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Cine y Tv

La mediática del Mundial / El otro lado

Ómar Rincón, Crítico de televisión.

Ómar Rincón, Crítico de televisión.

Foto:César Sánchez Carreño

Cada medio envía tropas humanas para ‘cubrir’ el evento. Y eso hacen: cubrir, no narrar o contar.

Y llegó el Mundial de Fútbol. Y las hordas de RCN y Caracol llegaron a Rusia. Y Win. Y ESPN. Y Fox Sports. Van tantos. Y van a decir lo mismo que podrían decir aquí en casa. Hasta los mismos chistes. Nunca asistimos a un espectáculo tan impresionante de desperdicio.
No hay evento mundial al que no vayan tantos medios y periodistas. El Mundial tiene más ‘periodistas’ que jugadores.
Los medios ganan millones vendiendo las mismas emociones. Cada medio envía tropas humanas para ‘cubrir’ el evento. Y eso hacen: cubrir, no narrarlo o contarlo.
La mejor tecnología, miles de periodistas, pirotecnia de efectos, jueguitos musicales, todas las marcas… para cubrir y decir y describir lo mismo, hacer lo mismo.
Por eso, el Mundial es una tragedia periodística: no hay relato porque todos están obligados a hacer lo mismo ya que tienen muy poca libertad de moverse a su antojo o intentar otros modos de informar. Nunca ha habido tantas miradas para decir tan poco.
El partido es el mismo que vemos todos sin ir a Rusia. Peor aún, se juntan en un set televisivo como si estuvieran en la casa: van a Rusia a encerrarse en un estudio igualito al de cada canal en modo nacional. Realmente, no sabemos a qué van si van a vivir en una casa estudio donde no pasa nada; se podrían quedar en casa y daría lo mismo.
Hacer periodismo del Mundial es ir a encerrarse a conversar lo que podrían hacer en un café local. Pobres los periodistas, ir a Rusia a encerrarse en un estudio. Ante el aburrimiento: conversan, especulan, escandalizan, gritan, ironizan, afirman, pontifican, odian… y a eso lo llaman la televisión o la radio del Mundial: hablar por hablar sin pausa.
Pero como sus conversas son la nada, invitan a las redes a que les den libreto. Entonces, los fanáticos se gradúan de comentaristas, envían sus opiniones, contestan encuestas y así el periodismo consiste en leer tuits.
Se confirma que en el fútbol no hay periodismo porque no se busca la verdad, ya que esta no existe. El periodismo de fútbol solo expresa pasiones: modos de ponerse la camiseta de su equipo, patrocinador, odio o negocio.
Y no está mal, en el fútbol no hay objetividad ni verdad, solo pasión. Esa es la belleza del periodismo del fútbol: lo hacen los hinchas.
El periodismo del Mundial es, entonces, cuando unos llamados periodistas-hinchas y otros llamados fanáticos-red inventan argumentos sin imaginación y buscan la polémica gratuita.
En este Mundial seguiremos esperando que aparezcan los periodistas que hagan la diferencia al buscar lo sublime en una historia para que nos dejen sus relatos para vivir cuatro años más.
Y eso solo lo hacen aquellos que tengan mirada propia, cuiden el lenguaje, busquen el recurso del contar. Yo me quedaré con Villoro, Caparrós, Maradona… hinchas con imaginación.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
Correo orincon61@hotmail.com
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