003 creó su propia productora Antorcha Films y con esta logró producir reconocidas películas como 'Perro come perro', 'Anina', 'Doctor Alemán' e 'Hiroshima'.
De la producción llegó a la dirección por casualidad, o por lo menos “casualidad” le llama él. “Soy director por culpa de otro director”, dice. En una oportunidad Hendrix estaba produciendo un proyecto y en una confrontación de ideas el director del proyecto le dijo que mejor se dedicara a producir porque no era bueno con las ideas. Jhonny Hendrix tomó ese evento como el reto o la provocación que lo impulsó a la dirección cinematográfica. Dice que así fue como venció sus miedos.
En el año 2012 incursionó como director con su ópera prima Chocó. Seguida de esta incursionó en el suspenso en el año 2016 con Saudó: laberinto de almas. La más reciente película que dirigió es Candelaria, estrenada en el 2017. Con esta película Jhonny Hendrix recibió el premio GDA a directores en el Festival de Cine de Venecia.
Las temáticas de Hendrix en sus películas suelen recurrir a la nostalgia de la vida. Sin embargo, también plasma en sus historias los saberes y costumbres colombianas, especialmente las provenientes de su región, como sobresale en Chocó. No obstante, estas costumbres no son un retrato de la guerra sino de la superación y las relaciones humanas incluyendo una denuncia de manera artística.
Hinestroza es padre soltero de un joven de 16 años. Es un hombre totalmente hogareño y entregado a su familia. Sus pensamientos son muy profundos y artísticos. Es sumamente sensible y es fácil notar que la vida le ha dado fuertes golpes sentimentales de los que frecuentemente prefiere no hablar, a pesar de ser muy abierto.
Actualmente está estudiando cine en la Universidad Autónoma de Occidente de Cali. También está desarrollando y escribiendo guiones cinematográficos. Al mismo tiempo está produciendo una película en Argentina, además de otros proyectos con algunos amigos directores. Mientras hace todo esto proyecta rodar un documental.
Jhonny, ¿Cómo es su vida familiar y cómo logra mantener contacto estando en tantas actividades?
Pues soy muy apegado a mi familia. Creo que familia que roba unida permanece unida. Entonces comparto mucho tiempo con ellos. Soy muy cercano a mis padres, a la casa paterna. Yo soy el hijo menor y soy el que se dedica a mis padres. Tengo siete hermanos. Un de ellos murió y me sigue costando mucho superar esa muerte.
¿Alguna vez sus padres le reclamaron por dedicarse al cine?
En mi casa mis papás querían que fuéramos profesionales pero nunca hubo ese reclamo por hacer cine. Mi padre solo me exigió un título y por eso aún estudio.
¿Cuál es su próxima meta?
Uh, esa pregunta es complicada. No sé. Creo que si debo responder diría que el cielo no tiene límites. En realidad yo no pienso en eso de llegar al próximo punto. Hago lo que me gusta y no tengo una meta puesta. Tengo claro que quiero seguir haciendo cine, contando historias. Quiero dirigir series de televisión, hacer películas. Tengo muchos guiones que quisiera materializar. Espero que el mundo me traiga propuestas.

Dirigir es como una enfermedad terminal, empecé y espero no dejar de hacerlo.

Usted produce a veces, dirige a veces, ¿cómo se considera a usted mismo, director o productor?
Realmente yo soy un productor. Dirigir es como una enfermedad terminal, empecé y espero no dejar de hacerlo. Siempre estoy con la necesidad de dirigir. Tengo hambre de dirigir. Eso es lo que quiero hacer. Producir es lo que me toca. Dirigir es ver el mundo. Por ejemplo, cuando uno entra a un edificio la mayoría de gente ve lo normal. A mi me gusta ver las rendijas, los lugares donde van los cables, la sociedad que se queda en las esquinas. Poder ver a ese mensajero de Rappi, el empacador, la señora de los tintos, con la mirada de una persona que ama a su hijo por encima de todo. Esa mirada te permite llegar a esos personajes que la historia no les da el lugar de protagonista.
¿Qué es lo que más le cuesta cuando dirige?
Todas la películas son distintas, los proyectos son diferentes. En general creo que lo más difícil es comunicarse con el equipo. Es difícil lograr que vean la historia como yo la estoy viendo. Es difícil de transmitir esas ideas a tantas otras persona y en cada película si el equipo cambia es más difícil. Por eso yo trato de que sea el mismo equipo. Es mejor cuando ya saben quien soy. De verdad es un dolor no saber cómo comunicarse.
¿Qué tan receptivo es con lo que otros opinen en los proyectos?
Si quieres dirigir debes estar abierto a lo que otros miren. La mirada del director es única. Es importante saber cómo otros ven la historia porque te abre otras aristas que no has visto, porque puede que otros encuentren la mina de oro que he estado buscando. Me encanta escuchar y que me propongan.
¿Ha cambiado mucho alguna película por consejo de otra persona?
Hasta ahora no. Todos saben que el director es el que tiene la última palabra en esta industria. La escencia no cambia por lo que me digan otras personas.
Jhonny, ¿usted sigue algún proceso particular para crear sus historias?
No tengo un proceso para hacer una historia. La mayoría de historias que dirijo me llegan de la calle. Alguna historia real que me fascina, una que me perturba. Así empiezo a pensar en esa idea para ser contada. Plasmo el argumento y de ese argumento nace un guión.
¿Cuál de todas las historias que ha contado en la pantalla grande es su favorita?
Candelaria es mi historia favorita. Anina también me encanta. Tengo muchos afectos con Chocó. Creo que cada película es diferente y cada una produce algo en mi. Sin embargo, me quedaría con Candelaria porque es muy personal para mí, metí mucho de mi en los personajes.

Mi premisa es que si a mí me gusta una historia, en el universo debe haber 10 idiotas iguales a mí a los que también les guste y con eso ya tengo un público interesante.

¿Qué siente cuando ve al público viendo sus películas?
No siento nada. Dejo que la gente se comunique con la película así como yo me comunico con la película. En realidad me tiene sin cuidado. Quiero contar una historia, no me importa que se comunique con el público, igual soy feliz porque cruzo laberintos y montañas para contar una historia. Si son cuatro espectadores, diez, 20 mil, 50 mil o un millón, no importa, para ellos hago cine. Esa existencia del público, valida la existencia de la película. La historia vale por sí sola cuando alguien es feliz viéndola. Es tan mercantilista nuestro país, que siempre queremos pensar en números. El dinero se necesita pero más la esencia.

Puedes vender cualquier cosa, pero no puedes sentir cualquier cosa.

¿Qué le diría a los realizadores que se preocupan por la percepción de la audiencia?
Pienso que los espectadores deben preocuparse por sentir. El cine transmite más cuando el sentimiento del director está plasmado que cuando es el sentimiento del público. Alguien me dijo que el público no sabe lo que quiere, y puede ser verdad. No logro saber que quiere el público, pero tampoco creo que hay una forma específica de llegarles. En el público hay de todo y existiendo ese todo, las posibilidades son inmensas. No me preocuparía para nada si el público me ve o no me ve, sí o sí vas a tener público. Lo que yo creo es que deben preocuparse por validar ese público, darle importancia. Creo que cuando nos centramos en la economía y no nos preocupamos por qué sintieron 10 personas dejamos de ser humanos y nos volvemos calculadoras. Puedes vender cualquier cosa, pero no puedes sentir cualquier cosa.
¿No ha querido dedicarse a otra cosa?
Yo quería ser futbolista y la vida me trajo a esto y lo amo. Creo que muero con lo que amo y espero hacerlo por mucho tiempo.
En su oficio del cine, ¿qué es lo que más le causa conflictos?
Soy un romántico empedernido y por ser tan romántico no acepto perder en el amor, en la amistad ni en la vida. Siempre creo que todo es posible, creo que en la vida todos los sueños son posibles pero eso te genera tortura y dolores porque no dejas ir. Hay cosas que no dependen solo de uno sino que debe convencer a otra gente y ellos no quieren y debo soltar el sueño y me cuesta. Creo que debería aprender a soltar pero ser romantico te obliga a estar aferrado a esas posibilidades y cuesta.

Se necesita ser terco para hacer cine.

¿Le ha tocado abandonar algún proyecto?
Yo no abandono, no soy capaz y en ese sentido creo que todos los he hecho, ninguno lo he soltado. Sin embargo, hay dos que he soltado, me ha tocado porque la vida me decía que no se podía y por mas que intentaba, los directores estaban en un momento en el que no podían y me tocó soltar.
¿Cómo le va soltando amigos?
Uno tiene la esperanza de que ciertos amigos nunca se irán pero no, se van y la vida tiene que seguir. Muchos se van porque tienen sueños diferentes o vidas y situaciones diferentes.
Jesús Terry iba a ser el protagonista de Candelaria, pero murió antes del rodaje. ¿Cómo fue abandonar la idea de que él fuera el protagonista?
Pues... yo te diría que la verdad... me cuesta hablar de eso. Yo no abandoné la idea de que fuera el protagonista. Yo creo que él fue el protagonista. Creo que Jesús estuvo todo el tiempo en la película. Muchas cosas cambiaron en el guión a causa de su muerte. Hay escenas dedicadas a Jesús en toda la película. Diría que nunca lo abandoné.
¿Cuál es la escena a Jesús Terry?
Hay una escena donde Víctor Hugo va en la bici pensando sobre la vida, lo que le queda, el universo, la juventud, la vejez, y ese es un poema que le dediqué a Jesús Terry.
¿Cómo define su personalidad?
Soy nostálgico, me encanta reír aunque no me ría mucho por fuera. Llego tarde a todo, tengo problemas con la puntualidad. Soy una persona muy leal con quien me ama y me quiere, de hecho, me quiero tatuar la palabra lealtad. Creo que esa palabra la han atropellado, despedazado y enterrado. A la gente se le ha olvidado que es ser leal.

Lo único que amo es la lealtad, soy amigo a muerte a menos que me digan ya no más, así soy para todo.

Y para usted ¿qué es ser leal?
Es estar ahí para todo a pesar de todo. Ser leal no es tragar entero, también es decir las verdades en su momento, a la hora indicada. Pero la lealtad es algo que debo demostrar todo el tiempo. No hay que esperar una prueba para demostrarlo. La prueba es demostrarlo todos los días. Lo único que amo es la lealtad, soy amigo a muerte a menos que me digan ya no más, así soy para todo. Estaría dispuesto a todo por alguien que amo, desde que no sea cometer un delito.
¿Considera que es muy terco?
Se necesita ser terco para hacer cine. La terquedad está ahí impresa y nos damos duro, duele el corazón, la vida. Me gusta soñar y creer que todo es posible, que el amor existe. Crecer duele y estamos creciendo. Seguiré siendo un romántico.
¿La terquedad le ha costado algún enfrentamiento?
Yo soy un hombre pacífico que dice lo que piensa. Hasta ahora no me ha costado pero sí me ha dolido. Me han dolido ciertos amores y amistades por la terquedad de no permitir perderlos, me han costado pero he aprendido en el proceso. Uno aprende en el dolor y crece.
Su familia es muy católica y en alguna oportunidad se convirtió en catequista ¿Actualmente cómo se lleva con la religión?
No soy cristiano, creo en dios y lo amo sobre todas las cosas. Mi familia es católica. Cuando niño me llevaban a misa todos los domingos, pero me alejé un poco de eso. No creo que lo haya dejado, sino que la vida me llevó por otros caminos y me acostumbré a vivir sin él. 
¿Cuál es el lugar en el mundo en el que se siente más feliz?
La casa de mis padres, definitivamente. Es mi lugar. Donde puedo reír y llorar a gusto. Soy feliz allí. No se me ataca, no se me juzga. Todos los fines de semana voy.
¿Cómo es la relación con su hijo Juan Sebastian?
Él y yo tenemos una relacion increible. Soy como esas madres cabezas de hogar que trabajo y cuido de la casa. Sin embargo, mi madre me ha apoyado mucho con su cuidado. Hacemos cosas que para que otros padres no hacen. Nos hicimos un tatuaje hace dos semanas. Es un zorro, él tiene una mitad y yo la otra mitad. Nos lo hicimos por la leyenda del Principito y el zorro. El zorro representa la lealtad. “Si me domesticas yo soy tuyo y tú eres mío”.
Leemos los guiones juntos. Jugamos baloncesto juntos. Siempre cuida a mis padres. Piensa mucho en ellos. Tiene una forma de ser muy protectora. Se preocupa mucho. Al principio con mi papá tenían una relación mala porque ambos son muy tercos y hacen lo que quieren hacer pero hoy en día los admiro.

Cuando la madre me lo entregó se me rompió el corazón.

¿Qué le ha parecido difícil en su rol como padre?
Tal vez los cambios. Los hijos cambian todo el tiempo. El criterio cambia todo el tiempo. También fue muy difícil cuando me quedé solo con él. Cuando la madre me lo entregó se me rompió el corazón. No imaginaba que eso podía pasar pero creo que me salvó la vida. Aprendí mucho. Tenía que cocinar, lavar, llevarlo a reuniones ejecutivas. Recuerdo que me tocaba comprar juguetes digitales para que se entretuviera mientras yo estaba en la reunión. A veces yo estaba hablando con ejecutivos y él me interrumpía y me decía que el volumen no le servía, que el juego no funcionaba, recuerdo que tenía como 5 o 6 años y me decía: “no, eso no es así. Jajaja me hacía quedar mal. Entendí mucho a la madre porque le tocaba trabajar, estudiar, salir adelante. Y era duro con un hijo a cuestas.

Mi personalidad pelea por no parecerse a mi papá.

Jhonny, ¿usted cree que se parece mucho a su padre?
No, soy muy distinto a mi papá. Tengo una guerra interna por no parecerme a él. Mi personalidad pelea por no parecerse a mi papá. Yo creo que todos luchamos contra eso que representan nuestros padres. Mi papá es una persona muy autoritaria y trato de no serlo. Es aguerrido pero por su niñez y la forma en que creció es muy solitario y callado. Sus sentimientos no los abre y yo soy todo lo contrario. Lloro con el himno nacional y no me da pena. Soy orgulloso de ser una persona sensible. Así es mi mamá, muy sensible. Es la nobleza en pasta. Se la hacen mil veces y ella es noble. Creo que el mundo juega a sacarse ventaja y se necesitan más personas como ella.
¿Y qué tanto sacó de sus hermanos?
Somos muy distintos. Ellos son muy cómicos pero todos somos luchadores como mi papá y echados pa’ lante. Perseguimos nuestros sueños. Un hermano es abogado y fue procurador. Un hermano es médico, otro es administrador, uno es músico, otro es sacerdote, otro futbolista y una enfermera jefe.
¿Qué pros y contras tiene el oficio del cine?
Desde que hago cine la gente es más abierta conmigo que con cualquier otra profesión. Siempre he hecho lo que he querido pero conseguir dinero ha sido lo más difícil. Priorizar también es difícil. Casi siempre he terminado priorizando. En la vida a veces te toca decir adiós a otros para hacer o elegir entre una cosa u otra.
Bueno Jhonny, una última pregunta ¿A quiénes les ha tenido que decir adiós por escoger el cine?
Mmmm eso es muy profundo, no quiero hablar de eso.
VALERY JOHANA SERRANO URREGO
ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO
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