¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Archivo

El dueño de la Bolsa de Nueva York Jeffrey Sprecher usó la tecnología para escalar.

JAIVIA
k NUEVA YORK
Cuando casi todo lo demás había fallado, Jeffrey C. Sprecher voló a la Ciudad
de Nueva York y llegó al apartamento de su hermana, una vivienda estrecha en
el Upper West Side, un piso por encima de un ruidoso bar.
Era enero del 2000, y Sprecher había estado llamando a Wall Street durante
semanas. Estaba buscando desesperadamente a alguien que respaldara a su
pequeña compañía en Atlanta, una empresa que estaba consumiendo su dinero y
años de su vida.
Fue entonces cuando una limusina negra se detuvo frente al bar, Jake's
Dilemma. La limusina había sido enviada por el poderoso Goldman Sachs para
recoger a Sprecher, y mientras se hundía en el asiento trasero ese día de
invierno, inició una travesía improbable que desde entonces le ha llevado al
pináculo de las finanzas de Estados Unidos.
Hoy, Sprecher, un hombre virtualmente desconocido fuera de los círculos
financieros, está a punto de comprar la Bolsa de Valores de Nueva York.
No una de las 2.300 acciones transadas en la Bolsa de Valores de Nueva York
(valor combinado de esas acciones: alrededor de 20,1 billones de dólares). No,
Jeff Sprecher está a punto de comprar a toda la Bolsa de Valores de Nueva
York.
Suena absurdo. Un hombre de negocios de Atlanta aparece en Nueva York y se va
con el elevado templo del capitalismo estadounidense.
Pero si todo sale según lo planeado, su adquisición por 8.200 millones de
dólares, anunciada pocos días antes de Navidad, quedará cerrada este mismo
año.
Y con ello, 221 años de historia de Wall Street llegarán a su fin. Nueva York
ya no será el amo de la Bolsa de Valores de Nueva York. En vez de ello, desde
sus oficinas centrales a 1.207 kilómetros de Wall Street, la joven compañía de
Sprecher, Intercontinental Exchange, dirigirá a la bolsa de valores más grande
de Estados Unidos y del mundo.
Sprecher, de 57 años de edad, ciertamente desempeña el papel de un advenedizo
astuto. Bien podría vestir poderosos trajes sastre y usar un reloj Patek
Philippe, pero se presenta inusualmente informal y modesto para un hombre en
su posición.
Se burla de sí mismo por sus errores - "No sé cómo manejar a la gente", dijo -
y su amor por los documentales oscuros.
Cómo la Bolsa de Valores de Nueva York cayó en manos de Sprecher es, en el
fondo, una historia del poder perturbador de la innovación.
ICE, como se conoce a Intercontinental Exchange, ni siquiera existía hace 13
años. No tiene un cavernoso piso de remates, ni salones dorados, ni corredores
sudorosos que gritan en busca de dinero en los mercados financieros. Lo que
tiene es tecnología.
Como muchas compañías jóvenes que están cambiando por completo el viejo orden
en los negocios, ICE ha usado el poder computacional para hacer las cosas más
rápidamente y de manera más barata, si no siempre mejor, que las personas. Su
rápido ascenso refleja un nuevo Wall Street donde las computadoras de alta
velocidad dominan ahora las operaciones, en ocasiones con consecuencias
alarmantes.
Los nuevos sistemas de operaciones electrónicos han reducido en gran medida el
costo de comprar y vender acciones, ahorrando así a los fondos mutuales - y,
por extensión, a los inversionistas comunes- incontables millones.
Pero también han ayudado a anunciar un período de volatilidad escalofriante.
Sprecher ha hecho probablemente más que cualquier otro por desmantelar los
pisos de remate de antaño y reemplazar a los corredores humanos con máquinas.
De paso, él e ICE han trazado un arco a través de algunas de las historias de
negocios definitorias de nuestra época: desde el ascenso y la caída de Enron,
hasta la transformación de los bancos de inversión de la vieja escuela en
vastas operaciones mercantiles, así como los excesos de Wall Street, que no
hace mucho ayudaron a hacer descarrilar a toda la economía. Ahora, después de
una serie de adquisiciones audaces, está a punto de convertirse en el gran
jefe de la Bolsa de Valores de Nueva York.
¿Realmente importa quién es dueño de la Bolsa de Valores de Nueva York y su
compañía matriz, NYSE Euronext?
Para la mayoría de las personas, los mercados accionarios son probablemente un
poco como las cañerías. La mayoría no piensa mucho en ellas; hasta que algo
huele mal. Pero, últimamente, algunas cosas han salido espectacularmente mal.
Un signo de problemas surgió en el 2010, cuando una operación errante rebotó a
través de las redes computacionales y desencadenó uno de los momentos más
horrorosos en la historia de los mercados bursátiles. El índice industrial Dow
Jones se desplomó 900 puntos en cuestión de minutos, y una nueva frase entró
al léxico: desplome instantáneo.
Desde entonces, los desplomes instantáneos en acciones individuales han sido
notablemente comunes, a medida que el centenario sistema de bolsas centrales
ha dado paso a un campo de sistemas electrónicos rivales.
ICE no estuvo involucrado en ninguno de estos problemas. De hecho, ha sido
elogiada como una de las primeras bolsas en poner límites a las operaciones a
la velocidad de la luz y de alta frecuencia.
Esto indica la habilidad de Sprecher al dirigir su compañía a través de
periodos de regulación, desregulación y, ahora, nueva regulación.
Aunque muchos ejecutivos bancarios han chocado con Washington, Sprecher ha
percibido los vientos cambiantes y ha virado en consecuencia.
También permanece cercano -algunos dicen que demasiado- a las poderosas firmas
de Wall Street que son sus clientes.
Quizá es poco sorprendente que algunas de las personas que se ganan la vida en
el piso de remates de la Bolsa de Valores de Nueva York estén un poco
nerviosas por el nuevo jefe del mercado bursátil.
Pero Sprecher dice que no tiene nada que temer. Sus amigos y asociados de
negocios dicen que realmente él pudiera resultar ser la mejor esperanza para
restablecer la confianza en la bolsa de valores. Después de todo, ha vencido
las probabilidades antes.
"Hubo varias ocasiones en que las probabilidades estaban en contra, pero no se
dejó disuadir de intervenir", dice James Newsome, quien era el regulador de
Sprecher en la Comisión de Operaciones de Futuros de Mercaderías antes de
convertirse en su competidor como director ejecutivo de la Bolsa Mercantil de
Nueva York. "Muchas personas, si no piensan que van a ganar, no participan.
Jeff no opera así".
Por ahora, Sprecher sigue pasando gran parte de su tiempo en las oficinas
centrales de ICE en los suburbios de Atlanta. El contraste con la Bolsa de
Valores de Nueva York es asombroso. Detrás de su fachada neoclásica, la Bolsa
de Valores de Nueva York es un extenso laberinto de pinturas al óleo
históricas, sillas de cuero doradas, madera teñida y elegantes comedores, todo
en medio de multitudes de turistas embobados.
ICE, mientras tanto, ocupa algunos pisos de un anodino cubo de cristal negro
rodeado por árboles y estacionamientos. Los empleados comparten su cafetería
con los otros inquilinos del edificio. Las paredes están cubiertas con
pizarrones blancos.
En un reciente día laboral, el pizarrón blanco, en la modesta oficina, en una
esquina, de Sprecher, estaba llena de columnas de números chatoneados. Eran
los restos de las sesiones de toda la noche que llevaron al acuerdo por la
Bolsa de Valores de Nueva York.
Una columna estaba etiquetada 'Yanquis', el nombre en código que ICE dio a la
Bolsa de Valores de Nueva York. Otra estaba etiquetada 'Bravos', la clave para
ICE. En los márgenes había un garabato. Fue hecho, dice Sprecher, por su
esposa, Kelly Loeffler, quien resulta ser su directora de relaciones con
inversionistas.
k Nathaniel Popper
JAIVIA
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO