¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Contenido Patrocinado

Bogotá y su aeropuerto: punto estratégico para el continente

El aeropuerto El Dorado fue una de las grandes obras realizadas a mediados del siglo XX en el país. Se puso al servicio a finales de 1959, con una exposición de aviones.

El aeropuerto El Dorado fue una de las grandes obras realizadas a mediados del siglo XX en el país. Se puso al servicio a finales de 1959, con una exposición de aviones.

Foto:Archivo El Tiempo

Este se puso al servicio a finales de 1959, con una exposición de aviones.

Tatiana Pikieris
Octubre de 1958 - septiembre de 1968.
En la década de 1958 a 1968 hubo grandes transformaciones a nivel global, incluso en la capital del país. Estas comenzaron con una de las obras más importantes para el transporte nacional: la inauguración del aeropuerto internacional El Dorado, cuya obra original sobrevivió hasta comienzos del siglo XXI.
Este aeropuerto fue diseñado durante el gobierno militar del general Gustavo Rojas Pinilla, se construyó a partir de 1955 y se puso al servicio a finales de 1959.
La inauguración oficial, después de una intensa discusión sobre el nombre que debía tener el terminal aéreo, se realizó con una exposición que comenzó el 6 de diciembre de 1959, en la cual se exhibieron 16 aviones, 12 de propulsión a chorro y cuatro B-26.
Bogotá venía en un intenso proceso de transformación en puntos críticos, y mejorar el transporte aéreo era una necesidad que reclamaban los empresarios, pues el viejo terminal de Techo se había quedado corto para el ritmo que había adquirido la economía y la ciudad, que crecía de manera exponencial.
En ese momento, Bogotá ya presentaba cambios fundamentales: la emblemática plaza de Bolívar había dejado de ser un lugar de estacionamiento de vehículos, y se habían retirado las fuentes que rodeaban el monumento del Libertador. Asimismo, las obras de la casa de Nariño, la ampliación del Palacio de Justicia y del Palacio
Liévano (sede de la Alcaldía Mayor) paralizaban el centro.
Es en ese contexto en el que el Gobierno decide apostarle a un nuevo aeropuerto, que sería clave para el movimiento de pasajeros y carga.
La autoridad aeronáutica de la época era la Empresa Colombiana de Aeródromos (ECA), y el presidente de su junta directiva en ese momento, el ingeniero Virgilio Barco Vargas (a la postre alcalde de Bogotá entre 1966 y 1969, y presidente de la
República, décadas más tarde), fue el encargado de impulsar la obra. La construcción estuvo rodeada de polémica, porque en esa época algunos sectores la consideraban sobredimensionada. Sin embargo, el ingeniero Barco aceleró los trabajos que buscaban poner al día la ciudad en los avances tecnológicos en aeronáutica de los
que no disponía el viejo aeropuerto de Techo. Como ha pasado históricamente con la mayoría de las grandes obras de infraestructura del país, la del aeropuerto no estuvo exenta de problemas, como las demoras para adquirir predios. Al final, la ciudad pudo contar con un aeropuerto estratégico para la capital, el país y el continente. Y, claro, para los empresarios, que urgían el transporte aéreo seguro para sus mercancías.

Visita del Papa disparó obras públicas en la ciudad

La visita del papa Pablo VI, en agosto de 1968, atrajo a 700.000 fieles.

La visita del papa Pablo VI, en agosto de 1968, atrajo a 700.000 fieles.

Foto:Archivo El Tiempo

Bogotá no fue la misma después de la visita del papa Pablo VI, en 1968. Su llegada a la capital del país estuvo precedida de una vertiginosa acción pública que dejó un paquete de obras que impulsaron el desarrollo urbano.
Era la primera vez que un Papa venía a Suramérica, y su visita atraería a miles de
peregrinos nacionales e internacionales. Por eso, a partir de 1966, cuando el sumo pontífice confirmó que vendría a Bogotá para presidir el 39.º Congreso Eucarístico,
el comercio de la ciudad empezó a prepararse: hospedaje, alimentación y suvenires, entre otros.
Más de 700.000 fieles habrían hecho presencia en los actos papales del 22, 23 y
24 de agosto de 1968. En los edificios del Banco Central Hipotecario (BCH) –que luego
se llamarían Pablo VI– se quedaron cientos de peregrinos. El Templete Eucarístico,
que se convirtió en ícono, dio paso al desarrollo del parque Simón Bolívar.
Precisamente, el alcalde del momento, Virgilio Barco Vargas, ayudó a organizar
el Congreso Eucarístico y preparó la ciudad para la visita papal. En poco tiempo
se contó con los sistemas de transporte masivo, albergues, sanidad, vigilancia
y seguridad; todo supervisado por el mandatario de la ciudad.
La visita papal puso en evidencia el crecimiento de la capital, en población y en
informalidad, y dejó a la vista el atraso en planificación y desarrollo urbanístico.
En la época fueron intensos los debates por la reubicación no lograda de los vendedores ambulantes que se consolidaron en San Victorino y en la avenida Jiménez. Paralelamente, se desarrollaron obras públicas en diversos frentes. Se destaca la apertura de vías tan importantes como la carrera 68, inaugurada el 7 de agosto de 1968 por el presidente Carlos Lleras Restrepo y el alcalde Barco. Con una extensión de 18 kilómetros, arrancó en la autopista Sur, en el barrio Muzú, y se extendió hasta llegar a la carrera 7.ª, por la calle 100.
Fue gracias a esa visita – como sucedió con la que hizo hace poco el papa Francisco,
y como ocurrió con la llegada de Juan Pablo II– que vías como la avenida Caracas
se proyectaron hacia el sur de la ciudad, muchas calles se iluminaron y se recuperaron; otras tantas obras se planificaron y muchos edificios aceleraron su
construcción, mientras que barrios enteros como Venecia se consolidaban.
Las imágenes de un campo eucarístico con más de 700.000 personas y la mirada
fija hacia un templete sobre unos terrenos que eran más potreros que otra cosa
le dieron paso a lo que hoy se conoce como el parque metropolitano Simón Bolívar.
Tatiana Pikieris
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO