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Medellín

Las tres razones que ocasionaron las fallas eléctricas del metro

El estudio de la UPB y de IEB es claro al afirmar que esta concurrencia de factores era imprevisible y que un solo factor no pudo haber provocado la falla: fue la sumatoria de estos tres lo que la originó.

El estudio de la UPB y de IEB es claro al afirmar que esta concurrencia de factores era imprevisible y que un solo factor no pudo haber provocado la falla: fue la sumatoria de estos tres lo que la originó.

Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO

Investigación de UPB determinó que tres sobrevoltajes simultáneos causaron cinco fallas en dos meses

No fue falta de mantenimiento. Tampoco desgaste. Mucho menos que las catenarias del metro de Medellín no soportaran el incremento de 42 a 80 trenes de la flota.
Fue una “lamentable coincidencia”. Tres eventos simultáneos, que nunca habían ocurrido en los más de 20 años de operación del sistema de transporte masivo, se dieron entre enero y marzo de este año y ocasionaron un sobrevoltaje permanente en las catenarias (cable sobre la vía que trasmite la energía al tren) del metro, lo que terminó en cinco fallas eléctricas.
Estas se presentaron el 9 de enero, el 13 de febrero, dos más el 16 de febrero y una más el 12 de marzo.
Así lo confirmó la investigación realizada por expertos de los laboratorios de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) y de la empresa Ingeniería Especializada Blandón (IEB), tras 10 semanas de análisis y simulaciones en laboratorio.
Andrés Emiro Díez, ingeniero, docente investigador de la UPB y líder de la investigación, explicó que las causas, que ocurrieron simultáneamente, fueron: las constantes descargas atmosféricas (rayos) que caen en Medellín, una de las ciudades del mundo donde más rayos caen (240 días tormentosos al año); un incremento en el nivel de voltaje registrado en un transformador de una subestación móvil del metro; y la energía regenerativa que causa un tren cuando frena, especialmente los de la flota más antigua.
El estudio de la UPB y de IEB es claro al afirmar que esta concurrencia de factores era imprevisible y que un solo factor no pudo haber provocado la falla: fue la sumatoria de estos tres lo que la originó.

El estudio de la UPB y de IEB es claro al afirmar que esta concurrencia de factores era imprevisible y que un solo factor no pudo haber provocado la falla: fue la sumatoria de estos tres lo que la originó.

Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO

“Cada uno por separado no generan las afectaciones que vimos. Fue la sumatoria de estos tres lo que las originaron. Son eventos inevitables e imprevisibles y no tienen nada que ver con falta de mantenimiento de la catenaria, de hecho, esta tuvo un buen comportamiento porque estuvo absorbiendo descargas que no debía asumir”, explicó el docente investigador.
Estas tres causas recalentaron el cable de la catenaria, de 700 metros, haciendo que este se expandiera y perdiera altura, invadiendo así el área de paso de los trenes y sus pantógrafos, que al chocar, generaron las afectaciones.
“Este sistema es muy sensible y cualquier modificación en la alimentación eléctrica puede poner en conflicto el sistema”, agregó Emiro Díez.
Entre las acciones adelantadas por el Metro, estuvo el ajuste del sistema de protección de los pararrayos (incluso unos fueron cambiados de lugar) y ponerles algunos filtros para mitigar la sobretensión.
Gracias a estas medidas, en los últimos cuatro meses no se han vuelto a presentar problemas de ese tipo.

Cada uno por separado no genera las afectaciones que vimos. Fue la sumatoria de estos tres lo que lo hizo

Jaime Rueda, gerente de operaciones y mantenimiento del Metro, explicó que el sistema de transporte masivo cuenta con más de 80 kilómetros de catenarias, los cuales, según el experto, no tiene ningún otro sistema en el mundo, por las condiciones climáticas ya mencionadas que tiene Medellín.
Explicó Rueda, que en los laboratorios de la universidad pudieron reproducir la secuencia de eventos que desencadenaron las fallas, “estableciendo que los pararrayos, que fueron diseñados para actuar ante fenómenos puntuales (transitorios) como son las descargas atmosféricas, registraron un comportamiento atípico que consiste en conducir corriente de forma permanente”.
En las fallas presentadas se afectaron cerca de 300 metros de catenaria, lo que perjudicó, por cada una, entre 100.000 y 200.000 usuarios. “No era posible detectar los incidentes en rutinas de mantenimiento. Por eso, fue necesario realizar las simulaciones en laboratorio. Con las evidencias recolectadas tomamos decisiones a corto y mediano plazo”, contó Rueda.
En las de corto plazo, además de la reubicación y ajuste de protección de los pararrayos, también se realizó una redistribución de conexiones de alimentación a las subestaciones.

Repotenciarán flota de primera generación

En mediano plazo, Rueda manifestó la flota de primera generación, que consta de 42 trenes, será repotenciada. Con esto “los nuevos trenes también contribuyen, dado que representan nuevas tecnologías electrónicas”.
De hecho, el profesor Emiro Díez explicó que se hizo un experimento entre ambas flotas. “El Jueves Santo todo el sistema operó con los trenes de primera generación o flota antigua, mientras que el Viernes Santo lo hizo con los trenes nuevos. El resultado fue que los trenes de la flota nueva presentaron un mejor efecto regulando la tensión y absorbiendo la energía de más que pueden producir al frenar”, indicó el profesor.
Dicha repotenciación incluye el cambio del sistema de tracción de dichos vehículos, para incluir motores nuevos y controles electrónicos más modernos, similares a los que ya tienen los trenes CAF, que son los de segunda generación.
Dicho proceso comenzará con dos prototipos y será una producción en serie.
“Se tiene un diseño básico, pero con los prototipos se definirá exactamente cómo será el proceso de actualización y una vez se tenga la rutina, se podrán ir repotenciando de a dos unidades”, explicó el funcionario.
La inversión para esto será de 420.000 millones de pesos y comenzará a finales de este año. Tardará aproximadamente 5 años.

Es una situación única

Cuando le pidieron a la Universidad Pontificia Bolivariana investigar los problemas eléctricos del metro, buscó cuál normativa cobija esa situación.
“No la hay. Este sistema, que tiene un diseño único, puede comenzar a crear esas normativas porque tuvieron que lidiar con descargas atmosféricas que son atípicas, de manera efectiva”, manifestó el investigador.
Agregó, que al ser un caso inédito, la universidad le solicitará permiso al Metro para poder escribir un artículo al respecto, útil para otros sistemas de transporte del mundo diseñados en entornos tropicales como Colombia, en los que “la línea aérea de contacto va a estar expuesta a descargas atmosféricas, lo más seguro es que tengan que optar por un sistema parecido al que tiene el metro de Medellín, y esta experiencia es muy importante”.
David Alejandro Mercado
Redactor de EL TIEMPO
davmer@eltiempo.com
En twitter @AlejoMercado10
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