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Bogotá

La mujer a quien le funcionó el agüero del huevo y agua y tuvo un hijo

La mujer a quien le funcionó el agüero del huevo y agua y tuvo un hijo

La mujer a quien le funcionó el agüero del huevo y agua y tuvo un hijo

Foto:EL TIEMPO

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La familia de Blanca Delgadillo lleva más de 20 años haciendo agüeros el 31 de diciembre.

Luisa Mercado
El 31 de diciembre es la noche perfecta para darle vida a los agüeros que llenan ese día de misterio, positivismo y esperanza. La familia de Blanca Delgadillo realiza más de cinco agüeros hace más de 25 años para garantizar que el siguiente año sea bueno.
Cuando la noche cae llega la ‘magia’ a la familia Delgadillo. Todo comienza cuando la mamá de Blanca, sus cinco hermanos, sobrinos y sus dos hijos, Brayan de 21 años, y Mauricio, de 16, se reúnen en la finca en Boyacá o en Bogotá, donde vive Blanca, para recibir el nuevo año. En total se juntan cerca de 15 personas.
Sin embargo, el fin de semana anterior al 31 comienzan los preparativos. Blanca se encarga de comprar los interiores amarillos o rojos, cada uno elige el color. “Me pongo los 'cucos' amarillos (para la suerte) o rojos, esos son para que no falte el amor y le vaya bien  todo el año. Los 'cucos' amarillos toca comprarlos nuevos todos los años. Pero este año me voy a poner rojos, para conseguir un nuevo amor (cuenta entre risas)”.
Alrededor de las 10:00 p.m., llega otro agüero, ese corre por cuenta de la mamá de Blanca. “Antes de la medianoche ella nos reparte lentejas para que las guardemos en el bolsillo y las conservemos en todo el año para que no nos falte la abundancia y el mercado”. Blanca se encarga después de ese día de conservarlas en una bolsa que carga en su cartera a diario.
Tras ello, ponen las espigas en el comedor, algunas veces con ruda, para que la prosperidad nunca les falte en el hogar, alejar las malas energías y proteger a la familia.
A las 11:45 p. m., lavan las uvas y las alistan en un plato. Cada uno escribe los 12 deseos que va a pedir y se preparan para el conteo regresivo. “¡12, 10, 10, 8…, en ese momento usted tiene que irse comiendo una uva e ir pidiendo el deseo, lo que ocurre es que a veces eso no se alcanza a hacer y por eso puede que no sea efectivo, pero hay unos deseos que sí se cumplen”, cuenta Delgadillo.
Este año Blanca reveló su confidencia y contó que va a pedir 12 veces el mismo deseo. “Yo creo que sí se puede saber, es conseguir un nuevo trabajo”.
Aunque Blanca no lo hace, algunos miembros de su familia hacen el agüero de las papas de la plata, también minutos antes de la medianoche. “Pone tres papas debajo de la cama, una pelada, otra medio pelada y otra sin pelar. A las 12 en punto saca una sin mirar. Si sacó la pelada es porque va a estar ‘pelada’ de dinero todo el año, si saca la que tiene cáscara es que va a tener dinero y si saca la de la mitad es porque va a estar regular”, explica.
¡Feliz año nuevo! Al llegar las 12:00 p. m., la familia se da el feliz año y hacen un brindis con vino.
En ese momento la familia corre para llenar un vaso de agua, ponen un huevo partido por la mitad y lo dejan en un sitio oscuro. Al otro día lo ven y la figura que les salga es lo que les va a pasar el otro año.
“Yo no lo volví a hacer porque la última vez que lo hice me salió una cuna y ese año quedé embarazada de mi hijo Brayan”, cuenta Blanca. Ella asegura que las figuras que aparecen son muy claras y que es el más efectivo de todos.
Tras ello siguen con la tradicional cena, un ajiaco o un sancocho de gallina, licor y baile. El primero de enero hacen un asado y así concluye la celebración de la familia Delgadillo.
Aunque nunca ha incursionado en el agüero de salir con la maleta de viaje, este año sí va a recorrer su cuadra con la maleta.
Como la familia de Blanca, muchas familias colombianas realizan estos rituales para despedir el año y recibir cosas mejores al año siguiente. ¿Usted cuál ha hecho?
* Esta nota hace parte de una alianza de EL TIEMPO y el Banco de Bogotá para contar Lo bueno de Bogotá.
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Luisa Mercado
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