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Medellín

‘Más que producir bastante, nos interesa mayor calidad’

Sin ser barista, a lo que le apuestan las nuevas generaciones de caficultores, Jaramillo prepara cafés en su oficina.

Sin ser barista, a lo que le apuestan las nuevas generaciones de caficultores, Jaramillo prepara cafés en su oficina.

Foto:Guillermo Ossa/EL TIEMPO

Director ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros, Alvaro Jaramillo, lleva 3 años en su cargo

El comienzo no fue fácil. A lo primero que tuvo que enfrentarse, cuando el Comité Departamental de Cafeteros lo designó como nuevo director ejecutivo de la organización, fue a la oposición declarada de dos miembros de la junta. De seis, dos no estuvieron de acuerdo con su elección.
Pero, Álvaro Jaramillo Guzmán supo sortear esa falta de unanimidad poniendo a prueba su talente de educador y el conocimiento adquirido del gremio cafetero, tras 22 años de trasegar en él.
—La gobernabilidad fue un primer desafío —dice—Pero, se ha establecido una relación de respeto, en donde las ideas que han sido diferentes las hemos trabajado buscando siempre el bienestar del caficultor. Hemos trabajado tranquilos, serenos, acompasados.
Jaramillo nació en Medellín y es el menor de seis hermanos en una familia de origen abejorraleño, en la que el papá era médico. Egresó economista de la Universidad de Medellín de la que fue docente, vicerrector académico y decano de la facultad. Se especializó en finanzas en Eafit.

Cuando éramos los primeros, podríamos estar con un 17% de la producción nacional. Ese porcentaje es el que ya hoy tiene Huila. Nosotros pasamos al segundo y estamos en un 14,5%

En su carrera profesional ha ocupado los cargos de coordinador de Fortalecimiento Gremial del Comité Departamental de Cafeteros de Antioquia, jefe del Departamento Comercial de la Federación Nacional de Cafeteros en Antioquia, director de la Fundación Educativa del Café y fue director ejecutivo de la Sociedad Antioqueña de Economistas.
Sin ser barista, a lo que le apuestan las nuevas generaciones de caficultores, Jaramillo prepara cafés en su oficina.

Sin ser barista, a lo que le apuestan las nuevas generaciones de caficultores, Jaramillo prepara cafés en su oficina.

Foto:Guillermo Ossa/EL TIEMPO

A lo largo de estos tres años que lleva al frente del Comité. ¿Cuáles son los logros que destaca?

El crecimiento de las exportaciones menores de café y, en general, ayudar a crear la facilidad para ser exportador. Hace dos años, por ejemplo, se requería una tramitología muy dura. Hoy, en cambio, cualquier caficultor puede exportar hasta 60 kilos cuantas veces pueda y hacerlo por Couriers. Antes de esto podríamos hablar de unos 60 exportadores, de ellos se mantenían en el ejercicio unos 25. Hoy hemos pasado a 300.
También quiero destacar la filosofía que viene desde nuestro gerente nacional, Roberto Vélez, que señala que nosotros nos debemos a los sitios en que esté el café y el café no está en las oficinas de Bogotá ni en las de Medellín.
Entender, entonces, que el motor que le metimos fue recorrer todo el departamento. De los 125 municipios, 94 son cafeteros y en 72 tenemos una junta que son los comités cafeteros. Esos 72 los recorrimos día a día, fundamentalmente los fines de semana, nos fuimos a trabajar con esas comunidades. Esto no era de usanza, que un director se untara de café. Todo lo resolvía gerencialmente desde la ciudad.

En cuanto a la producción cafetera del departamento. ¿Cuál es su situación actual?

Hace un buen rato, por lo menos unos seis años, Huila se nos pasó en la producción. Cuando éramos los primeros, podríamos estar con un 17 por ciento de la producción nacional. Ese porcentaje es el que ya hoy tiene Huila. Nosotros pasamos al segundo y estamos en un 14,5 por ciento.

¿A qué se debió esa circunstancia?

Huila empezó a incrementar la frontera cafetera, en tanto Antioquia la ha disminuido. La violencia nuestra, de pronto, llevó a que tuviéramos más gente desplazada. El Oriente fue donde perdimos más área cafetera. También es cierto que hoy tenemos menos área, pero mayor densidad. Por eso cuando vemos el costo producción, este no se ha caído tanto. Porque hemos subido la densidad por hectárea. Hoy tenemos una Antioquia cafetera de 5.500 árboles por hectárea, en promedio.

¿Es importante que Antioquia recupere ese liderazgo?

Tiene un efecto interesante. Hay una parte del Fondo Nacional del Café, que se nutre de la Ley 863 que permite cobrar a los productores 6 centavos por cada libra de café que se exporte. Esos 6 centavos van a una cuenta del tesoro público que se llama FNC. Por el contrato entre el Gobierno Nacional y la Federación esta administra la plata y se invierte en bienes públicos, como la garantía de compra o el apoyo de extensión.
Entonces, si hay 100 pesos para programas de desarrollo le van a mandar 17 pesos a Huila y 14,50 a Antioquia. Es ahí donde es importante tener una buena producción, para obras y proyectos…desde ese punto de vista es importante. Igual yo pienso que hoy una de las mejores formas de cómo vendo el café es por la calidad. Entonces, lo que también nos interesa más es no es solo producir bastante sino la mayor calidad.

¿En qué consiste este plan de los cafés de calidad?

Cuando el caficultor produzca mejor calidad puede salir del mercado de referencia del café, es decir, puede terminar vendiendo a mejor precio. El café que tiene un sello ambiental, un sello de calidad específico y un cumplimiento ya no se paga a 718.000 pesos. puede pagarse a 750.000, o 790.000 e incluso 800.000.

Pero, y ¿cómo desde el Comité acompañan al caficultor para el desarrollo de ese plan?

Le insisto, hay una apuesta por la calidad que es ya una escala en la cadena de valor. Pero, hay otros pasos: exportar el café que ha sido tostado y molido, que tiene su propia marca y lo envían en un paquete especial y diferencial, ya no el bulto de café verde.
Esa libra, digamos, otro la recibe y la pone en el mercado al detal. A algunos caficultores los estamos acompañando con el reconocimiento de la Cámara de Comercio, en el clúster de café que ella lidera.
Cuando se quiere tener una marca propia, tostar y moler, empacar su propio café es todo un recorrido, un proceso en el cual la Cámara nos apoya. También, asesoramos en la consecución de documentación de, por ejemplo, cómo legalizar una marca, qué gestiones realizar ante la Dian, la personería jurídica, el RUT. Igualmente, es importante la formación académica que programamos.

Hay una apuesta por la calidad que es ya una escala en la cadena de valor. Pero, hay otros pasos: exportar el café que ha sido tostado y molido

De los caficultores que hay en Antioquia ¿cuántos están en el plan?

Nos falta mucho recorrido. En Antioquia son 90.000 caficultores, de ellos tenemos 1.000 o 1.200.

¿Cómo marcha el proceso electoral cafetero del próximo 9 de septiembre?

Serán las más tranquilas, como las del país. La violencia y las amenazas afectaron la participación en el pasado, pero se avanza en la inscripción de listas y planchas.
Cada cuatro años son elegidos comités municipales y comités departamentales.
Antioquia está dividida en seis zonas electorales, de ahí salen los representantes al Comité Departamental. El suroeste antioqueño nos da para que le salgan tres representantes. Vamos a tener una nueva junta departamental que, a su vez, se encarga del nombramiento del director ejecutivo.
En todo el país son 573 municipios, en Antioquia serán 72, con 350 mesas y 1.050 jurados, hay 3 personas por mesa en promedio.

El costo de las elecciones

Sale de los recursos del gremio. O sea, nosotros administramos esos fondos públicos, pero la institución tiene recursos propios y el costo sale de ahí. Este es de 3.800 millones de pesos.
Jorge Iván García J.
Editor de EL TIEMPO
Medellín
jorgar@eltiempo.com - en twitter @jorgar_eltiempo
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