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Bogotá

Estrés y confusión: los estragos por avance de obra de la 94 con NQS

Trancón a lo largo de la avenida NQS, entre calles 94 y 100, por obras del deprimido.

Trancón a lo largo de la avenida NQS, entre calles 94 y 100, por obras del deprimido.

Foto:Carlos Cuevas / EL TIEMPO

Los cierres y desvíos que desde el 2 de febrero realizó el Distrito crearon caos en la movilidad.

A pesar de que el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) ratificó que en marzo se entregaría el total del deprimido, ubicado en la calle 94 con avenida NQS (luego de 5 años de retraso y de que se cuadruplicó el costo de la obra, de 48.000 millones a 166.000 millones de pesos) el anuncio creó revuelo entre quienes transitan a diario por este sector.
El 2 de febrero pasado, cuando entraron en funcionamiento los cierres viales realizados por la Secretaría de Movilidad, el cambio no se sintió, pues se desarrollaba el día sin carro. Sin embargo, al siguiente día, es decir este viernes, el Chicó padecía el caos, sobre todo en el sector entre las calles 92 y 100, entre la autopista Norte y la avenida NQS.
La eliminación de cruces semaforizados como el de la calle 95 con avenida NQS y el de la 93BIS impidió el paso peatonal y generó congestión vehicular. El cierre de la carrera 18 con calle 94 causó polémica en la zona, pues obstaculiza la salida de carros de los parqueaderos de los edificios del barrio. Insultos, pitos, confusión, desazón y un calor insoportable, entre las 7 y 9 de la mañana, fueron las constantes que tuvieron que padecer los peatones, ciclistas y conductores que, pese a recibir instrucciones de los paleteros sobre los cambios en la movilidad, no imaginaban que “la cosa era así de grave”.
El tema empeora a lo largo de la avenida NQS, entre la 100 y la 92, pues los vehículos se ven obligados a tomar la rotonda de la 100 con 15, que es un caos a cualquier hora del día. Todo lo contrario pasaba con el unánime sonido de las trompetas de los vehículos, que aumentaba a la par con la inconformidad de los conductores.
Los peatones se molestaron cuando los funcionarios de las obras les explicaban hacia dónde tenían que caminar. El panorama para los ciclistas no fue distinto, ya que, por ahorrarse tiempo, optaban por una riesgosa decisión: transitar por la avenida, en lugar de pasar por la ciclorruta. Algunos de los residentes tampoco se vieron contentos.

Trancón de norte a sur

En la avenida NQS, desde la calle 100, de norte a sur, había un trancón interminable, pese a la existencia de un semáforo, ubicado en la 92. Por el contrario, la NQS, de sur a norte, estaba despejada.
La transversal 23, entre la calle 95 y la avenida NQS, era la más congestionada. Los conductores se demoraron 15 minutos en un recorrido de dos cuadras. Esto a causa de la construcción de alcantarillado y del arreglo de la vía.

Residentes sin salida

Algunos vecinos del sector aseguraron que, a raíz de las obras, tienen dificultades para entrar y salir con sus vehículos de los parqueaderos de sus viviendas.
“En mi caso, como residente en la calle 94 con carrera 18, lo que tengo que hacer es leer la programación de las obras, para saber a qué hora puedo salir y a qué hora entrar. Lo que hizo el Distrito fue cambiar el acuerdo de mantener el cruce hacia los dos costados, hasta que estuviera construido el deprimido, pero como están atrasados, somos los residentes los que tenemos que pagar los platos rotos de eso”, dijo Juan Camilo Patiño, habitante del sector.

Peatones confundidos tras eliminación de semáforos

Quienes caminaban por el sector se vieron desubicados, en especial, cuando tenían que atravesar la NQS de oriente a occidente, ya que, de manera obligatoria, debían cruzar por el puente de la calle 94, o el de la 98; entre los dos hay alrededor de unos 800 metros. Beatriz Arango, directora de la Asociación de Residentes del Chicó (Archi), manifestó: “Movilidad no avisó de los cambios con anterioridad. Esto ha sido muy traumático, la gente no sabe cómo entrar y salir del barrio”.
“Tras la eliminación del cruce semaforizado de la 95, nos toca ir hasta dos puentes, ubicados de lado a lado, lo cual nos toma 12 minutos”, argumentó Antonio Silva, vecino de la zona.

Biciusuarios, satisfechos por ciclorruta en la avenida NQS

Algunos biciusuarios comentaron estar molestos, porque la ciclorruta del costado oriental de la avenida NQS se interrumpe entre las calles 95 y 96, de tal modo que tenían que bajarse de su bici y caminar hasta retomar el camino de la ciclorruta. Otros decidieron transitar por la avenida, sin importar el riesgo que pueden correr.
Antes tomaba la ciclorruta de la carrera 18 para ir hacia el norte, pero la eliminaron. Sin embargo, estoy satisfecho porque habilitaron la ciclorruta del tramo oriental de la avenida NQS. Hay un detalle, y es que esta se interrumpe en cierta parte, aunque no es cosa del otro mundo”, explicó David Calderón, biciusuario.
CARLOS A. CUEVAS
VIVIANA LÓPEZ
Redacción EL TIEMPO ZONA
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