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Bogotá

125 años después, el pasaje Rivas del centro de Bogotá sigue vivo

El pasaje Rivas se inauguró el 19 de marzo de 1893 en el gobierno de Rafael Núñez, en la calle 10.ª con carrera 10.ª

El pasaje Rivas se inauguró el 19 de marzo de 1893 en el gobierno de Rafael Núñez, en la calle 10.ª con carrera 10.ª

Foto:Abel Cárdenas / EL TIEMPO

Sus artesanías han hecho del lugar un sitio de herencia cultural. 

Diana Rincón
Pasaje Rivas, mercancías para negocios’, este es el emblemático letrero que siempre ha identificado a este lugar, uno de los más famosos del centro de Bogotá. Al entrar, de inmediato se percibe un olor a madera, a canasto y el calor humano de la gente que lo habita.
Dicen por ahí que podría ser el primer centro comercial en funcionar sobre estas tierras. Este clásico nació en 1893, cuando el país era gobernado por Rafael Núñez, y aunque ha pasado por momentos difíciles, sigue vivo en la calle 10.ª con carrera 10.ª, en el barrio Centro Administrativo de la localidad de La Candelaria. Aseguran que el día de su inauguración el invitado especial fue el poeta José Asunción Silva.
Quien tuvo esta idea, en una época en la que la capital apenas se erigía como el centro del país, fue el filántropo Luis G. Rivas. Él dio la orden de construir lo que en su cabeza se concebía como un paraje comercial al mejor estilo parisino, un sitio elegantísimo a donde acudiría lo más selecto de la capital.
Su creador pensaba comercializar, en finas estanterías, sastres, sombreros o paños elegantes, muy codiciados en aquella época, pero lo cierto es que el sueño se le vino abajo a causa de los olores nauseabundos que provenían del canal San Francisco. A todo esto se le sumaron las chicherías, las ventas ambulantes de animales y comida, hasta minar el propósito inicial de la infraestructura. Los ciudadanos de alta alcurnia nunca pisaron sus pasillos.
En cambio sí, poco a poco, el edificio se utilizó como bodega de las plazas de mercado. Paradójicamente, fue en ese momento cuando el lugar comenzó a tomar fuerza como proveedor de un tipo de mercancía muy particular: artesanías, alfarería y cestería. “Es que quedaba en inmediaciones de la plaza de la Concepción. Entonces, aquí se vendían empaques, alpargatas, canastos, jaulas, que en esos años eran de uso común, pero que hoy en día prevalecen solo como artesanías”, dijo Fernando Gutiérrez, uno de los comerciantes del lugar desde hace diez años e hijo del vendedor más antiguo, quien pasó 60 años de su vida en el lugar.
Entonces ya no era el bulevar que alguna vez pensó su creador, pero sí una especie de bazar tradicional que les ofrecía a los ciudadanos de paso decenas de productos de origen nacional.
El voz a voz lo hizo merecedor de ser reconocido por generaciones. Es allí en donde se consigue la maleta ABC, el caballito de madera, los juegos de rana, el tejo, los trompos, los yoyos, el catre Rivas, los cubiertos, las mesas y sillas para negocios, y otros mil productos que apenas son perceptibles entre torres de objetos que se atiborran con la precisión de no derrumbarse en el piso. No solo van compradores al por mayor, también llegan el ama de casa, los abuelos, el empresario, el extranjero y estudiantes atraídos por las particularidades del lugar.
Es que allí se consiguen desde canastos, chochos, cerbatanas hasta los carrieles paisas de Jericó, Antioquia, tan buscados por algunos sectores de la población. “Nosotros vendemos el carriel, el caballo de palo y las fundas para el machete. El de nosotros es un trabajo familiar. La herencia se la trasmitieron mis abuelos a mis papás y ellos a nosotros. Llevamos años trabajando con esto. Es lindo porque ahora hacemos productos más económicos para que los niños los usen en sus colegios y actividades”, contó Angie Tatiana Pinilla, quien está hace 15 años en el pasaje.
Otros trabajos son de mayor calidad porque ellos compran cuero en las curtiembres de San Benito, los llevan a troquelar en máquinas para sacar los moldes que luego se mejoran para darles forma. “Todo lo hacemos manualmente”, añadió la artesana.
El pasaje Rivas fue declarado como bien de conservación arquitectónica por el edificio que data de 1893 y que es de estilo neocolonial republicano, pero también es considerado patrimonio inmaterial cultural de Bogotá porque se venden productos de carácter popular e instrumentos musicales como la marrana, la marimba de chonta, la flauta de millo o la gaita San Jacinto. “Son muchos objetos culturales los que nosotros rescatamos a través de este comercio”, contó Angie.
Fue también el primer centro artesanal del país. Sus comerciantes se enorgullecen de que allí se consiguen objetos de origen como las hamacas wayú, las cumare del Putumayo, las artesanías de tamo que traen de Pasto, los sombreros aguadeños de Aguadas, la loza negra de La Chamba, Tolima, o la amarilla de Ráquira, entre otras. “La gente aquí consigue de todo”, dijo Fernando.
Para Luz Marina Sosa, comerciante, lo más importante de este lugar es que se recuerdan las raíces de los ancestros de todas las regiones del país. “La Guajira, Antioquia, Boyacá, Caldas, Leticia, todas están aquí, representadas por las obras de sus artesanos. Aquí atendemos con calidad humana, es un comercio diferente en donde se trata bien a la gente”.
Se sienten tan orgullosos de su pasaje que cuentan que el lugar también ha sido inspirador de artistas. “En 1920, el maestro Pedro Morales Pino, el mayor folclorista de Colombia, estuvo aquí y buena parte de su trabajo artístico se gestó en el bazar. También Beatriz González tomó elementos propios del pasaje, como la silla de cuero, para plasmar allí su creación. Ella fue una figura importante del arte contemporáneo en Colombia”.
Por todo esto, el próximo 19 de marzo, Día del Artesano, celebrarán el cumpleaños número 125 del pasaje Rivas. Habrá un exposición de arte, muestra de vestuario de la época y del patrimonio artesanal, así como de cerámica, alfarería, orfebrería, tejidos en fibra, talabartería, pintura y tallado, cestería, bordados y telares.
El rojo atardecer de Bogotá tiñe el ambiente; poco a poco, los compradores disminuyen, se van felices, tienen en sus manos lo que estaban buscando.

Así será la jornada el 19

8:30 a. m. Santa Misa en la iglesia de La Concepción de la carrera 9.ª n.° 10-19.
10 a. m. Actos protocolarios.
11:30 a. m. Presentación de música republicana y tradicional de Bogotá.
2 p. m. Descubrimiento de placa conmemorativa alusiva a los 125 años del pasaje Rivas.
3 p. m. Verbena popular.
CAROL MALAVER 
SUBEDITORA DE BOGOTÁ
@CarolMalaver
Diana Rincón
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