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Cali

'Parecía que la tierra rugía, las sirenas sonaban y todo era terrible'

Una creciente de los ríos Mocoa, Mulato y Sanguyaco enlutó a Mocoa y el país, al dejar más de 150 muertos, decenas de heridos y 17 barrios afectados.

Una creciente de los ríos Mocoa, Mulato y Sanguyaco enlutó a Mocoa y el país, al dejar más de 150 muertos, decenas de heridos y 17 barrios afectados.

Foto:AFP

Periodista Milsen González, narra la tragedia en Mocoa, donde una avalancha dejó más de 150 muertos 

Iván Noguera
"A las 9:00 de la noche del viernes empezó a llover y luego fue una tormenta, un aguacero tremendo. A las 11.00 de la noche Mocoa empezó a inundarse y después empezaron a sonar las sirenas en señal de alarma. Se escuchaba como si la tierra rugiera. Era el río crecido pero parecía como si la montaña se fuera a venir. Era terrible, caos y angustia. Nos advirtieron que no podíamos salir. En la mañana del sábado fue horrible tanto dolor y desesperación, la gente desesperada preguntando por sus familiares".
Es el testimonio de la periodista Milsen González, quien vive en Pasto y el jueves viajó a Putumayo para realizar un taller con mujeres líderes y en Mocoa la sorprendió la tragedia que deja 154 víctimas fatales y más de un centenar de heridos como consecuencia de la creciente de los ríos Mocoa, Mulato y Sanguyaco.
 
Ella se encontraba en el hotel Cawani. de Mocoa, y con el grupo de mujeres se salvaron pues la edificación se encuentra en un punto alto de Mocoa.
El sábado hacia las 6:00 de la mañana cuando se disponía a salir del hotel otra vez todo fue pánico ante gritos de una nueva avalancha. "La gente corría de un lado para otro. Iban hacia un punto y les gritaban que venía la creciente por ahí y al correr a otro lado igual. Fue terrible. Pensé que iba a morir, llamé a mis dos hijas, a decirles cuánto las amaba pero sin avisarles del peligro. Luego llamé a mi papá Mario González y le conté, Yo lloraba mucho, No quería irme sin decirles cuánto significaban para mí. Mi papá trataba de darme fortaleza", cuenta. 
Como periodista más de una vez ha estado cerca de las tragedias pero esta vez lo que vio al amanece la dejó en shock. "Era mucha gente llorando, llena de lodo, preguntando por sus familiares. Otros escarbaban entre los escombros. En el hospital era terrible tanta angustia y desespero. Y me dolía mucho mucho mis compañeras de la capacitación, preguntado por sus allegados. Miraban entre los muertos. Media Mocoa estaba en ruinas, dos barrios enteros desaparecidos. Yo lloraba de verlas llorar", narra. 
Otra delas mujeres, Onofre Córdoba, de la comunidad indígena de Los Pastos y a la que la violencia llevó a Mocoa como desplazada, salió del hotel a buscar a sus familiares. Fue un recorrido de muerte y dolor- Todavía había gente atrapada que gritaba que la ayudaran. Otros no paraban de llorar al encontrar a sus familiares muertos y esperando que ayudaran a rescatarlos. "En un punto vi tres muertos, como adolescentes. Luego fueron otros tres. Cuando llegué a mi sector el río se había llevado los ranchitos, lo que con tanto esfuerzo habíamos levantado. Por fortuna el hijo y otros familiares lograron salvarse. Aún no encontramos un sobrinito", expone.
Ella y Zereida Jazmín Romero fueron al hospital local a buscar familiares y lo que encontraron las llenó de desesperanza. Decenas de personas se encontraban en el piso y llenaban los pasillos. Otros pasaban al lado de los heridos preguntando por familiares.  

Vimos muchos muertos, en especial niños y mujeres. Eran más de 100

El presidente Juan Manuel Santos, que viajo a la zona, informó que la creciente del rio Mocoa y las quebradas Mulato y Sanguyaco dejó 154 muertos y decretó la calamidad pública para atender la emergencia.
El panorama es desolador. Habitantes de este municipio buscan a sus familiares entre las rocas y el barro.

El panorama es desolador. Habitantes de este municipio buscan a sus familiares entre las rocas y el barro.

Foto:Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO

Al tiempo, se dispuso de un equipo técnico y operativo de 150 personas para prestar la atención con la coordinación de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y Desastres (Ungrd) con el fin de brindar ayuda a más de 300 familias afectadas.
Fueron dispuestas más de siete toneladas en ayudas, entre ellas 1.000 frazadas, 300 kits de aseo y se dispuso de un avión medicalizado, además de dos motobombas, una planta potabilizadora, una planta eléctrica y otros elementos.

Sin agua ni energía

Marisol González, rectora del Instituto Tecnológico de Putumayo, preguntaba el sábado por sus estudiantes, al tiempo que reclamaba ayuda para la población y expresaba la angustia por la falta de agua, energía y víveres.
La tragedia la sorprendió en Cali y de inmediato viajo a Puerto Asís para seguir por carretera a Mocoa. "Hemos organizado un grupo humanitario, habilitamos aulas y el coliseo del Instituto como albergues, Tenemos unas mil personas damnificadas", expresó. 
Ella y docentes se esforzaban en conocer la suerte de sus estudiantes y expuso que muchos muchachos son de otros municipios.
"Tenemos estudiantes de los que no sabemos. Hay niños sin familias en Mocoa. Estamos apoyando humanitariamente pero también institucionalmente. Una primera tarea es evacuar a los que no son de Mocoa, que regresen a sus municipios porque la situación aquí es bien difícil", dijo. 
Y la creciente sorprendió en Mocoa a los diputados caucanos Richar Romero y Miller Cerón. De Mocoa debían seguir hacia el municipio de Santa Ros, en la 'bota caucana' y quedaron atrapados.
"Fue una avalancha de una magnitud estruendosa, son muchas víctimas, media ciudad afectada, colapsada. El pueblo colombiano debe mirar y solidarizarse con Putumayo, con Mocoa. No hay vía hacia el Huila, no hay vía a Pasto, vamos a ver cómo nos regresamos", dijo el diputado Romero. 
Ejército, Policía, Defensa Civil, Cuerpo de Bomberos y voluntarios se esforzaban en sacar de entre los escombros a víctimas fatales y heridos y en las calles se veía a decenas de personas preguntando por allegados. 
"Perdí todo. Con la esposa y el hijo pudimos salir pero la avalancha tumbó la casa y se llevó todo. Quedamos de milagro pero solo con lo que teníamos puesto", expresaba un hombre cubierto de lodo parado ante lo que había sido su casa.
Ante la cantidad de heridos la red hospitalaria colapsó. La avalancha tumbó postes y afectó la hidroeléctrica local y dejó sin energía al medio y bajo Putumayo y las bocatomas Palmras y Libano fueron afectadas.
Sobrevuelos del Ejército descartaron otra creciente pero la Gobernación ordenó evacuar los barrios Guatipanga, Los Prados y Los Pinos.
CALI
Iván Noguera
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