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Medellín

Los Sierra no cierran la Galería de la Oficina

En los primeros años de la Galería, Óscar Jaramillo, Félix Ángel, Ethel Gilmour y Humberto Pérez expusieron sus creaciones.

En los primeros años de la Galería, Óscar Jaramillo, Félix Ángel, Ethel Gilmour y Humberto Pérez expusieron sus creaciones.

Foto:Esneyder Gutiérrez

Con una exposición colectiva, varios artistas homenajean al fallecido maestro.

Cuando falleció el curador Alberto Sierra Maya, el pasado 19 de marzo, varios artistas del país se quedaron sin padre, sin guía y sin un consejero artístico. Por fortuna no se quedarán sin casa pues la familia Sierra no cerrará la Galería de la Oficina que creó el maestro.
Ante especulaciones de que la Galería dejaría de existir, Santiago Atehortúa Sierra, sobrino de Alberto, dijo que no. Agregó que en la familia se formó una junta directiva para administrar el centro cultural.
Como prueba, el pasado jueves se inauguró una exposición para homenajear la obra y la colección privada del fallecido curador. Además, los artistas Álvaro Marín, Jorge Julián Aristizábal, Iván Hurtado Uribe, Pablo Gómez y Juan Caicedo crearon una serie de múltiples y de piezas gráficas que estarán a la venta para financiar su participación en la Feria Internacional de Arte de Bogotá (Artbo), que se realizará del 26 al 29 de octubre.
El creador de la Galería de la Oficina estudió arquitectura en la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB). Aquella carrera de números, planos, maquetas e ideas estéticas, la ejerció por dos años. Luego, junto a Santiago Caicedo y Patricia Gómez, también arquitectos, fundó una pequeña oficina en el edificio Camacol. Allí el trabajo era poco.
Un amigo del trío de arquitectos les recomendó montar una galería, la cual terminaron bautizando con el nombre de Galería de la Oficina. En la institución cultural, que se convirtió en la primera de su tipo en Colombia, se exhibió el trabajo inicial del artista Santiago Obregón.
La Galería de la Oficina se trasladó a la calle Sucre, pasó por la avenida la Playa y se terminó quedando en El Poblado. Según Julián Posada, quien conoció al arquitecto y curador cuando apenas tenía 14 años, calcular cuántos artistas han pasado por allí es inconmensurable.
“En la Galería se hacen, más o menos, nueve exposiciones al año. Un número que si lo multiplicamos por los 45 años de creación que tiene el centro cultural nos daría como resultado más de 400 exposiciones, lo que quiere decir que más de 400 artistas han expuesto sus trabajos. Sin embargo, la cifra se extiende porque algunas muestras fueron colectivas”, indicó Posada, quien ha ayudado a construir algunas colecciones.
Con nueve lustros de inaugurar y cerrar, de montar y desmontar, de recibir y despedir a los expositores, la Galería de la Oficina no cerrará.
“Una cosa es que se haga una exposición como homenaje al tío Alberto, a su obra y a su colección privada. Otra cosa es que digan que la Galería va a dejar de existir. Nadie en estos momentos puede decidir eso”, reiteró Atehortúa.
Alberto Sierra Maya tenía la Oficina como un proyecto cultural propio. Él hacía de curador, promotor y un mar de funciones en cuanto a lo artístico. La idea de potenciarla era individual.
Para Flor Orozco Sierra, sobrina del fallecido curador y quien lo acompañó durante 12 años, el cierre de la Galería de la Oficina sería una tragedia. Orozco, como familiar y compañera de trabajo, es consciente de que a su tío le hubiese gustado que el proyecto siguiera a pesar de los inconvenientes, pues en repetidas ocasiones la falta de recursos obligó al arquitecto a anunciar recesos del centro artístico que creó.
“Mucha gente va a las exposiciones. A él lo conocían muchas personas y por eso se hacían almuerzos todos los jueves con artistas e invitados. Eran tertulias en las que se hablaba sobre el acontecer. Alberto era el protagonista cuando se dialogaba de arte”, comentó la sobrina de Sierra.

A él lo conocían muchas personas y por eso se hacían almuerzos todos los jueves con artistas e invitados.

En la Galería se constituyó, se creó, se ideó y se firmó la escritura del Museo de Arte Moderno de Medellín (Mamm). Además, se editaron publicaciones como revistas y les abrió camino en el arte a personajes como Beatriz González y Luis Caballero.

El legado sigue

En el Mamm continúa el muro de Alberto Sierra y en Bancolombia una de sus últimas obras con una placa conmemorativa. En cuanto a los libros del curador, sus allegados tienen pensado donarlos a la biblioteca de la Universidad Eafit.
Por otro lado, el archivo de medios, que recoge los 45 años de historia de la Galería y la aparición de los expositores en notas periodísticas, esperan entregarlo al Mamm.
El legado del fallecido maestro podría ser repartido, pero su claustro artístico seguirá con las puertas abiertas.

Un sentido homenaje

Con la reciente exposición colectiva, la Galería de la Oficina recibe a algunos de los artistas que Alberto Sierra Maya admiraba.

Con la reciente exposición colectiva, la Galería de la Oficina recibe a algunos de los artistas que Alberto Sierra Maya admiraba.

Foto:Esneyder Gutiérrez

Algunos de los artistas que expusieron en la Galería de la Oficina hicieron una edición especial, la cual tiene como propósito generar ingresos para asegurar su participación en la Artbo, considerada una de las ferias artísticas más importantes del país y América Latina.
La intención de la muestra es apreciar parte de la colección de Alberto y al mismo tiempo recibir a los artistas que él admiraba.
En la próxima versión del encuentro, que creó hace una década Andrea Walker, los actuales expositores de la galería de Sierra le quieren rendir un homenaje. El objetivo es conmemorar el cumplimiento de las más de cuatro décadas que celebra la Oficina.
Aunque Sierra no está, su más preciada creación no se irá. Con el lugar cultura no se hizo rico, pero vivió del arte, que era su pasión. Para el curador era más importante el buen arte que la continua venta.
“Alberto se saboreaba cuando hablaba de las exposiciones. Él salió de varias enfermedades porque se empeñaba en realizar proyectos”, finalizó la sobrina del inolvidable maestro.
HANIER ANTURI RAMÍREZ
ESNEYDER GUTIÉRREZ CARDONA
hanant@eltiempo.com
Para EL TIEMPO
MEDELLÍN
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